Dos

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Se quedó callada y echó el cuello hacia atrás para  mirar el cielo claro que coronaba en las alturas de su cabeza. Viró para poder verla y estancó sus ojos marrones en unos pardos que no le quitaban la mirada de encima. Esperó a que pronunciara algo, pero se aclaró la garganta cuando se dio cuenta de que no diría nada. Seguía enojada.

-¿Por qué te pusiste así? -preguntó Lauren un tanto  confundido por el arrebato de más temprano en la cancha. Sí, era común en _______ desahogar su rabia de alguna forma. Golpeaba las paredes o  ahogaba gritos en su almohada, pero jamás en las personas. Últimamente su amiga actuaba demasiado raro, había veces que incluso sentía que lo apartaba, que le escondía algo. -¿Qué está pasando, ____*? ¿Es algo relacionado con Edward?  Si es eso ya te dije que mi mamá te recibirá con los brazos abiertos...

-¡No viviré en tu casa! -exclamó la otra con la mandíbula apretada. La ojiverde arrugó la frente a  causa de la reacción tan exagerada. Como no era  que no le gustara estar con su familia. _________ soltó un suspiro y talló su cara como si se acabara de dar cuenta de su actitud poco amigable. -Lo siento, Lolo, sabes que me agrada estar en tu casa, pero  tampoco quiero ser una arrimada. Papá quiere que aplique para economía en la estatal, no me escucha y estoy harta. Yo no soy la hija que él quisiera tener, he pensado en huir.

-¿Escapar?  ¿A dónde? -preguntó, ladeando la  cabeza, más intrigada que sorprendida.

-Estoy por cumplir los dieciocho, puedo buscar un empleo y luego... ya veré.

Escuchó con atención, pero regresó la vista al frente. Lauren se quedó mirando a una hormiga que caminaba sobre una hoja seca.

-¿Te acuerdas cuando éramos niñas y nos obsesionamos con Drácula? Dijimos que iríamos a vivir a su castillo y nos esconderíamos en su ataúd.

_______ soltó una risita divertida. ¡¿Cómo olvidar aquellos tiempos en los que todo parecía tan sencillo!?

-Y solo saldríamos por las noches para morder a la gente -dijo ella.

Ambas lanzaron una carcajada, tal vez recordando  aquellas aventuras que habían hecho a lo largo de su niñez. Travesuras que habían alegrado sus tardes, como salir corriendo después de tocar el timbre de una casa o realizar bromas a los chicos de la escuela básica. Una vez depositaron pegamento en el asiento de un maestro y se manchó de blanco la parte trasera del pantalón. Se ganaron una semana en detención.

Eran diferentes, pero a la vez muy iguales. Eso se  podía ver a simple vista, muchos se preguntaban  cómo se soportaban. Mientras ________ detestaba los deportes, Lauren era protagonista de cualquier actividad deportiva. Una adoraba el arte  y la otra, si sabía de Picasso era un milagro. Laur era  más baja, la pelinegra le sacaba media cabeza.

Sus personalidades contrastaban, eran polos  opuestos; pero al final del día Lauren sabía que nunca nadie ocuparía el lugar de ________, y ésta última pensaba igual. Aún cuando odiaran las cosas  de la otra, ellas encontrarían la manera de acoplarse, porque de eso se trata el ser amigos, ¿no? De aceptar a la otra y quererla tal y como es.

-Deja de actuar como si tuvieras un grano en el culo.  ¿No te gusta el básquetbol? Abandónalo. Edward entenderá tarde o temprano que no puede hacer de ti lo que no pudo ser -la chica asintió, sabiendo que tenía razón. Iba a levantarse, pero su voz lo detuvo. -Y, _____*... sabes que estoy para ti.

No encontró saliva para tragar y disimular el nerviosismo al contemplar sus ojos verdes expresivos, la boca se le secó tanto que pensó que su  lengua se haría cenizas. «Yo también voy a estar para ti, Lolo, estaré de maneras que ni te imaginas», pensó.

-Ya, deja de ser tan cursi -dijo, en cambio. Recibió unos ojos en blanco y un resoplido entre dientes como respuesta.

Se levantaron y dejaron que Coven siguiera con lo suyo.

La Sintonía de los Colores (Lauren Jauregui y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora