Ya había pasado una semana desde que Alex y Juliette se volvieron amigos salieron casi toda la semana.
Era de madrugada y estaba lloviendo en el reloj daban exactamente las 2:00 am y Juliette no podía dormir así que decidió cambiarse con un pantalón negro y una sudadera negra.
Abrió una ventana que había en su habitación y se salió por ahí este iba a ser un paseo nocturno extendió su paraguas y comenzó a caminar
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Vio como en el cielo sonaban lo truenos.
Se encontro a una gatita color negro maullando de dolor y se agachó a acariciarla, luego la tomo y vio que tenía muchas heridas.
Los gatos negro se consideran de mala suerte pero para Juliette no, para ella se consideran de buena suerte y siempre quiso tener uno pero su madre y su padre jamás se lo quisieron comprar y mejor le compraron otros dos gatitos machos.
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Sammy
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Michi.
Ella los quería mucho pero siempre quiso un gatito negro.
Cuando cargo a la gatita negra vio otra gata que parecía ser su madre pero está gata estaba muerta.
-Al parecer tu también perdiste a tu madre igual que yo.
Dijo Juliette, derepete una señora algo gorda se acercó a ella.
-Niña, dame a mi gata la necesito para que mi marido me quiera
Dijo la señora regordeta y Juliette se imagino que la iban a matar para hacer brujería.
-No, no se la voy a dar, si su marido no la quiero no hay nada que se pueda hacer, el amor no se fuerza.
Dijo Juliette y salió corriendo con la gatita hasta su casa, cuando estaba a en su cuarto curó a la gatita y le dio cobijas para que se durmiera con ella.
-Tranquila pequeña nadie te va a hacer daño mientras estés conmigo, tu nombre será Mia.
Dijo Juliette mientras sonreía y se acostó a dormir.
