Capitulo 8

17 2 9
                                    

No se han preguntado el ¿Por qué las clases son tan aburridas y lentas cuando están pasando muchas cosas en tu cabeza? Así me encontraba en este momento, estaba en la última clase del día, la cual no quería ver, pero el profesor de historia me encontró saliendo y me obligó a quedarme, veía el cielo por la ventana mientras pensaba lo que pasó, esa chica murió en el local y su historia era parecida a la mía "son la misma historia con finales alternativos". Vagaba en mis pensamientos hasta que una pregunta me llegó haciendo que temblara de solo pensarla.

"¿Pude haber terminado así?"

Me le quedé viendo a la muerte, seguíamos sin hablarnos y tiendo a ignorarlo, pero esa pregunta hizo que pensara y que mi cabeza terminara llena de dudas "¿Es capaz de terminar conmigo? ¿De matarme o darme un triste final? ¿Me diría cuando será mi fecha de muerte? ¿Cuánto me quedará de vida?" La campana hizo que me sobre saltara y al ver la muerte acercarse me hizo tragar en seco, por más problemas que tengamos al fin y al cabo es mi único amigo y yo su única compañía ¿me mataría si fuera mi hora?.

Ví como todos salían casi corriendo del salón, era de esperarse a nadie le agrada que la última clase de los miércoles sea la más aburrida, ví entrar a un Alex histérico y con mucha energía me saludó con emoción y al ver mi cara su sonrisa cambió.

-A ver fantasma ¿Quién te asustó?- cruzó sus brazos esperando una respuesta, la cual por obvias razones creé una mentira.

-andaba perdida en mis pensamientos y la campana me sacó de ellos- a pesar de que no fue tanto una mentira, mi razón del miedo no fue tanto por la campana.

-¿estabas pensando en este chico tan guapo?- me dió una sonrisa egocéntrica y me reí a lo que dijo, pero al parecer, a él no le estaba dando tanta risa como a mí y quitó su sonrisa por una mueca de confusión, haciendo que me riera mucho más y decidí molestarlo.

-¿De cuál galán hablas?- su cara de ofendido fue la mejor parte de lo que dije no paraba de reírme, el solo me torció los ojos.

-bueno bueno estás muy payasa tú - dijo algo irritado -¿Estás lista?- terminé de recoger unas cosas y le dije que si.

La muerte nos seguía, mientras caminabamos por los pasillos del instituto, hablábamos de tonterías o de cosas sobre los maestros, las personas se nos quedaban mirando y murmuraban, miento si les digo que me molesta al estar tanto tiempo con Alex y ser el bicho raro de la escuela, ya ni me preocupaba lo que decían "al final se lo que soy, lo que hice, y lo que hago". Mientras Alex me contó como el entrenador los torturó por acostarse en mitad del campo de fútbol en plena práctica, una voz chillona hizo que se detuviera en seco y cambiara su gesto de alegría a uno de desagrado "dios este chico cambia más de emociones, que yo de ropa" y como era de esperarse la causante de tan molesta voz apareció al frente de nosotros con una cara de pocos amigos, creo que menos de los que yo tengo, osea ninguno.

-¿Alex qué haces con ella?- me miró de arriba a bajo con desagrado, a lo cual le respondí imitando la misma acción, pero agregándole una cara de asco al final haciendo que se molestará más "bingo" -sabes que está- me señaló como si no importará -puede arruinar tu reputación-

-disculpa pero "esta" tiene un nombre y ¿te digo algo? Me encanta que me llamen por él - ella me sonrió con arrogancia y no tardó en hablar.

-lo siento, es que como nadie te conoce pensé que eras una completa desconocida- dijo con una voz de víctima como si la culpa fuera mía.

-Camil tu más que nadie conoces a todas las personas de esta escuela no ganas nada mintiendo- respondió Alex defendiéndome -solo que te crezca más la nariz- ella se tocó la nariz apenada y frunció el seño

La Amiga de la muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora