Integración

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─¿Que puedo hacer para conservar mi alma?─Quiso saber, Daniel.
─Debes lograr la integración.
─¿Pero cómo hago eso?
─Ya lograste fabricar un alma. Deberías saberlo. Esa información, se conserva aún en tí.
─Pues no. No lo sé.
─¿Eres idiota? Para fabricar un alma, debiste unir todos sus elementos, fusionarlos, ya que estaban dispersos. Esa fue tu primera integración. Pero hubo dos más. Debiste integrar tu alma al cuerpo físico, que tenías en aquel entonces y luego integrarla con el Gran Espíritu.
─¿El Gran Espíritu es Dios?
─Llámalo Juan Pérez, si quieres. Da igual. Se le da muchos nombres. Yo prefiero llamarlo El Gran Espíritu, porque así me lo represento y es como mejor lo puedo expresar.
─¿Es algo así como El Creador?
─Sería otra forma de definirlo. Pero tampoco es exacta.
─¿Pero que es?¿Alguna especie de conciencia universal?
─Pues, El Gran Espíritu, es lo que es. No hay otra forma de definirlo. No creo que exista en todo el universo, una criatura capaz de comprender al Gran Espíritu¿ Y cómo puedes definir algo que está más allá de toda comprensión?
─¿Pero es posible integrarse a algo que no se puede conocer?
─Claro que sí. Ya estamos integrados a muchas cosas que desconocemos. Pero, otra vez, no estás prestando atención. Dije que, el Gran Espíritu es imposible de comprender, no que fuera imposible de conocer, por ende, la integración, debe ser consciente.

ChamánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora