Memorias 2: El rey

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Era una bella tarde, ahora tenía tanta curiosidad por mi capacidad, por lo que podía hacer que me puse a cultivar árboles frutales, mientras mi madre cocinaba, fui por un gran ramo de flores, tomé la cesta llena de frutas dulces para darle gusto a mi mamá, pero cuando llegué encontré una escena de terror, solo pude gritar, sentí un punzante y agudo dolor en mi pecho, caí al suelo, era un sentimiento horrible, sentía que me faltaba el aire, mis lágrimas brotaron, no podía con lo que tenía ante mí, tenía que ser mentira, en un charco de sangre, yacía mi madre.

Detrás de mí aparecieron unos caballeros con brillantes armaduras, los mire por el rabillo del ojo, aquel día pensé que mi muerte había llegado, ni siquiera recordaba las palabras de Merlín, pasaron muchas cosas por mi joven y estúpida mente, entre tantas cosas, fue un anhelo vago y vacío, tan solo deseaba una vida simple, quería vivir 1000 años en un lugar fresco, rodeado de praderas, con la brisa llena de pétalos de flores, allí esperaría paciente encontrar a mi amor, realmente fui ingenuo, los caballeros se presentaron entonces.

- ¡Su majestad!, ¡hemos venido hasta aquí buscándolo!, ¡príncipe Merlak! - exclamó uno con capa

Los intrusos se pusieron de rodillas, yo solo me giré un poco más para poder verlos.

- ¡Mi nombre si es Merlak!, pero yo no soy ningún príncipe... - dije aún sollozando

- Su majestad el rey a muerto... - comentó uno de los hombres

- Perdón por decirlo de esta manera, pero no me importa, yo solo cultivo flores para el castillo, mis hermanos mayores son los príncipes... a mí no me interesa nada de eso... - dije deprimido

- Sus hermanos mayores también han muerto a manos de ellos mismos, de hecho su majestad, todos los príncipes murieron en trágicos eventos de traición... - dijo insistente el de armadura

- ¿Traición? - dije intrigado

- El rey no dejó un heredero al trono, su hermano mayor Minoru, fue a quien se le asoció de inmediato como el próximo rey... por ser el primogénito... pero era un hombre maduro... con eso los menores iniciaron un golpe de estado, lo que terminó en la desafortunada muerte de todos los príncipes, usted es nuestra única opción... - dijo el caballero

- Ya sé los dije, no me interesa... - repetí

Pero poco les importó, igualmente me llevaron al castillo, a ese lugar dónde alguna vez entregué flores, dónde nací, al que no quería volver, en ese sitio me nombraron rey, de unas tierras, de las cuales no sabía nada en absoluto, aunque lo primero que hicieron fue enseñarme esgrima, modales de etiqueta, música, como vestir, sinceramente como ser un noble refinado, pulcro y ostentoso, sin embargo nada sobre como vivía la gente, impartir la ley, sus necesidades, cuando cumplí 17 años, mi formación para ser rey estaba francamente enfocada a como lucir bien ante la corte, pero solo eso, probablemente querían que siguiera siendo ignorante de lo que pasaba con el pueblo.

Siendo un hombre que también fue educado en el arte de la magia, sabía que había más por aprender, así que con par de escoltas salí del castillo, para conocer con mis propios ojos mi reino; al pasar por los pueblos me acerque a las personas, escuche lo mucho que sentían, igual que lo hacía con la magia, se necesitaba comprender y empatizar para poder entender el flujo de la energía, dejé de vivir en el castillo todo el día, encerrado, entendí el concepto de pájaro en una jaula de oro, me pasaba el tiempo enseñando a la gente a mejorar sus vidas, no resolviendo sus problemas, sino dándoles el conocimiento para cambiar, de crecer. Era mucho más atrevido e intrépido, así que a veces usaba un toque de magia para ayudar con las cocechas, arreglar techos, o curar animales y niños, era discreto, hacía pasar mis embrujos por remedios, con eso nadie sospechaba de mí, más de una vez Merlín me advirtió de los males de la ignorancia, en esas personas pude comprobar lo que mi maestro me dijo, vivían sometidas a la manipulación, por ello me di a la tarea de brindar educación, construí escuelas, fue una campaña difícil, a veces no regresaba al castillo, era un muchacho rebelde, me dejé el cabello largo, me quedaba en hostales y cantinas a dormir, comía y bebía con las personas, me contaban historias, creían en mí, esas personas humildes eran las que más me daban, por eso me gustaba hacer lo mismo por ellos, me gustaba conocer de propia mano a los campesinos, fui feliz, por un tiempo.

El reino creció, la vida de las personas mejoró, incluso mi palacio era más próspero, recuerdo que cuando cumplí 21 años mi corte me pidió que me casará, sinceramente no me encantaba la idea, era un hombre que no le llamaba la atención esas cosas,...

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El reino creció, la vida de las personas mejoró, incluso mi palacio era más próspero, recuerdo que cuando cumplí 21 años mi corte me pidió que me casará, sinceramente no me encantaba la idea, era un hombre que no le llamaba la atención esas cosas, vivía en una fantasía, solo quería esperar a mi amor, mientras tanto viviría de la manera más correcta que pudiera, que estúpido e ingenuo fui, me plantearon que esa boda no solo haría más grande el reino sino que nos convertiría en aliados, acepté a regañadientes.

Supongo que para la princesa fue muy extraño que un rey como yo se negará a pasar las noches con ella, era muy tierna, tenía apenas 16 años, yo no sabía cómo lidiar con ciertas situaciones, nunca me llamó la atención el sexo, me exigían, me rogaban, me pedían que tuviera un hijo, sin embargo yo era virgen e inexperto, me vi un tanto forzado a cumplir con esta parte como soberano, tuve que ser muy directo y hablar con ella, saber si realmente esa joven era igual que yo, la princesa estaba en la misma situación, por lo que fue un juego de experimentos, de sensaciones, de descubrimiento pasar una sola noche juntos, fue placentero pasar esa noche con mi sumisa esposa, aunque no me sentía bien, era como una mentira que repites tantas veces que al final piensas que es verdad, eso fue mi infierno, porque al parecer a alguien no le gustaba lo que yo hacía por la gente, una noche un grupo de caballeros, seguidores de mis consejales, traidores a la ahora reina, atacó el castillo, mis amados sirvientes dieron su vida por sacarme de ese lugar, yo no podía dejar a la doncella, la tomé de la mano, por una puerta secreta la saqué de allí, comenzó a incendiarse el castillo, mientras corríamos nos dispararon flechas, de la forma más cobarde asesinaron a la princesa, murió cruelmente en mis manos, aunque yo no tuve un mejor destino, me rodearon, cercado, me fueron empujando hasta una cañada, rodeado por unos 6 hombres me apuñalaron con sus espadas varias veces hasta que caí por el risco hasta un río.

No puedo recordar que pasó, pero fue tan doloroso sentir el metal cortando mi carne, sintiendo como mi sangre brotaba de mi piel, sentir como me ahogaba, perder la conciencia, fue aún más confuso y exhaustivo despertar en algún lugar desconocido, en un río que jamás había visto, grité de frustración, de rabia, de coraje, me pregunté el porqué, pero la respuesta que encontré fue tan terrible como simple, la ridícula ambición del hombre, esa ansiedad que convierte al hombre en un monstruo, en una bestia, como yo no era un rey obediente y abnegado se deshicieron de mí, entonces comencé una nueva etapa en mi vida.

-------------- Capítulo completo --------------

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