Ciervo - Jegulus

Chapter sixteen

Regulus

6 de Junio, 1976

Había pasado una semana desde el partido de Quidditch, era sábado y caminaba del brazo de Pandora hacia Hogsmeade.

-- ¿Cuánto tiempo dejas para mí antes de cambiarme por tu enamorada, Dora?-- le pregunto.

-- Hasta las tres soy toda tuya, Reggie-- me contesta y sonríe viéndome.

Y pasamos el tiempo que teníamos entre librerías y tiendas de discos, tiendas de ropa y de antigüedades hasta que unos minutos antes de que den las tres Pandora se despidió de mí con un cálido abrazo para ir al encuentro de Anya Abott, de quien mi rubia amiga no dejaba de platicarme.

Me dirigí a una cafetería donde esperé a Marlene dos minutos hasta que llegó, sentándose frente a mí.

-- ¿Llego muy tarde?-- pregunta, pasando una mano por su cabello algo ondulado y tirando algo ee este hacia un costado.

-- Una hira va que te espero-- contesto con ironía y mechones de cabello caen nuevamente a su cara y ella resopla--. Deberías tratar de hacerte coletas o moños- le comento, pero ella frunce su nariz y frunce sus labios en señal de disgusto--. Sólo digo.

-- Mi cabello pierde estilo si lo hago, debo verme cool y atraer a chicas que luego voy a desilusionar con un cruel rechazo diciéndoles que tengo novia y que sólo pienso en ella y que no tengo ni la más mínima gana de besarme con alguien que no sea ella-- lo considera por un segundo antes de agregar;--. Bueno, Joan Jett es la excepción, pero no importa porque es al revés y es ella quien no me quiere a mí-- dice, haciendo referencia a una miembro de The Runaways--. Esa es la mejor parte de tener pareja-- sonríe.

-- Agh, mucho amor en el aire-- comento, haciendo una mueca.

-- Calla tú, sólo necesitas una pareja para quitar esa cara de amargado que llevas todo el día-- me reprocha y yo ruedo los ojos.

-- ¿Para qué una pareja si ya tengo el romance que incluyen los libros? Con eso alcanza y sobra.

-- Me imagino lo romántico que eras en tu relación, palabras bonitas acompañadas de cada oración-- comenta con sarcasmo.

-- Relación o no, no cambio mucho.

-- Cuando vuelvas con James podré comprobar con mis propios ojos si eres tan romántico como aparentas.

-- Eso no sucederá porque no volveré con James y tampoco planeo tener una relación-- le sonrío.

-- Ya lo veremos-- me desafía, pero es interrumpida por una camarera que se nos acerca.

-- ¿Están listos para ordenar, jóvenes?-- nos pregunta con una sonrisa cordial la señora, una morocha que rondaba entre los treinta y cuarenta años.

-- Yo quiero un jugo de naranja y un tostado, por favor-- pide Marlene y la chica asiente, anotando su pedido, y luego me mira.

-- Para mí un café con un croissant, por favor-- le pido y la señora asiente, anotando para luego retirarse.

-- Café. Qué aburrido-- murmura y yo blanqueo los ojos mientras ella vuelve a tirar su melena de costado y nuevos mechones caían a su rostro. Yo levanto una ceja y la miro. Ella suspira--. ¿Si lo hago con la varita va igual?-- pregunta mientras rebusca en su bolsillo su varita mágica y yo asiento. Cuando encuentra la varita, con detalles como si fueran plumas, se enrolla el cabello y pasa su varita en medio para sostener su pelo en un moño, liego extiende las manos como un "manos de Jazz".

-- Hasta a mí me gustas y soy la persona más gay en toda Gran Bretaña-- bromeo y ella sonríe de lado.

-- Mi parte favorita-- dice y luego se aclara la garganta--. No me gustas, tengo novia y es la única persona en el mundo que me interesa y la única a la que quiero besar-- responde, un tono elegante fingido, y ambos estallamos en carcajadas.