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Las luces emitidas por las fotografías y el ruido que ocasiona la multitud, los reporteros interrogando a papá después de nuestra gran azaña en el banco me provocan jaqueca. Suspiro por última vez para escaparme de aquél centro de atención, no me gusta tener la mirada de todos en mi eso me hace sentir... Insegura
No puedo evitar pensar en que critican de mí.

Después de todo nos hemos vuelto "los niños maravilla" oficialmente y creó que ésto no me gustará.

Bajó la ventanilla del auto y me encuentro con una expresión indescifrable por parte del Rubió frente a mí.

──¿Que querías lograr con esto? ─preguntó con cierta rabia en su tono─. Es un momento importante para todos, no puedo tolerar tu berrinche.

¿¡Mi berrinche!?

──No comprendo del todo.. ¿Por qué sería un berrinche no querer que me tomarán fotos como a una exhibición?

Su semblante se tornó serio y su mandíbula se ha tensado no dice siquiera una palabra sobre el tema y sube al vehículo desde la parte delantera del asiento del copiloto.

Próximamente mis hermanos suben al auto algunos se encuentran enfadados como Luther y otros no le dan importancia en lo más mínimo. El camino a casa se siente lento como si de una tortura se tratará sin embargo esto es peor.

Miró por la ventanilla la ciudad con tanto anhelo de poder pasear por las calles con libertad.

Mis párpados se sienten cansados y comienzan a cerrarse lentamente...

──Ocho, llegamos.

──Vanya déjala ella quiere seguir durmiendo ahí. ─escuche una voz lejana.

──Cinco no podemos, no es correcto.

Aquella última frase fue lo único que se escucho después del fuerte sonido del vehículo que ha sido encendido.

El calor a tomado lugar en mí siento como si quemará mí piel y el oxígeno se marchará por completó, a más no poder seguir por falta de éste desperté de golpe provocando un dolor en mí cuello de pronto sentí escalofríos recorrer mí cuerpo al ver a una persona frente al vehículo cruzada de brazos con la cabeza bajá.

──¿Q-quién... ─senti un golpe en mí cabeza y todo se volvió negro.

...

Sentí frío en mis pies puesto que una brisa helada llegó hacía mí, una manta me protegió del frío y volví a sentir aquellas calidez. Escucho voces alrededor, pero se me dificultó comprender lo que éstas decían y el ruido aumento a lo largo de mis suspiros, ¿que será?.

──¿Grace, como se encuentra número Ocho? ─indago una fría y áspera voz que supe reconocer de inmediato, papá.

──La fiebre ha bajado señor... Sin embargo aún se encuentra débil para sumarse a los entrenamientos.

Mire a mí alrededor y entre cerré los ojos por la cegadora luz blanca que abarca toda la habitación ¿¡que carajos hago aquí!?

Agarró el vaso con agua para tomar la píldora que mamá me dió.

──Repiteme... Una vez más que pasó.

──¡Ya te lo dije más de diez veces! ─exclamó el chico de navajas hartó.

──¡No entiendo como pudieron dejarme en el auto durmiendo a todo sol! ─hable enfadada.

El río con sarcasmo.

──Tú nos dejaste en vergüenza al marcharte, ¡en nuestra presentación oficial!

Entorno los ojos y suspiro tirándose en mí cama sin ningún cuidado alguno.

Claramente quería que se fuera, pero fue el único que se ofreció a cuidar de mí y no puedo ser mal agradecida después de todo es raro sentir que los demás pueden llegar a sentir preocupación por tí, observó a mi hermano malhumorado mientras trata de dormir.

¿En serio? ¿Mi hermano gemelo es un tipo como él?

Después de todo no estoy sola..
En esta vida aún tengo a mis hermanos, y sí, perfectamente podrían ser mi peor desgracia pero los quiero... De alguna extraña forma.

Me levanto de mi cama para ir al clóset, saco mi pijama que está juntó al uniforme de..

──Cinco.

──Uh, ¿hice mucho ruido? ─preguntó el mencionado cerrando la puerta de la habitación quién lleva una bandeja en sus manos.

──No yo estaba despierta y, ¿que haces aquí?

──Mamá esta ocupada apagando el fuego que causó Klaus en su habitación.

¿Otra vez?

No puede ser ese chico tiene un problema severo en incendiar su dormitorio.

──Traje tu medicina. ─sonrió.

──¿Cinco, quieres salír? Digo este idiota duerme.. ─aclare mi garganta y desvíe la mirada.

Éste dejó la bandeja en el mueble y salió con cautela del lugar, imité su acción para seguirlo hasta las escaleras y sentarnos.

──Tú también..

──No ya no. ─interrumpio─. Ocho yo quería informarte que no, bueno, terminé de reunir la información que necesitó.

Le miré atónita, no me esperaba que dijera éso y pensé que el tiempo juntos sería más extenso me acostumbre a estar con el y no se que haré con mi tiempo libre si no estoy leyendo. Yo no quiero que termine esto.

──¡Terminamos de reunir! querrás decir. ─reí melancólica.

──Tuve que forzarte ¿no es verdad?

Negué y el río también. Se estiró en las escaleras cruzando sus brazos. El lugar está oscuro y calmado; raro.

Me recoste a su lado mirando al techo, suspire ya no se que hacer digo no planee nada para después que lo que sea que hacíamos con Cinco terminará y ahora simplemente se acabó sin previó avisó.

──Me gustó, pasar tiempo contigo eres una gran compañia.

──¿Ocho se volvió loca? O perdió su orgullo por completo.

Reímos.

──A mi también a pesar de tus berrinches, y el balde de agua.. Tampoco olvidemos cuándo no me diste galletas, ni cuando me lanzaste una lata.

──¡Hey! Eso no debías recordarlo además tu me hiciste perder mis meriendas.

Lo miré sonriente el se encuentra afligido, quiero pensar que es por que nuestro tiempo juntos ha terminado o solo es que la hora de viajar en el tiempo se acerca y tiene miedo.

El silencio se apoderó de ambos, ya no hay palabra que decir todo está dicho y lo sabemos.

El simple hecho de recordar aquellos momentos en que peleamos me causa gracia y la nostalgia se suma a está, suspiro pesadamente.. Solo cierro mis ojos tranquilamente.

Para pensar.

Traveling through love  ||Five Hargreeves #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora