Búho

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─Ya se hizo tarde─Dijo Rafa─Debes irte. Pero antes, tengo que darte algo. Es importante que me lo devuelvas mañana, en lo posible, antes de mediodía.
─Está bien, Rafael. Así lo haré.
Rafa fue por un trozo de papel y escribio una palabra en él. Lo dobló y se lo entregó a Daniel.
─Guardalo en tu bolsillo y no lo saques, hasta que estés solo en tu cuarto. Nadie más que tú, puede verlo─Agregó.
─¿Que es?─Preguntó Daniel.
─Es una palabra quechua, que significa integración.Deberas repetirla mentalmente, 108 veces antes de dormir y otras 108 veces al despertar. Jamás la digas en voz alta o perderá su poder.
─¿Y eso para que?
─Para activarla.Si lo haces bien, te ayudará a encontrar tu camino.
─¿Es magia?
─Es una forma de ahorrarle trabajo al guía que te enviaré. Creo que, el pobre, tendrá demasíado contigo. Va a ser mejor que le ayude un poco. Recuerda devolverme ese papel mañana, antes del mediodía.
─Sí, Rafael.
─Ve. Uriel y su familia, deben estar preocupados.
─Ellos saben que estoy aquí, contigo.
─Por eso mismo, deben estar preocupados.
La noche ya estaba avanzada. Ambos se despidieron en la puerta de entrada, y Daniel emprendió su camino en la oscuridad.Cuando llegó a la casa de Uriel, pudo notar que había algo sobre el tejado. Era un búho enorme, que parecía estar esperándolo.

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