Dieciséis

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Después del aquel encuentro en la cama de Lauren las cosas entre las dos transcurrieron del mismo modo; hacían todo por quedarse a solas, se juntaban al final de la escuela en sus casas con el pretexto de hacer tareas y pasaban el tiempo explorando la boca de la  otro, disfrutando de las caricias subidas de tono, perdiéndose entre los suspiros y jadeos, dejándose llevar por las olas de adrenalina que les ocasionaba el hecho de actuar en secreto.

La ojiverde disfrutaba de aquello, esperaba con ansias que la tarde llegara y que ________ se inclinara hacia ella para succionarle el labio, miles de sensaciones la recorrían. Su pecho se sentía cálido, su corazón latía desenfrenado y sus venas se calentaban.

Todo de pronto empezó a girar en torno a su mejor amiga, no se lo dijo, pero lo sentía en su interior. No podía dejar de pensar en ella, en la chica abrazándola, comiéndole la boca, cómo iba respetando sus inseguridades. Jamás creyó que su mejor amiga pudiera ser tan cariñosa, tan comprensiva, nunca se imaginó que con y ella aprendería lo que era perder la razón.

Lauren no había tenido demasiados encuentros sexuales antes, un par nada más, pero sí había besado y tocado a un montón de chicos. Le agradaba muchísimo, sin embargo, lo que sentía con _______ era diferente, ella dejaba su cabeza en blanco, le arrebataba suspiros y los sentidos.

Sin embargo, al final del día los pensamientos se le revolvían, los miedos llenaban su cerebro y creaban un nudo en su garganta, aguantaba las lágrimas apretujando los párpados. ¿Eso que estaban haciendo era correcto?

Recordó aquella ocasión en la que la pelinegra y ella habían hablado sobre masturbarse cuando eran dos pequeñas empezando la adolescencia. Estaban en la alcoba y su amiga hablaba sobre lo increíble que se sentía, así que le dio curiosidad.

Las dos terminaron con los pantalones en el suelo, y sin blusas, recostadas en el colchón mirando el techo, todo porque le había pedido que le mostrara cómo se hacía.

No se tocaron aquel día, pero Lauren la miró mucho y la imitó, y descubrió lo que era un orgasmo escuchando los quejidos de su mejor amiga. Oh, a ella le había encantado eso, tanto que se había tocado demasiadas veces reviviendo el suceso.

¿Le gustaban las mujeres? No, podía ver a un montón de chicas desnudas y no sentirse atraída. Pero con _______ siempre había sido diferente, al principio lo atribuyó a que eran compañeras y cómplices en todo, pero no lo sabía con seguridad y nunca le apeteció averiguarlo.

Mientras la ojiverde caminaba por los pasillos de la escuela y se acercaba a su casillero para sacar los libros de la clase de química, recordó otro momento que había guardado en su memoria, lo había empujado lejos para no clavar en lugares que no quería descubrir.

Una vez fueron a una fiesta, las dos tomaron más alcohol del que podían tolerar, llegaron a casa de Lauren casi muertos, tambaleándose y diciendo incoherencias. ______ colapsó en el colchón, perdido en los sueños y el alcohol. La más baja lanzó una risita de borracha al escuchar su ronquido y fue a quitarle los tacos junto con los calcetines. Por alguna razón pensó que debía ayudarla más, así que le quitó la camiseta y le bajó los pantalones para que durmiera en ropa interior, como siempre hacía.

Se quedó de pie junto a su cuerpo y, sin poder controlar sus impulsos, su mano voló para acariciar los botones rosados de sus pechos, bajó y jugueteó con su ombligo, al final los estrujó, sintiendo cómo se ponían duros bajo de sus dedos.

Con la respiración acelerada coló su mano al interior de las bragas y la acarició mientras acariciaba su propio río con la otra mano. Cuando la pelinegra dejó escapar un quejido la soltó como si quemara y se percató de lo que había hecho.

La Sintonía de los Colores (Lauren Jauregui y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora