Veintidós

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Lost On You - LP

🫰🏻

Pasó la tarde sentada en Coven, recordando los buenos momentos y mentalizándose para volver a la realidad, imaginando los cambios que tendría que atravesar, pues seguramente su padre había sido notificado de la pelea por los directivos o quizá algún video había parado en sus manos o tal vez algún miembro de la iglesia le había llevado el chisme al pastor solo para sobar su lomo herido.

Y no era como si le importara, si todavía no lo sabía, ella mismo se lo diría, por más duro y difícil que fuera. No había tenido más opción que aceptarlo, que salir del escondite, lo habían orillada a decir en voz alta lo que mantenía bajo llave en su garganta.

Sentía que todo era una pesadilla, que caminaba entre aguas espesas de pantanos y que pronto se despertaría, pero al pestañear se daba cuenta de que eso no sucedería. Todo sucedió tan rápido, durante años se preguntó si debía elaborar un discurso para contárselo al mundo, y ahí estaba, delante de una bomba que acababa de explotar sin que ella hubiera encendido la mecha.

Lo duro de todo el asunto es que había perdido a su mejor amiga en el proceso, ni siquiera había intentado contactar a ________ para saber su paradero, para averiguar si estaba bien. La chica se había ido quedado toda la tarde en esa arboleda, sonriendo a la nada cuando escuchaba las risas de dos chiquillas que jugaban a lanzar rocas, cuando recordaba los secretos que habían compartido recargados en el mismo tronco.

Se dobló por la mitad y dejó que una lágrima mojara la tiera. Había esperado que el teléfono sonara y el identificador arrojara su nombre, incluso esperó que apareciera porque era un refugio especial para las dos; pero nada sucedió y la pelinegra creyó saber las respuestas. Le dolió el pecho, el cuerpo, el corazón.

La tenía destrozada.

No era mucho de tenerse compasión, mucho menos de lamentar lo que sucedía. No obstante, lo que había pasado en la escuela seguía apareciendo en su mente y el dolor se hacía más grande cada vez que recordaba cómo Lauren le volteaba el rostro. La había ignorado, había permitido que todos se burlaran, que tomaran fotografías, que se rieran, ni siquiera intentó negar las acusaciones, solo dejó que pasara sin ayudarla.

________ sentía que la había arrojado a los tiburones para después mirar cómo se la tragaban... y había roto sus promesas, esas de protegerse como hermanas sin importar lo que pasara. La pelinegra le había cuidado las espaldas muchas veces, cuando ella se emborrachaba, aquella ocasión en la que le descubrieron una nota con las respuestas y ella había dicho que era suya para que no la mandaran a detención porque debía ir al entrenamiento, había sostenido su cabeza cada vez que la ojiverde lamentaba no haber conocido a su padre. Siempre estuvo ahí, así que esperaba que por lo menos estuviera en un momento como ese; pero estaba sola en medio de la oscuridad y un montón de árboles.

Sola.

Sin darse cuenta y sin poder evitarlo, empezó a llorar desconsoladamente, a soltar jadeos, pues no podía respirar, el aire no era suficiente para llenar sus pulmones. No supo cuánto tempo permaneció en ese sitio, escuchó un grillo y reaccionó, no podía esconderse más. Se puso de pie y caminó por el sendero hasta encontrar la calle, se detuvo en seco y miro por encima de su hombro como si estuviera contemplando su existencia. Creyó que estaría siempre con ella, se una u otra forma, besándola o siendo su madrina de bodas; pero no más, ya no más.

Sabía que Lauren no tenía toda la culpa, también era de ella por querer obligarla a ser alguien que no era. Caminó con lentitud por toda la avenida hasta llegar a su casa, los focos de la sala estaban encendidos. Se detuvo en la entrada, donde apretó el puente de su nariz y soltó un suspiro. No estaba lista, pero ¿cuándo lo estaría? ¿Para qué seguir atrasando el momento? Si se atrevía a negarlo se estaría traicionando a sí misma.

La Sintonía de los Colores (Lauren Jauregui y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora