CAPÍTULO 19

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MIHRIMAH SULTAN

No supe que decir tras la noticia, ¿mi tía sabía de mi relación? No, eso no podía ser posible.

—¿como lo sabe?—preguntó alarmada.

—tal vez mediante Esmahan —responde el e intenta calmarme al ver que en mi rostro se refleja preocupación.

—¿por qué tendría que habérselo dicho?

—termine con todo, Esmahan ama al príncipe y yo te amo a ti—una sonrisa se formó en mi rostro ante sus palabras.—pero ella tomó la decisión de decírselo a su madre. Tal vez en un momento de ira se lo dijo, ya que ella dijo que hablaría con su madre sobre sus sentimientos hacia el príncipe.

Mi sonrisa se borra instantáneamente y miro hacia abajo pensando en que pasaría. Realmente mi padre se molestaría, se que no es porque sea bali bey, es por habérselo ocultado y tener una relación escondida, pero tampoco sabia como decírselo.

—mi padre debe estar muy mole...

Iba a continuar hablando pero las puertas se abren con brusquedad en ese instante, haciendo que me sobresalte pensando que tal vez sería mi padre. Me levantó en ese momento y miro en dirección a la puerta.

Veo a sumbül entrar y aunque eso debería tranquilizarme, no lo hace en lo absoluto, pues él entra con un rostro de preocupación y miedo a la vez. Hace una reverencia y me mira para después hablar.

—su majestad quiere verla, sultana—el menciona y con su mirada me hace entender que no es nada bueno.

Asentí y le di una última mirada a bali bey, para después seguir a sumbül y salir de mis aposentos.

Caminaba por los pasillos mientras el miedo invadía mi cuerpo y sentía una corriente de frío recorrerlo, haciendo que todo el calor de mi cuerpo desaparezca.

Cada vez estábamos más cerca y cuando estuvimos frente a la puerta sentí que mi respiración llegaba a cortarse y mis nervios se alteraba, mi mirada se dirijo a uno de los guardias, el cual salía de anunciarme con mi padre y el simplemente hizo una señal para que yo pasara.

Las puertas se abrieron y di un último respiro antes de entrar, pude ver a mi padre parado de espaldas mientras en sus manos al parecer tenía algo. Di algunos pasos para acercarme a él y después me detuve.

—su majestad—hice una reverencia y baje la mirada, pero pude ver levemente como mi padre se daba la vuelta.

—¿cómo pudiste meterte con el?—preguntó mi padre sin rodeos.

Me vi invadida de nervios y el miedo se apoderó de mi, sabía que mi padre podía ser demasiado duro, pero quizá...

—su majestad yo...—levante la mirada he hice una pausa, mientras buscaba el lugar de donde salieran mis palabras. En su mirada sólo pude encontrar esa indiferencia y tal vez decepción.—yo estoy enamorada de bali bey.

—no confundas un amor de niña, Mihrimah, Malkoçoğlu es un buen hombre para el imperio, pero no para ti—mi padre dice firmemente.

—padre, piensa en mi felicidad, si me caso con alguien a quien no ame seré infeliz, nunca lograré mirar el color de la vida, recuerda que una flor necesita un complemento para florecer—mi rostro reflejaba tristeza y preocupación, lo presentía.—mi sentimiento es correspondido, padre. Él es a quien amo y si usted lo permite es con el con quien me casaré.

—no lo harás, es mi última palabra ante esta situación, terminaras esta relación y el se irá, ahora regresa a tus aposentos y has lo que te ordeno, de otra forma será él quien no corra con tanta suerte—mi padre me dio una última mirada de indiferencia y finalmente se dio la vuelta.

Una amenaza, mi padre acababa de hacerme una rotunda amenaza. Absolutamente todo estaba bajo sus manos, incluso la vida de nosotros, el sultan controlaba todo bajo su poder, pero esto no tenía porque acabar, quizá mi padre sólo estaba enojado porqué se lo oculte.

Hice una reverencia y después salí de los aposentos.

(...)

No podía concentrarme en la lectura, solo miraba las palabras escritas en la hoja del libro, mi mente estaba perdida en todo lo que a pasado en estos dos días desde que mi papá se entero y mis hermanos también.

Había hablado con cada uno de ellos y de todos recibí su aprobación, mi madre intento hablar con mi padre y aún así, el no me habla desde ese día, pero lo que más me extrañaba era que Bali bey tampoco había hablado conmigo, ese día cuando regrese a mis aposentos el ya no estaba y pensé que me hablaría, pero ya se iban a cumplir tres días y no sabia nada de él y ni siquiera me atrevía a buscarlo.

Cerré el libro cuando escuche que las puertas de mis aposentos se abrían, dirigí mi mirada hacia la puerta, esperaba encontrarme con Malkoçoğlu entrando por ahí, pero fue mi madre quien se hizo presente.

Me levante rápidamente y de inmediato hice una reverencia.

—madre—digo cuando aún hago la reverencia.

—¿te encuentras bien?—pregunta mi madre una vez empieza a acercarse.

—si, lo estoy—afirmó mientras miro a mi madre sentarse a mi lado. Ella hace una señal para que yo lo haga también, así que me siento nuevamente.

—tu piel a perdido un poco de color, empiezas a verte pálida—menciona ella y yo dirijo mi mirada hacia mis manos.

—madre eso no importa realmente, he estado así desde el día en que mi padre y mis hermanos se enteraron.

—mihrimah, mi sol y mi luna, tu salud también importa, seria bueno que la doctora te revise.

—mi padre, ¿él hablo con usted?—preguntó intentando cambiar el tema.

—no, nuestro sultan está realmente enojado, pase la noche con el y no pude mencionar el tema, porque lo intenté pero su enojo ese evidente, mihrimah...—mire a mi madre dudar un poco.—¿hablaste con Malkoçoğlu?

—no, madre—respondo y ella solo asiente.

—¿no hablas con él desde hace cuando?

—desde el día que mi padre se entero, tal vez se esté tomando su tiempo, madre.

—no—ella me mira y yo empiezo a asustarme.—Mihrimah el ya no está en Estambul.


NUESTRO AMOR (Bali Bey Y Mihrimah)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora