024 |Enfermo

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Entierro las uñas en la mesa, gimo extasiada mientras tengo a Namjoon detrás de mi marcandome las caderas a la vez que me embiste con fuerza.

Tengo una pierna subida a la mesa dándole más acceso a que entre en mi, me marca los pechos con sus manos, tapo mi boca no queriendo hacer más ruido pero eso no le gusta ya que me quita la mano y me pide que gima todo lo que quiera.

Me acomodo el vestido cuando acabamos, llegué hace media hora y estábamos conversando; el no dejaba las manos quietas las cuales metía dentro de mi vestido donde tocó la tanga que cargaba puesta, eso lo descontroló y me hizo suya sobre la mesa. Han pasado algunos días desde que llegó y ya me hemos profanado cada parte del lugar; su habitación, en el balcón, en el baño, el sofá, la cocina. Ya no recuerdo en que más lugares me tomó.

—Hoy tenemos una premiación —se sienta en el sofá—. ¿Me acompañas?

Termino de arreglarme sentándome a su lado.

—¿Quieres que vaya? —asiente, pone mis piernas sobre las suyas acariciándome los muslos, mira al frente como si estuviera pensándo en algo—. Namjoon ¿que pasa?

Sacude la cabeza.

—Debo irme —me pongo de pie tomando mi bolso—. Nos vemos después

Me despido saliendo del edificio, en el trayecto me quedo pensando en el; últimamente se quedaba en blanco, toma pastillas para el dolor y se queda hasta tarde despierto. No se que le pasa y me está comenzando a preocupar, me quedo en la cafetería cumpliendo con mi turno, ya no es tan cansado como antes y sinceramente es un peso menos en mis hombros. Me quito el delantal al culminar mi hora laboral, debo arreglarme para esta noche

—Hana..

Alzo la cabeza mirando a Jinyoung que está frente a mi, es incómodo verlo ahora después del beso. Lo he ignorado estos meses y no se que hacer ahora.

—¿Podemos hablar? —me toma de la mano, me suelto rápido sintiéndome extraña.

No puedo segur sintiendo esto por el, ahora estoy con Namjoon pero....

Mi gusto por Jinyoung no se ha ido del todo.

—No puedo —me alejo—. Lo siento

Acelero el paso llegando a la parada de autobús, me siento tan nerviosa ya que mi cuerpo sigue reaccionando cada que aparece. Llego a casa y me despejo de mis cosas entrando a la ducha, todo iba bien, si tan solo el no hubiera aparecido no me estaría cuestionando.

Reparo en el vestido que está sobre la cama, corto y sin mangas de color negro. No era gran cosa pero si elegante, aliso mi cabello y me maquillo un poco; me echo un poco de perfume y tomó mi bolso saliendo hacia la sala.

—¿Cariño donde vas? —me dice mi madre sentada en el sofá.

—Acompañaré a Namjoon

—Ve con cuidado —me besa la mejilla—. Cualquier cosa me llamas

Asiento saliendo del departamento, mis padres desde ese día preguntan por el, les cayó de maravilla diciendo que es muy educado. Si supieran.

El auto de Namjoon se estaciona frente a mí, ingreso y el olor de su perfume me golpea, lo miro y está usando traje negro y la frente descubierta. Pero ese no era el problema, el problema es la caja de pastillas que tiene en mano.

—¿Te sientes bien?

Asiente.

—¿Para que son esas pastillas?

—Me duele un poco la cabeza, nada más

No pregunto más, es difícil sonsacarle algo. Miro por la ventanilla sintiendo su mano acariciar mi muslo, le deja ahí mientras maneja.

Obligada >>K. Namjoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora