Las cosas no iban bien.Iban de mal en peor.
Habían pasado dos semanas desde que Namjoon fue dado de alta y ya se encontraba en su casa, sus fan's no tardaron en dejarles mensajes positivos que lo hacían sentir relativamente bien. Había mejorado, ya no tenía ningún dolor o molestia; pero tuvo que ir a hacerse unos chequeos para que todo estuviera en orden.
Pero lo nuestro iba en picada.
Cada que termina las clases y el trabajo voy a verlo a su departamento, y de verdad trato de que toda sea mejor para ambos. Después de decirle que lo amaba, de confesarle mis sentimientos el no me dijo nada; mentiría si dijera que su silencio no me dolió pero me lo merecía. Después todo lo que hice y sucedió era obvio que no todo sería color de rosa.
Lo que empieza, termina mal.
Suspiro cansada al llegar a casa, eran alrededor de las ocho de la noche; mis padres se encontraban en su habitación y lo único que hice fue tirarme en mi cama boca arriba mirando al techo. La cabeza me dolía de pensar tanto en como mejorar está situación, pero Namjoon no daba ninguna señal de querer volver a estar conmigo.
Y la verdad es que me estaba cansando de intentarlo.
Tenía una idea en mente, un poco alocada pero no para mal. Sin embargo tenia muchos nervios de hacerlo.
—Tengo que hacerlo —entro al baño y tomo una larga ducha.
Me encargo de tallar muy bien cada parte de mi cuerpo, esta idea a venido rondando desde hace una semana, es por eso que he ido a un Spa para que me exfolien el cuerpo y lo dejen suave con un aroma florar. También me encargue de ir a su centro estético para quedar libre de todo bello, aclaramiento y depilación en ciertas zonas.
Me seco el cabello y me envuelvo en una toalla, me echo crema y busco la lencería que compré hace unos días. Me la coloco y me paro frente al espejo detallandome en el.
Era rojo de encaje con algunas tiras de adornos que le daba un toque elegante, el sostén me quedaba ajustado haciendo que la tetas se me vean más grandes de lo normal, la tanga era también de encaje fino, la pequeña tira del hilo se perdía entre mis nalgas dándole un toque sexy.
Nunca en mi vida me había sentido tan sexy.
Y es que vamos, ya me sentía lo suficientemente bien para verme a un espejo y amar mi cuerpo tal y como es. Al principio se me hacia incómodo usar tangas, pero ahora me encanta usarlas.
Seco mi cabello y lo dejo suelto, busco un vestido ajustado y corto que moldee mi cuerpo. Unos tacones de punta, delineo mis labios con labial rojo dándole un toque más voluminoso y para el final un perfume con olor a vainilla que me encanta. Tomo un pequeño bolso con algunas cosas dentro y me miro al espejo.
Joder.
Me veía hermosa y sexy.
Estaba cansada de ser una mojigata, de tener que callar mis pensamientos o escandalizarme por temas sin sentido, a quien engañaba. Me volvía loca que me hicieran y deshacieran en la cama, sobre todo el.
Hana se va a comer al mundo y a Namjoon también.
Salgo del departamento, tomo un taxi con dirección al Penthouse y los nervios me atacan de a poco, tenia miedo de que lo planeado no salga como quería. Me bajo del taxi y me paro frente al gran departamento, el frío viento recorre mi cuerpo y tomo valentía de entrar y tomar el elevador hacia su piso
No me niegan la entrada al saber que soy novia de uno de los inquilinos, es por eso que entro como si nada.
Al llegar al piso ingreso la llave y entro, todo está oscuro, dejo mi bolsa sobre la mesa y los busco por todas partes. No está en su habitación, ni en el baño y cuando creo que todo va en picada veo hacia el balcón y ahí está, recostado sobre una tumbona mirando la fría noche.
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Obligada >>K. Namjoon
FanfictionSer abusada en la universidad es un infierno para Hana. Está agotada física y mentalmente debido a eso, pero se ve envuelta en un mar de sensaciones, sobre todo en el placer. Al momento que su agresor "Kim Namjoon" una famosa estrella del pop corean...