15. Cruda realidad.

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Alex despertó con dolor de cabeza y mucha sed. ¿Qué es lo que había pasado ayer?
Ahora recordaba haber empezado a beber con Sam.
La amiga de Lena era muy alocada y quizá por eso le había caído tan bien.

—Al fin despiertas.

—No es necesario que grites.

—Estoy hablando como siempre, Alex.

—Pues procura susurrar que me duele la cabeza.

—¿Por qué tenías que emborracharte?

—Sam y yo estábamos muy nerviosas... Por el partido—Alex intentó reírse, pero fue una pésima idea por el estado en el que se encontraba.

—Espera... ¿Si era cierto lo del partido?

—Ay, Kara, mejor lo dejamos así porque ahora no estoy en condiciones de estarte explicando la vida.

—Pero ¿qué tal ayer? Alegre y diciendo imprudencias.

—Espero no haberte metido en problemas.

—Solo casi te declaras por mí ante Lena, pero todo tranquilo fuera de eso.

—Hubiera estado bien hacerlo, porque tú no tienes para cuándo. Hasta tengo pensado lo que le diría.

—A ver, dime.

—Querida Lena, ¿Serías capaz de perdonar la lentitud y torpeza de mi hermana?, ¿Quieres ser mi cuñada? Y luego la intentaría sobornar con fresas para que no se negara. Fin de la historia y vivieron felices para siempre.

—Ya no sé si habla el alcohol dentro de tu cuerpo o son tus locuras de siempre.

—Sabes que tengo razón, si hubieras seguido mis consejos, te hubieras ahorrado dolores. En cambio, insistes en dar un paso y retroceder tres.

—Si supieras...

—¿Si supiera qué?

—Si supieras que... Que te veías muy graciosa ayer, pero más Sam.

—Sam realmente es muy agradable, se nota que ha disfrutado la vida y me sorprende que sea amiga de Lena. Son muy diferentes.

—Nadie se le compara a Lena.

—Y pensar que la Kara del pasado seguiría terca con William. Odio no poderme reír como me gustaría.

—El Karma... Ya no me estés recordando lo de William, todos cometemos errores.

—Sí, nadie es perfecto... Pero una cosa es que supuestamente te gustara William y otra que le dijeras eso a Lena. Tampoco es como que fuera tu gran amiga para que le estuvieras contando toda tu vida.

—Pues reconozco que cometí muchos errores con Lena que deseo reparar cada día.

—Quiero ver eso. Mucha palabrería y poca acción. Yo necesito que le hables de tus sentimientos y que la hagas mi cuñada.

—Bueno, la verdad es que te quería hacer sufrir un poco más, pero me complace contarte que Lena es mi novia.

—¿O sea que no me querías contar?, ¿Después de todo lo que he sufrido y me he preocupado por ti?  Si no fuera porque me siento tan mal me las pagarías. ¿A quién se le ocurrió tan brillante idea de ocultar la verdad?

—A mí.

—Eso imaginaba, pero quería estar segura. Ya decía yo que Lena sería incapaz de tramar una idea tan tonta.

—Pues aceptó seguirme el juego.

—Ya sabemos que cuando se trata de ti, ella deja de pensar correctamente...

La chica del apartamento 512 (Supercorp).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora