Albedrío

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─Míralo así─Dijo, Rafa─Eres de la capital, allá tienen grandes avenidas¿Tu dejarías que un niño pequeño cruzara la calle sólo?¿O lo llevarías de la mano?
─Tienes Razón, Rafael, hasta ahí lo entiendo, pero me parece un poco exagerado el afirmar que no seamos libres de decidir ninguno de nuestros actos.
─No es ninguna exageración. Somos como máquinas programadas para actuar de una determinada manera. Cada decisión que crees tomar, responde a esta programación. Tú no estás decidiendo nada.
─Pero dijiste que es posible obtener el libre albedrío.
─Debes ganartelo. La única manera de ser libre es siendo conciente.
─¿Que tiene ver la conciencia con la libertad?
─Tiene todo que ver. El límite de tu conciencia, es también el límite de tu libertad. A ver. Tu asocias la idea de libertad a tu capacidad de tomar decisiones. Lo que no se conoce, no puede existir para la conciencia, esto, incluye también, las opciones que tengas para elegir. No puedes elegir aquella opción que no conozcas. Tampoco puedes llegar a ser libre si ya crees que lo eres. Sólo serías una marioneta programada para creer que es libre.
─Es cierto. Somos marionetas complejas, pero marionetas al fin. Sin conciencia, no puede haber libertad.
─Ahora, Daniel, dime que opinas¿Una marioneta que es consciente de ser una marioneta, sigue siendo una marioneta?

ChamánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora