-Está refrescando...regresemos ya.
-no tengo frío.. quiero ver el atardecer...
-te enfermarás y no voy a cuidarte.
-claro que lo harás. Sonrió.
La brisa fresca se enredaba en los cabellos rebeldes de Kei mientras disfrutaba del sonido de las olas y el canto de las gaviotas. El sol se ocultaba lentamente al igual que el resplandor reflejado en sus ojos negros. Mientras sus delicados dedos jugaban a hundirse en los fríos granos de arena, su pequeña y frágil silueta era cariñosamente contemplada a poca distancia por otra figura considerablemente más alta y esbelta sentada tras de él. Lan, intentaba convencerlo de regresar a casa antes del anochecer.
-vamos ya, es tarde..
Extendiendo su mano, lo levantó con suavidad sacudiendo la arena de sus ropas.
-caminemos..
Un par de horas a pie a través de la ciudad separaban la costa de la casa. Aún quedaban algunos rayos de luz del día que les permitía dar un paseo antes de que el sol desapareciera por completo en el horizonte.
-descansa aquí, iré a comprarte una botella de agua... Dijo Lan mientras se alejaba en busca de un mercado.
-mm.
- Eee..Discúlpame.. conoces esta dirección?
Distraído en sus pensamientos , Kei oyó la voz como un susurro suave en sus oídos ..lentamente volviendo en sí levantó la mirada.
Sus ojos, incapaces de desviar su dirección, se clavaron fijamente en ese rostro de expresión perdida. Sin poder pronunciar alguna palabra, sintió cómo los latidos provenientes de lo más profundo retumbaban en sus oídos como las olas del mar que reventaban en las rocas de la playa que tanto le gustaba visitar. Los segundos se perdieron en el tiempo. Lo que lo rodeaba desapareció. No había nada.. nada más que la figura grácil de cabello y ojos claros frente a él.
Solo unas palabras se distinguieron en sus confusos y nublados pensamientos .. "qué es ..este sentimiento?"...
- no la conoces? me indicaron que era por esta zona...he dado varias vueltas pero no logro dar con ella.
Con gran esfuerzo se desprendió del magnetismo generado por esos intensos ojos almendrados para observar la dirección escrita con letra desordenada en el papel. Intentando articular frases en su cabeza contestó torpemente.
- es.. creo que es por esa calle..
- por ahí?
-s si.. unas dos cuadras y luego a la derecha.
-muchas gracias. Llevo horas intentando llegar. Sonrió. - Espero que aún estén ahí.
-visitas a alguien?
-es una entrevista..si consigo el trabajo sería genial.. llegué hace unas semanas aquí, aun no me ubico bien.
-eemm..si necesitas ayuda...
-¡Kei! ..no encontré la que te gusta, tendrás que beber de ésta.. oh.. hola?..
-hola, disculpen, no quiero molestar mas, gracias otra vez por la ayuda...adiós.
-kei... quién era?
-...
- ¿Seguimos?
-....espérame, vuelvo enseguida...
Sin poder distinguir las razones que lo llevaron a correr tras lo que parecía imperativo alcanzar, sus labios lograron emitir clara y firmemente lo que ésta vez quería decir.
-¡espera¡¡ un momento!!..detente¡
Al oír estas palabras a sus espaldas, la persona de tez pálida y ojos brillantes, se detuvo y miró hacia atrás para ver a Kei con un rostro confundido y sin aliento.
-dime...dime cual es tu nombre....
- me llamo Suo..y tu eres Kei cierto? lo escuché del otro chico que estaba contigo.
-Suo.. Susurró. -espero que consigas el trabajo!. Sonrió haciendo un gesto de buena suerte.
-muchas gracias.
Regresando aun más confundido que antes de correr, kei llegó a los brazos de Lan respondiendo a medias las preguntas que éste le hacía con el propósito de comprender su extraña huida.
- todo bien?.. qué fue eso?
-eh?.. ah nada.. olvide darle una última indicación..
Caminaron a casa en silencio el resto del trayecto.
La amplia casa de dos pisos pertenecía a una anciana pareja , los señores Ohara, quienes utilizaban la planta baja de la vivienda dejando de forma independiente el piso superior a disposición de Lan y kei. Ubicada en un barrio antiguo y tranquilo, a unas pocas cuadras de ella se encontraba la avenida principal más concurrida del sector repleta de comercios.
-tienes hambre?
-no
-tu turno de bañarte.. te espero en la cama.
Hundiendo su rostro en el pecho de Lan y rodeado por el calor de sus brazos fuertes, Kei consiguió apartar su de su mente el enjambre de pensamientos que le impedían dormir..
Lentamente se desvaneció en sus sueños...con un nombre guardado en su interior.
ESTÁS LEYENDO
2BLE AMOR
RomanceEn ocasiones la felicidad se encuentra fraccionada...Sólo se puede sentir encontrando y uniendo las piezas que completan el amor.