028 |Culpa

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Las clases terminan, el salón poco a poco se va vaciando hasta quedar yo sola, termino una tarea pendiente y recojo las cosas sin apuro alguno. Doy la espalda hacia la puerta y guardo los lápices en el bolso y es ahí donde me quedo como una estatua al percibir un aroma familiar y como la puerta es cerrada.

Sin embargo no me muevo, sigo guardando las cosas cuando el olor se hace más cercano y unos brazos me rodean la cintura. Inhalo el aroma fresco.

Huele a colonia y crema de afeitar.

—¿Porqué me dejaste? —inquiere tosco.

Ante la seriedad de sus palabras se que está molesto por el simple hecho de no despertar a su lado.

—Tenía clases

—Pudiste levantarme pero no, decidiste dejarme ahí....solo

Ruedo los ojos sin que me mire, el drama en todo su esplendor.

Siento sus labios chocar contra la piel sensible de mi cuello, deja pequeños besos que mandan correntadas hacia mi cuerpo y debo pararlo porque mis hormonas están alocadas. Y lo sé porque estoy en los días en los que me llega el periodo y quiero evitar cualquier tipo de accidente.

Aun en sus brazos me volteo hacia el, topandome con una mirada seria y molesta.

—Ya te dije, tenía clases —chasquea la lengua—. Nam... no comiences ¿si?

—Me dejas solo —sus dedos se enredan en los hueco de las medias de mayas—. Y por si fuera poco, vistes así y crees que no haré nada

Trago saliva con fuerza, sintiendo sus dedos subir poco por mi piel hasta llegar a mi trasero donde sus dedos juguetean con el fino hilo de la tanga de encaje.

—Mierda —sisea

—Nam.. 

Un quejido sale de mi cuando me aprisiona contra su cuerpo y siento su ya dura ereccion refregarse contra mi abdomen.

—Hagamoslo rápido —el susurro me derrite, mordisquea el lóbulo de mi oreja—. Seremos silenciosos

Muerdo mi labio evitando soltar algún quejido, sus dedos acariciándome y sus besos en mi cuello me ponen a mil. Aprieto las piernas al sentir mis bragas humedecerse, y es que ahora cualquier tacto me estimulaba.

—N..No podemos, estoy en mis días —miento.

—No importa

Jadeo con sorpresa, separándome para mirarlo.

—No creo que sea posible, no me gusta así —vuelvo a mentir.

—Si es contigo no me importa —acuna mi rostro entre sus manos—. No tengo problema alguno en follarte así

Joder.

Y es que en todo este tiempo no hemos pasado a más de besos  y toqueteos, justo como ahora; que tiene sus manos apretandome  el trasero como a él le gusta. Y debo admitir que ya me acostumbre a tener sus manos sobre mi piel a cada momento, si en algún momento deja de tocarme rápidamente pensaré que está enfermo.

—No creo que sea posible —rodeo su cuello con mis manos mientras doy leves masajes con mis uñas en su nuca. Se lo mucho que le gusta—. Mejor vamonos, dentro de poco comienza mi turno en la cafetería

Suspira molesto alejando sus manos de mi cuerpo, trato de ocultar la sonrisa ante su actitud.

Es como uno niño haciendo berrinche por algo que no le dan.

—No te enojes

—No estoy enojado —suelta tosco—. ¿Porqué no quieres que te toque? Siempre que quiero pasar a más te alejas

Obligada >>K. Namjoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora