Capítulo 38

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Estaba sentada en el mueble Alex se encontraba al frente de mí pensando todo lo que le dije, le expliqué lo que pasó al momento del asesinato, cada detalle como a los policías, él se quedó pensando a ver si había algún detalle que nos ayudara.

     —El papel que se le cayó... ¿Lo recogiste? —abrí los ojos como platos al recordar que si lo tenía.

Salí corriendo a buscar el papel en mi bolso, revisé todos los bolsillos minuciosamente hasta que lo encontré, se encontraba doblado y empecé a abrirlo hasta que vi una letra, caso 666: "la purga de la muerte", me quedé leyendo esa frase una y otra vez, no entendía porque esto estaba escrito en el papel, nisiquiera sabía lo que era.

     —¿Estás bien? —Alex se acercó a mi al verme tan confunda.

     —¿La purga de la muerte? —pregunté, Alex levantó los hombros en gesto de que tampoco entendía.

     —Siento que ví un título así en la biblioteca —dijo pensando un poco.

     —¿Tú vas a las bibliotecas? —me reí un poco, Alex puso una cara de ofendido y se acercó más a mi.

     —¿Por qué crees que soy tan inteligente? —dio una sonrisa ladina mientras su mirada se encontraba fija en mis labios.

      —No lo sé. ¿Lo eres? —hablé en un tono burlón.

Alex tomó mi mentón y fue acercando mis labios con los suyos, hasta que por fin terminamos besándonos; bajó sus manos hasta mi cintura para pegarme a él, yo pasé las mías alrededor de su cuello, el beso era intenso pero dulce, eran varias emociones uniéndose, nos separamos asustados al escuchar algo caerse en la cocina.

Los dos nos miramos preocupados y decidimos acercarnos poco a poco, yo tenía marcado el número de los policías por si algo pasaba llamar rápido, Alex iba al frente; caminamos muy lento sin hacer algún ruido, solo se escuchaban nuestras respiraciones, cuando estuvimos cerca de la cocina sentí cómo se me formaba un nudo en la garganta, nos detuvimos al frente de la puerta Alex volteó a verme para darme un beso corto y rápido.

     —Te amo, ¿ok?... Jamás dudes de eso —acepté con la cabeza.

Alex abrió la puerta de golpe y los dos pasamos, se encontraba un vaso tirado en el suelo y en la mesa estaba una pequeña sombra negra que tenía amarrado en el cuello un listón rojo con un cascabel, Alex y yo suspiramos para soltar todo el aire que teníamos acumulado por el miedo, me acerqué a la pequeña sombrita y la acaricié.

     —Hola, Hate —saludé a mi pequeño gato negro —Gracias por el pequeño susto que nos diste.

     —Ese gato nos hizo saltar ¿y dices que fue un pequeño susto? —Alex puso una mano en su pecho dramatizando—. De broma no me da un infarto.

     —Relájate, rey del drama; Hate no te matará, solo mira su carita, es imposible que le haga daño a algún ser vivo —levanté a Hate para que Alex lo mirara, pero a Hate no tenía ganas de cooperar, como si el mismísimo demonio se le metise, al momento que lo acerqué a Alex intentó rasguñarlo.

     —¿No le hace daño a los seres vivos? —preguntó Alex sarcásticamente, yo me reí por la situación, él solo cruzó sus brazos y torció los ojos.

     —No le caes bien —le respondí, acariciando a Hate.

     —Pues tenemos algo en común, tampoco me cae bien. Amo a los gatos, pero ese gato no me cae bien.

Me reí por las expresiones de Alex, le serví un poco de comida a Hate y se la coloqué en su plato para que comiera para luego irme a la sala, Alex seguía atrás de mi reclamando el porqué Hate no era un gato normal "en conclusión, según Alex, Hate no era normal porque no lo quería".

Cuando terminó de darme explicaciones, del porqué era que Hate era del diablo "terminó hablando de eso", empezamos a recoger un poco la sala hasta que Alex recogió el papel que se me había caído.

     —¡¡YA SÉ!! —gritó alegre, cosa que hizo que me asustara— ya me acordé dónde vi este título, es un caso policíaco; estaban en los documentos históricos del pueblo, me acuerdo que mientras investigaba algo para una tarea de historia me topé con este título y lo vi interesante, pero me tuve que ir rápido porque mi mamá me llamó para que le hiciera el favor de comprar medicamentos.

     —Eso quiere decir que en la biblioteca podría estar algún dato importante del caso y ver qué busca el asesino con esto —me levanté feliz, casi saltando de la emoción Alex me sonrió algo feliz al verme, pero cambió su expresión a una sería.

     —¿Puedo hacerte una pregunta? —mi emoción se desvaneció en ese momento, su expresión y la forma que hizo la pregunta me preocupó.

    —¿Ya me vas a terminar? —me senté en el sofá riendo un poco por los nervios, Alex se sentó conmigo, puso una mano en mi mentón para levantar un poco mi cabeza y que lo mirara.

    —Jamás haría eso, fantasmita, eres todo lo que siempre quise —me dio un corto beso y me miró.

    —Está bien... —dije sonrojándome un poco—, ¿qué me ibas a preguntar?

    —La Muerte debe de saber todo lo relacionado con el asesino, a parte de muchas cosas más. ¿Por qué no le dices o le preguntas?

Me quedé viendo a la nada, tenía razón en eso, pero las veces que le preguntaba siempre decía lo mismo y era algo muy irritante.

     —No puede hablar de esas cosas, por más que lo intente dar pistas de personas que provocaron un crimen o es víctima de uno, es algo penado, provocando que el ciclo de la vida cambie y que otras personas inocentes mueran antes del tiempo predestinado, es como cualquier cosa puede hacer que cambie el destino de personas inocentes —suspiré un poco.

     —Entonces, significaría que si revela algo ¿otra persona morirá por culpa de eso? —Alex puso una mueca de molestia—. Eso suena estúpido, ¿cómo una persona muere por una información?, se están salvando muchas vidas más, al eliminar un asesino salvas las vidas de otras personas.

     —Es como un efecto mariposa: cualquier pequeño detalle que sea revelado por él, puede llevar a otras personas en el futuro a morir o provocar más muertes.

Le expliqué, Alex bajó un poco su enojo y entendió lo que estaba pasando, dio un suspiro rindiéndose y solo se acostó en el mueble, yo me acosté con él encima de su pecho, empezó a hacerme cariño y de un minuto a otro quedamos profundamente dormidos.

"Eres todo lo que jamás imaginé tener Alex".

La Amiga de la muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora