Yo soy mar, tú eres tierra. Yo tan imprevisible como mis mareas, cambiando con las lunas, a veces viva, a veces calma y dulce, a veces iracunda y tormentosa. Y tú inmutable, el puerto para mis amarres, la orilla para mis naufragios, los acantilados para contener mis furias y la arena suave para acariciar mi paz.
Pero a veces mutas y te conviertes en viento. Y soplas sin rumbo ni tiento y temo tanto que vueles y te pierda que me alzo y me alzo y me alzo. Entonces levantas mis olas y me llevas a lomos de tu imprevisibilidad. A conocer nuevos mundos, saborear otras nubes...
Y pienso, esas veces pienso, que tal vez sea yo la tierra, quien te ancle a mis costas, y que tú seas la brisa que besa mis mejillas y el aire que me da de respirar y que yo sea tu certidumbre en un mundo de inciertos, tu puerto entre viento, tierra y mar.
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Divagando por la vida
Literatura FaktuEsto no es una novela. No cuenta una historia. Podrías decir que es un diario, pero tampoco. Ya que no va a ser diario sino ciento-en-ventario (quien me conoce sabe que me disperso con facilidad). Es como, el título bien define, un cúmulo de mis div...