Círculo perfecto

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Creí que había amado pero nada te prepara para amar como una madre. No hay amor más orgánico y visceral, más natural y arrollador.

De pronto el infinito, ese concepto hasta entonces abstracto, cobra sentido. Y se queda pequeño. Porque ese amor todo los conquista y todo lo desborda.

Te quiero infinito, pequeño.

Y lo mejor es que sé que tú también a mí.

Lo intuyo en cada mirada cargada de confianza. Cada vez que tu manita busca la mía para dar tus primeros pasos. Cuando tienes sueño y solo te sirven mis brazos. Cuando exiges mi pecho y es tu almohada, tu cobijo y tu alimento. Cuando tienes hambre o cuando sientes miedo, cuando te has hecho daño o cuando simplemente necesitas amor.

No hay amor que se compare al de una madre, salvo tal vez el de un hijo.

Divagando por la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora