MALKOÇOĞLU BALI BEY
Las palabras del hombre hacen que todos quedemos en el mismo impacto, son palabras que nos dan la esperanza de poder verla pronto pero que sin embargo nos sorprenden, ¿por qué sabe donde tienen secuestrada a mihrimah?
—¿dime por que sabes donde esta mi hija, o haré que te maten después de que me digas donde se encuentra?—responde el sultan en un tono de voz en el cual deja en claro que no tendrá paciencia.
—unos hombres la tienen secuestrada. Ellos me ofrecieron que la cuide durante todo un día a cambió me darían monedas de oro, las cuales necesito para pagar un doctor, tengo un hijo que esta muy enfermo. Pero, cuando la vi no pude evitar sentir culpa, ella en un estado devastador, hablaba y en su voz se sentía la debilidad, mientras hacía pausas constantes en busca de fuerzas para seguir hablando—finaliza el hombre. Puedo sentir como el dolor me invade, quien pudo atreverse ha hacer todo esto.
—¡vamos!—ordena el sultan y todos obedecen, mientras el hombre dice hacia donde tenemos que dirigirnos, al parecer se adentra al bosque.-hürrem, esta vez no podrás ir, quédate aquí-la sultana intenta negarse, pero termina sediendo.
Uno de los hombres me entrega un caballo, el sultan y los príncipes toman uno también.
Cuando empezamos el caminó, es muy adentrado al bosque, era un camino largo y solo deseaba llegar. Los caballos iban cada vez más rápido, el sonido de ellos hacían eco por todo el lugar. Miro hacia el frente esperando pronto ver un lugar, una casa, una cabaña o algo en donde sea posible que tengan a mihrimah.
Seguimos durante algunos segundos que parecen una eternidad por completo, el camino sigue hasta que el hombre se detiene con brusquedad haciendo que también lo haga, miro atraves de los pocos árboles, los cuales estan antes de un campo abierto, en ese campo abierto se puede divisar la...casa, en la cual seguramente está ella.
—¿por qué nos detenemos?—pregunta el sultan a mi lado y su voz tiene cierta molestia por habernos detenido.
—esa es la casa en donde se encuentra la sultana.—dice el hombre.—ire primero su majestad, me aseguraré de que no le harán nada, cuando este dentro entonces podrán avanzar.
El hombre dice por último antes de bajar del caballo y empezar ha acercarse hasta la casa. Cuando finalmente llega unos hombres lo reciben, ellos tienen oculto el rostro y visten de negro totalmente. Entonces el hombre entra y finalmente podemos avanzar.
El sultan se pone frente a nosotros y mira la casa durante segundos, al instante el pone a andar al caballo y todos lo seguimos. El sonido de todos los caballos se escucha y junto a ellas el sonido de las espadas.
Los hombres que visten de negro se alertan de inmediato, ellos gritan alertando a los demas y solo utilizan la frase "son ellos".
Las espadas con las cuales luchan uno contra otras empieza a sonar, la primera persona que cae es gracias al sultan, el cual no duda un segundo en atravesar su espada en el cuerpo de los hombres, después solo se mira la sangre correr y los cuerpos caer.
Bajo del caballo y me enfrento a dos hombres, con los cuales no tengo ni la más mínima piedad, porque son culpables de lo que le sucede a mihrimah.
Entro a la casa mientras escucho las espadas, la casa estaba sola por dentro, supongo que todos los hombres estaban fuera. Miro en dirección a una puerta la cual está abierto y estoy casi seguro de que hay se encuentra mihrimah.
Entro por ella y me encuentro con escaleras, las cuales decido bajar con rapidez, es claro que dirigen a un lugar subterráneo.
Cuando estoy finalmente abajo la veo, mi mirada se posa sobre mihrimah, todo se detiene a mi alrededor al verla así, esta tan devastada, su debilidad es notable y su rostro es lo suficientemente pálido, ella no hace ningún movimiento y solo tiene sus manos sobre su regazo, su muñecas están marcadas y también tenues manchas moradas.
—mihrimah—digo y me acerco con rapidez hasta donde esta.
Cuando estoy finalmente cerca de ella la tomo de cintura y la acerco a mi cuerpo, ella recae sobre mí brazo pues la debilidad no permite sostenerse, sus labios son palidos y estan sin una pisca de humedad. Sus ojos se abren por un segundo y puedo ver en su mirada el cansancio reflejado.
—bali bey—dice ella en un tono de voz tan bajo que es casi un susurro, ella se recuesta sobre mi pecho y finalmente su cuerpo se desvanece. La abrazo y me aferro a su cuerpo deseando que nada malo le esté pasando, que sus ojos se abrirán nuevamente.
—tiene que ayudarla, no soportará mucho, además de que ha estado expuesta al frío durante tantos días, no a probado una gota de agua ni alimento alguno—dice el hombre y finalmente salgo de mis pensamientos para fijarme a mi alrededor. El hombre está parado frente a nosotros y el cuerpo sin vida de uno de los hombres que estaba vestido de negro está en suelo.
Cargo a mihrimah y me levanto para después salir, la sostengo en mis brazos y siento lo frío que esta su cuerpo a través de la tela del vestido. Mis ojos arden, el dolor me invade de sentir su cuerpo frío en mis brazos, nunca imagine verla en tal estado, tan indefensa.
—mihrimah—dice el sultan y sin darme cuenta ya estábamos fuera de la casa.—mi sol y mi luna, quien pudo atreverse ha hacerte esto—su rostro se torna en tristeza e incredibilidad. El toma el cuerpo de mihrimah intentándolo cargar, quisiera mantenerla conmigo y no alejarla, pero se que no es momento para que el sultan sospeche.
Sin embargo el solo toca el brazo de mihrimah y en su rostro se presenta el miedo.
—¿por qué su cuerpo está tan frío?—pregunta y su preocupación es notable.
—estuvo expuesta a mucho frío su majestad—dice el hombre a mis espaldas intentando calmar la situación.
—venga con nosotros, usted nos ayudo y nosotros lo ayudaremos con su hijo—dice el sultan y dirige una mirada a su alrededor. Un hombre se acerca con una manta. El sultan la toma y la pone sobre el cuerpo de mihrimah.—nos vamos—dice por último antes de empezar a tomar dirección hacia uno de los caballos. Sorpreaivamente dejó que mihrimah se quedara conmigo...
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NUESTRO AMOR (Bali Bey Y Mihrimah)
RandomBali bey siempre miro a la sultana mihrimah como una pequeña princesa, como la pequeña que vio crecer. Sin embargo el dejo de verla de este modo, la empezó a ver como la hermosa mujer en la que se ha convertido. Y de igual forma empezó a sentir más...