Dieciocho

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Lauren se despertó cuando sintió que alguien besaba su barbilla, abrió los párpados y miró el techo, la habitación estaba en penumbras. Se preguntó qué hora era, pero todo se le olvidó cuando ______ le besó el oído y sopló su aliento ahí.

-Lo siento -la sintió sonreír. Estaban igual que cuando se recostó a su lado, abrazadas y muy cerca, miró fijamente su rostro a pesar de la oscuridad. -No me pude resistir.

La pelinegra le dio un besito en el labio, luego otro y luego otro, así siguió hasta que sintió que se derretía; había ternura, paciencia y cariño en el intercambio, miradas suaves y sonrisitas. La más baja le regresó el abrazo rodeando su torso y pegándose a ella, la acarició por encima de la playera hasta llegar al borde, entonces corrió la tela hacia arriba y acarició la piel, que se le erizó al instante. Su amiga la besaba afianzándole la cabeza, el agarre era tosco, pero los besos delicados y superficiales. Solo lo quería atraer; hacerla caer en la red y estaba funcionando.

-Debo con fesar que tuve muchas fantasías contigo antes -susurró _______ besando su nariz. -Es mucho mejor besarte en vida real.

-¿Fantaseabas con besarme? -preguntó cerrando los ojos cuando la otra siguió con los besos que parecían las caricias de una pluma, se escuchaban los soniditos de estos cada vez que dejaba uno. -¿De verdad?

-Sí, todo el tiempo me preguntaba si sabrías besar, ¿serían dulces? ¿Te gustaría que te besara? Y luego cerraba los ojos y te imaginaba justo como ahora, mirándome como si esto te gustara.

Algo agradable se instaló en el pecho de Lauren, por algún motivo le emocionó el hecho de que hubiera querido besarla desde antes, ¿se habría acariciado también... como ella?

-Esto me gusta -dijo respirando profundo, acarició la espalda de ________ con su pulgar. -¿Fantaseabas con otras cosas?

La vio sonreír de lado, unas arrugas se formaron en la unión de su mejilla y su comisura, los ojos marrones centellearon y le gustaron más de lo que ya le gustaban.

-Con muchas cosas. -la escuchó y unos escalofríos recorrieron su columna vertebral.

-Muéstrame -contestó un tanto temerosa. Ya la había besado un montón, la había acariciado algunas veces, pero la pelinegra jamás la tocaba en sus zonas sensibles, jamás iba más allá. Por Dios que se moría por conocer esa otra versión, lo quería todo; sin embargo, también tenía miedo.

La más alta no esperó un solo segundo, estampó su boca contra la suya y le robó el aliento con desenfreno, acarició su lengua mientras masajeaba su cabello, le mordió los labios y los lamió. Cuando creía que nada podría mejorar aquello, su amiga resbaló sus manos por su espalda y acunó su trasero duro para apretarlo y restregarle los pechos que hizo que sus venas se calentaran.

La cosa no acabó ahí, _______ la giró hasta que su espalda tocó el colchón y se subió encima de ella, entre sus piernas. Se quitó la camisa, sus ojos verdes vagaron automáticamente por su abdomen marcado, embelesado por el cuerpo de la chica, antes de que esta bajara para atraparle la boca como un sagaz puma. Sintió unas manos colándose debajo de su playera, jadeó extasiada cuando sus dedos palparon su torso y llegaron a sus pechos; Lauren se tensó, por lo que la otra chica se detuvo de inmediato.

-Oh, Dios, estás temblando, lo lamento -hizo el amago de incorporarse, pero la ojiverde le cogió los hombros y tocó la piel caliente, obligándola a quedarse donde estaba. La otra sonrió con cariño y le dio un beso húmedo que le supo a gloria, a paz y tranquilidad -Tranquila, Lern, solo soy yo, no haré nada que no quieras, te lo prometo.

Lern. Hacía tanto que no la llamaba de esa forma... La última vez que escuchó ese nombre fue cuando eran chiquillas y les gustaba sentarse en el suelo y embarrarse de lodo. Lern sonaba bien, sonaba correcto.

La Sintonía de los Colores (Lauren Jauregui y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora