La pregunta

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Lena despertó primero que Kara, pero no era capaz de salir de la habitación porque imaginaba que su imagen con los Danvers no era la mejor. No tenía caso engañarse, desde que Kara le empezó a coquetear, supo que terminarían tal como lo hicieron... Sólo que ella alargó el momento y convirtió todo en algo todavía más intenso y complejo. Amaba a Kara con todo su corazón, pero también despertaba sus instintos más bajos y realmente había disfrutado ordenarle y tener el control de la situación... Sin embargo, no pudo resistir demasiado y terminó cediendo fácil y desenfrenadamente a su persona favorita.

Kara dormía plácidamente y Lena envidiaba esa capacidad de Kara de que nada le importara demasiado, mientras ella se preocupaba exageradamente por todo. Si su mamá se enteraba de su comportamiento seguramente la regañaría y para estas horas ya estaría casada con Kara o ella estaría al otro lado del mundo.

Seguramente era por lo de Alex y Kelly, pero tenía que reconocer que cada vez, el deseo de casarse con Kara  era mayor. Realmente se imaginaba compartiendo cada día con ella y por supuesto cada noche. Debía ser maravilloso no estarse preocupando porque alguien las escuche o vea mientras estuvieran en la casa que compartirían en el futuro.

Con esa ilusión en el corazón, no se pudo resistir más y empezó a besar a Kara. La rubia empezó a moverse y aunque ni siquiera estaba consciente de lo que hacía, correspondía el beso casi de forma automática. Kara balbuceaba palabras que Lena sinceramente no entendía, parecía como un idioma de otro planeta o algo similar. Hasta que pareció entenderle.

—Haré lo que tú quieras Lena, pero no pares...—Lena se empezó a reír, así que Kara estaba obedeciéndola también en sueños.  Siguió besando a Kara hasta que la rubia fue despertando poco a poco. No había mejor forma de despertar que siendo besada de esa forma por Lena, es todo lo que lograba pensar Kara.

—Buenos días, mi amor.

—Sí que son unos muy buenos días.

—Parecías estar disfrutando de tu sueño, lamento haberte despertado.

—Sí, bueno, yo, yo creo que estaba soñando unas cosas muy interesantes... Pero nada supera a la realidad, así que puedes despertarme de esta forma todas las veces que quieras. Tienes toda mi autorización.

—Lo tendré en cuenta para futuras ocasiones.

—¿Dormiste bien?

—Sí, pero me preocupa tu familia.

—Está todo bien, amor. Ni siquiera creo que les importe, mi familia sólo quiere verme feliz y tú vaya que lo haces.

—No deja de ser un poco incómodo. ¿Por qué tienes que gustarme tanto?

—Yo no pienso renegar de eso, para mí mejor. Además, yo soy la que se ha llevado la peor parte con tu mamá y mírame, puedo vivir con eso y seguir adelante.

—Ok, ok. Tal vez esté exagerando y preocupándome demasiado.

—Sí, lo estás haciendo. Relájate, todo está bien, demasiado bien a decir verdad.—Kara besó a Lena para calmarla, pero era ella la que parecía que se estaba acelerando.

—Creo que quieres darle continuación a tu sueño, pero ya es tarde y quiero desayunar.

—Aguafiestas.

—Insaciable.

—Sí lo soy, te amo.

—Yo más.—Lena salió con el rostro lleno de vergüenza de la habitación, pero contrario de lo que pensaba, nadie parecía estar juzgándola. Al contrario, cada persona en la casa parecía estar pensando en sus propias cosas. ¿Será que no las habían escuchado? Porque muy silenciosas no habían sido. Kara la tomó de la mano y le sonrió, eso le daba seguridad. Alex observó atentamente a su hermana.

La chica del apartamento 512 (Supercorp).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora