CAPÍTULO 2

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Sultana mihrimah

Estuve con mi madre en sus aposentos después de regresar del jardín. Ella dejó el tema a un lado y eso me tranquilizó, no me gusta hablar de ese tema, no quiero casarme aún, o por lo menos no con alguien de este palacio, no con alguien que este aquí por el momento.

Me dirigía a hablar con mi padre, necesitaba hablar con el sobre el tema de casarme.

Al llegar me paró frente a los agas y doy un fuerte respiró.

—quiero ver a mí padre—le digo y uno de ellos hace reverencia y se adentra a las puertas de los aposentos. Después de un rato el sale con la cabeza baja y habla.

—puede pasar sultana—dice y hace una señal con su mano para que entre.

Entro y camino rápidamente hasta llegar, las puertas se abren y mi padre está parado, al verme su rostro se ilumina y me regala una sonrisa.

—padre—digo y hago una reverencia.

—mihrimah—dice y yo me acerco hasta donde el esta.—¿como estas?—pregunta.

—bien, aunque tengo una duda.

—cuéntame, que dudas tiene mi sol y mi luna.

—mi madre me comentó, del tema sobre casarme, padre yo...

—ya tienes edad para casarte mihrimah—me corta y continua.—debes casarte ya es hora.

—pero padre yo no quiero casarme ahora, no haga que mi vida sea alado de alguien que no amo po...

—quiero eso para ti, así que decide quien será esa persona, o de lo contrario yo me veré en la obligación de escoger el hombre para ti—vuelve a interrumpir me y sentencia.

—no amo a nadie del palacio padre, por favor no haga esto, por lo menos no ahora.

—es una decisión tomada, tienes que pensar con quien compartirás tu vida y con quien formarás una familia. Ya te dije que elijas mihrimah.

Ya no puedo protestar, se que será en vano todo lo que le suplique, tenía que pensar muy bien lo que haría.

Hago reverencia como rendimiento y me doy la vuelta, camino hasta la puerta y el menciona una última palabra.

—tienes una semana para elegir mihrimah—dice mi padre.

Abro la puerta y salgo de los aposentos. Una semana, ¿cómo podría elegir con quién casarme en una semana?

Me dirijo hasta mis aposentos sin salir de mis pensamientos, camino pensando en que haré, que decisión tomare en una semana.

Al llegar a mis aposentos doy un respiro y las ganas de llorar me invaden, es un hecho que no seré feliz.

Ni siquiera el esta aquí y aunque lo estuviese, se que no se casaría conmigo, el no me ama como dijo mi madre, debo empezar a aceptar eso. Bali bey nunca me ah amado y nunca me amara.

La noche llego demasiado rápido.

Decido cambiarme el vestido que tengo y ponerme uno más cómodo, algo con lo que me puedo sentir a gusto para dormir.

El cansancio me invade y solo quiero descansar, es agotador todo lo que paso hoy, y saber que tengo que elegir al hombre con el cual me casarán.

Me miró al espejo y una sonrisa triste me invade, mi madre me prometió que no me casaría con quien no ame, pero la decisión es de mi padre y no puedo hacer nada al respecto.

(...)

El sol entra por la ventana de mis aposentos y mi mirada se abre lentamente. La luz del día alumbra toda la habitación, es un día soleado y muy bello.

Me levanto de la cama y camino hasta el espejo, mi cabello está un poco desordenado, es el producto de acabar me de levantar.

Las puestas se abren y mujeres entran con cosas en sus manos, vestidos, joyas, coronas.

—que bueno que despertó sultana—dice una de las mujeres, su nombre es Bahar, ella es la que se encarga de siempre tener listo esto, para elegir lo que usaré en el día. Ella lleva en sus manos una de las coronas.

—te agradezco que siempre tengas listo esto Bahar—le digo con sinceridad y con una sonrisa.

—siempre estaré a sus órdenes sultana.

Yo respiro y empiezo a hacer señales con mis manos sobre que me pondré, las mujeres dejan las almohadas en las cuales se encuentran los objetos y salen una por una.

Al terminar la única que se queda conmigo es Bahar.

—siempre tiene buenas elecciones sultana—menciona ella y yo le brindo una sonrisa un tanto triste. Ella se da cuenta de eso y no tarda en pregunta.—¿le pasa algo sultana?—pregunta y yo doy un respiro frustrante.

—mi padre quiere casarme Bahar, quiere que me casé y tengo que elegir con quien me casare en seis días o el lo hará.

—pensé que no harían eso con usted sultana, su padre la quiere mucho, pensé que el no querría que usted viviera sin felicidad—menciona ella y yo la miro triste.

—son las reglas y costumbres después de todo, mi madre no quiere esto para mí, pero ella no puede hacer nada al respecto. Tampoco quiero que pelee con mi padre.

—en eso tiene razón.

Dice ella por último.

(...)

Me encontraba ahora con selim, el me hablaba de algo a lo cual no prestaba atención, mis pensamientos seguían en lo que pasaría si no elijo con quien me casare.

—mihrimah me estas prestando atención—dice selim y finalmente lo escuchó. Salgo de mis pensamientos y hablo.

—no, lo siento selim pero no puedo concentrarme. No se si te conté que mi padre quiere que me casé pronto y...

—si, ya me lo contaste—me interrumpe y afirma.

—entonces creo que puedes entenderme, no puedo pensar en nada más.

—sabes que son las reglas, quisiera protestar al respecto pero se que no ayudaría en nada—dice el notando mi preocupación.

—lo se, pero creó que debo resignarme a qué van a casarme y siento que es mejor que yo elija a alguien o mi padre lo hará. Pero es casi imposible elegir a alguien cuando no amo a nadie de aquí.

—se que no serás feliz, pero es la decisión de mi padre y no podemos hacer nada al respecto.

—es exactamente lo que me enoja, el no poder hacer nada por mi felicidad.

—si amarás a alguien lo harías, serías feliz. ¿Estas segura de no amar a nadie?—pregunta selim y yo lo miro sin tener respuesta a ello, pues la única persona que he amado es a bali bey, pero no es correspondido así que no hay nada que hacer al respecto.

—no amo a nadie selim—le digo con seguridad.

—bueno dejemos ese tema a un lado—dice el y yo asiento.—se dice que bali bey regresará pronto...

NUESTRO AMOR (Bali Bey Y Mihrimah)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora