El amanecer llegó rápidamente. Con un nuevo movimiento de varita la cabaña se esfumó. Era tiempo de continuar con su camino. El caballero tomó de la mano a la pelirroja, la montó a la quimera, entonces comenzaron su andar. Al principio fue lento después aceleraron el paso.
- Aún debemos cruzar el estrecho de mar entre la masa continental... - dijo el de ojos dorado
- ¡Ya quedaste de acuerdo en donde vas a a entregar la fórmula...! - exclamó el fénix
- Tengo al comprador no el lugar de encuentro... no usaría un celular común para eso... - dijo el caballero blanco
- Típico de ti Ulquiorra... - comentó el ave
- Y está vez, ¿cómo cruzaremos? - preguntó la chica
- Tengo un poco de prisa. Además no podemos volar todo el tiempo ya se cansa Fénix... así que usaremos un poco de magia de hielo... es fácil cambiar el estado del agua... - comentó el caballero
- ¿Cambiar el estado del agua? ¡Se refiere a congelar el mar...! - dijo la pelirroja
- Exactamente... - dijo el felino
- Es una lástima que no vuelva a ver Horco a nuestro viejo amigo Merlín... - dijo la quimera
- Es algo que sabíamos que podía pasar. Estamos aquí para ayudar a Ulquiorra a despertar a Merlín y dar un paso a una nueva era de la magia... no para reuniones tristes... - comentó el ave
- Para llegar más rápido va a ser más fácil cruzar por Francia y salir por la costa norte... - dijo el mago
- Sirve que la chica disfruta de la ciudad más romántica del mundo... - dijo el leopardo
Eso sonrojo a ambos.
- Podremos cruzar sin dificultades España gracias a Horco. Los problemas van a empezar al llegar a Francia. Me busca la Interpol... - dijo el de pálida piel
- En teoría buscan un joven de cabello negro y ojos verdes. Tú te ves mayor con el cabello blanco y los ojos dorados... cruzar la frontera no debería ser difícil... - dijo la quimera
- En eso tienes razón. No fue tanto problema cuando llegamos a los muelles ni siquiera estando tan cerca de Portugal... - dijo el hombre
- Eso fue gracias a las sirenas. Pero ellas ya no volverán a ayudarnos... - dijo el fénix
- Lo sé... pero sirve que buscó un teléfono preparado para poder llamar a mi contacto... - dijo el hechicero
- Bien entonces sigamos... hay que cruzar hoy la frontera con Francia para descansar ya del otro lado... - dijo el felino
Ciffer afirmó con la cabeza. Continuaron con su andar. Fue un viaje tranquilo en el que Orihime pudo disfrutar de los bellos paisajes, aunque en ningún momento se detuvieron. Al llegar al límite entre los dos países, con un toque de magia Ulquiorra pudo lograr cambiar los pasaportes. Así cruzaron sin altercados hacia la bella Francia. El caballero había notado que la pelirroja estaba exhausta, no era normal para ella andar en esas condiciones por tantas horas, así que está vez el de ojos dorados pago un motel. Esto avergonzo a la doncella, sin embargo ella sabía que el motivo era un lugar para que las criaturas descansarán y pudieran ser alimentadas por el mago. Aún no era de noche. Así que la pareja podía salir de paseo por aquella ciudad Auzat, lucía un poco provinciana dada su cercanía a los Pirineos.
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Silencios
FanfictionUlquiorra Ciffer, ¿quién es?, nadie sabe su verdadero nombre, hace cosas extrañas, tiene muchos secretos, habla con personas aún más misteriosas, ¿de dónde ha salido?, no existe, pero ¿cómo tiene tantas cosas?, dinero, propiedades, ¿por qué le inter...