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No pude evitar demostrar mi sorpresa por lo que dijo y para menos pude disimular mi alegría al escuchar sus palabras que hicieron eco en mi mente una y otra vez, el me observaba intrigante, pero no decía una sola palabra cómo si esperase a que yo siguiera la conversación.

Esperaba ser yo la que lo persuadiera en su decisión cosa que se me dificultaba por su obstinación sobre el tema sin embargo el que me confiese que no partiría por tan absurda idea me tranquilizó enormemente y por fin después de muchos minutos pude dialogar.

──¿Por qué no lo harás? ¿Que te hizó cambiar de parecer? O... ¿quién? ─pregunte mirándolo directamente a los ojos.

Exhalo y colocó las manos en sus bolsillos manteniendo una postura erguida, pero más relajada aunque su mandíbula aún estaba tensada no me miraba puesto que observó el suelo como punto de perdición.

──De hecho si lo haré.. Pero no por ahora.

Toda ilusión que había creado en mí hace un instante se esfumó por completo y ya no sentía emoción por lo que decía, pronto una risa me sacó de mis pensamientos y pude identificar cierta diversión de parte de cinco lo que causó mí enfadó. Como se atreve a jugar con mis sentimientos solo porque se le da la gana, sentí impotencia y ganas de golpearlo.

──¿¡Es una puta broma!? ─grite exaltada─. Eres un maldito imbécil número cinco.

Lo fulmine con la mirada y lo empuje, pero este me agarro de tal manera que provocó que ambos caigamos al suelo golpeandonos, excepto que mi caida se suavizó por el cuerpo de cinco quién recibió a mayor intensidad el golpe del suelo.

──Me gusta verte enojada. ─confesó con diversión.

──A mí me gustaría golpear ése estúpido rostro que tienes, porque te lo mereces y ni pienses que tu broma es de mi agradó, no sabés lo mucho qué me... ─no dije más pues me pareció necesario omitir el hecho de qué me alegro la idea de qué no viajaría en el tiempo─. Da lo mismo.

Se incorporó a mí lado sin decir una palabra suspiro pesadamente como si estuviera cansado, su mirada se perdió en la nada y ahí mirándolo en aquel estado de neutralidad quería reposar mí cabeza en su hombro, pero no tube el valor de hacerlo a la luz del día ¿que diría? ¿Que haría?, trás un largo silencio pensé en que no debería sentir ésto por el porque se iría y no soportaría perderlo, tengo un mal presentimiento de aquella idea a la cual acepte a contribuir, pero no quiero juzgar mi decisión, yo no sabía que me enamoraría.

──Es cierto que no viajaré en el tiempo, no, por ahora. Debo perfeccionar mis saltos espaciales si quiero ir en busca de lo desconocido.

──¿En cuanto tiempo? ─indague sin ánimos.

──No lo sé.

Había pasado un mes desde que por fin cinco había iniciado oficialmente su idea de viajar en el tiempo, se lo emocionado que estaba cuando había llegado el momento, pero por papá tuvó que dejar eso de lado por al menos los días en que nos vamos a hospedar aquí en el bosque, se lo desilusionado que se sintió cuando recibió la noticia de un viaje lejos de la ciudad y lo difícil que es contener sus ganas de explorar su poder y que gracias a ello anda de mal humor al menos más de lo normal.

Debatía conmigo misma si debía apoyarlo nuevamente, ayudarlo significaría aceptar que se enfrentará al peligro y no hacerlo solo lo alejaría porque de un modo u otro lo hará, pero al menos no sentiría culpa si no llega a volver. ¿Que hago?

──Tengo ganas de un sándwich, ¿quieres uno? ─sonrio burlesco.

Lo examine de pies a cabeza, este chico algo trama.

Traveling through love  ||Five Hargreeves #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora