NUESTRO AMOR (Bali Bey Y Mihrimah)

CAPÍTULO 9

Mihrimah sultan

Ahora me encontraba recostada sobre el pecho de bali bey. Mientras lo abrazaba y el acariciaba mi cabello.

—no pensé que algún día esto llegara a pasar—le digo.—pensé que siempre me mirarias como una niña.

—también lo pensé, pero verte después de mucho tiempo cambió todo—me dice y yo sonrió.

—y agradezco por eso—le digo y sonrió.

Levante mi rostro y le di un corto beso y después lo miré fijamente.

—cuando llegue a Estambul nuevamente, las personas murmuraban que la sultana del sol y la luna era muy hermosa. Y no se equivocaron en decirlo, eres la sultana más hermosa mihrimah—dice y no puedo evitar sonreír ante su comentario.

Lo beso nuevamente, pero esta vez es un beso más largo. El cual se complementa perfectamente.

Pero me detengo cuando escucho los pasos de alguien, me separo de bali bey, me siento y cubro mi cuerpo con la sabana.

—nadie entrará, tranquila—dice el y yo dudo un momento.

—no estamos seguros de eso—le digo y me pongo un pongo un poco nerviosa, si alguien nos ve seria fatal.

—seguramente es un aga y no entraría aquí sin mi permiso—asegura el y se sienta a mi lado.

—es mejor que me valla—le digo y el me da un beso en el hombro.

—no te diré que no porque tengo algunas cosas que hacer, pero quisiera quedarme contigo—dijo y yo sonrió mirandolo fijamente.

(...)

Me encontraba en el jardín ahora mismo, aunque quería darme un baño, quería hacerlo después.

Caminaba con dos mujeres que me acompañaban, ellas eran nuevas y ahora estaban a mi disposición.

No era lo mismo sin Bahar.

Seguí mi camino, aunque el frío era un poco fuerte, pero el aire fresco siempre sería bueno.

El haber estado con bali bey me tenía muy feliz, fue algo bonito y especial, el fue muy dulce conmigo. Aunque esto estuviera prohibido, me olvidé de eso y no me arrepiento. Lo que no me gusta es saber que partirá pronto a la guerra junto a mi padre.

Camino directamente y miro a una mujer que camina en dirección hasta donde estoy, no reconozco muy bien el quien es, nunca la había visto por aquí. Ella levanta su rostro que estaba bajo y al mirarme ella toma una actitud un poco nerviosa.

Yo la miro sin saber el por que de su nerviosismo, pero dejo de fijarme en ella y fijo la mirada en la persona que viene tras de ella. Rustem.

El me mira y se detiene, su expresión toma una sonrisa que no se definir y se acerca hasta donde estoy.

La mujer hace una reverencia y se va rápidamente.

—mihrimah, terminaste aceptando—dice el y se a lo que se refiere.—pronto nos casaremos—asegura el y da un paso acercándose a mi.

—no asegures eso, puedo cambiar mi decisión y lo sabes. Y eso es lo que haré, la decisión fue rápida y equivocada—le aseguró y su expresión se endurece.

—no mihrimah, si no eres para mi no serás para nadie—dice y yo lo miro desafiante.

—no me amenazes, no soy de tu propiedad—le digo y paso por un lado intentando irme.