CAPITULO 14

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MALKOÇOĞLU BALI BEY

El camino había sido silencioso y tan largo, no veía la hora de llegar a manisa y finalmente saber que es lo que pasa.

Mis pensamientos estuvieron perdidos durante todo el camino, mihrimah era lo único que tenía en este momento y el solo hecho de perderla me atormenta, pues aunque todo fue impredecible ella logró ganarme toda mí atención. Se que es una sultana fuerte, pero no se en que condiciones se encuentra, tampoco se que le estarán haciendo los hombres que la tienen privada de la libertad. Solo espero que resista, que resista lo suficiente para poder encontrarla y poder estar juntos nuevamente.

Cuando finalmente llegamos bajo del carruaje.

Estoy cansado, pero no podría dejar de intentar encontrar a mihrimah, lo que más anhelo es verla.

El sultan y la sultana Hürrem empiezan a caminar a la entrada, ella con ansias y rapidez, de igual manera los príncipes quienes caminan un paso tras de ellos. Yo los sigo y me doy cuenta que nos dirijimos a una de las habitaciones.

Cuando llegamos a la habitación las puertas se abren y la mención del nombre de su majestad se hace escuchar.

Miro hacia la dirección de la mujer que al entrar se puso de pie he hizo una reverencia para el sultan. La sultana mahidevran se encontraba ahí, su rostro reflejaba la sorpresa que sentía, pero también miraba sin mucha gracia a la sultana hürrem.

—madre necesitamos hablar de algo urgente contigo—dice el principe Mustafá con dureza.

—¿que es lo que pasa, no deberías estar en la campaña?—pregunta ella.

—no cuando mi hermana esta desaparecida.

—¿como que esta desaparecida?—pregunta ella, aunque en su voz hay algo de sorpresa, no puedo creer eso del todo y no entiendo el porqué.

—si, mi hija está desaparecida Mahidevran y los únicos hombres que la pudieron haber secuestrado fueron enviados de aquí—responde el sultan y puedo el enojo que tiene en su voz.—sabes muy bien que la única persona que da órdenes aquí en la ausencia de mustafa eres tu, así que ahora mismo me vas a explicar porque enviaste a esos hombres y para que.

—no se de que habla su majestad, no envié a nadie al palacio, se lo aseguro—dice ella y su actitud toma un poco de nerviosismo.

—entonces ¿por que te pones nerviosa?—pregunta el príncipe mustafa y puedo notar que la sultana mahidevran le da una mirada acusadora.

—no estoy nerviosa, no tengo porque estarlo, solo que me sorprende la noticia—responde ella y su tono de voz es cortante.

—solo espero que no tengas nada que ver con la desaparición de mi hija, mahidevran. Si no yo me encargaré de que pagues por eso—dice la sultana hürrem para después salir de los aposentos.

El sultan y los príncipes la llaman pero ella no atiende a ese llamado, al parecer la sola presencia de la sultana mahidevran le molesta.

—padre no perdamos más tiempo, si la sultana envió a esos hombres se sabrá tarde o temprano, por ahora tenemos que buscar a mi hermana—dice el príncipe mehmed y su padre le da una última mirada a la sultana mahidevran y después salir de los aposentos.

Salgo con ellos y el príncipe Mustafá se queda durante cortos minutos con su madre, después el sale también.

El sultan camina con rapidez intentando  encontrar a la sultana hürrem, pues no hay señales de ella en ninguna parte.

—padre puede que este fuera del palacio, estaba alterada y pudo salir a tomar aire—dice el príncipe Mustafá.—ire a ver a Bahar, quiero saber como esta.

El sultan no dice nada y solo sigue su camino, el principe mehmed asiente al príncipe Mustafá en señal de que puede irse.

Nos dirijimos al jardín, el cual no está muy alejado de donde estábamos, así que la sultana hürrem podría estar ahí.

Cuando llegamos, podemos verla. Ella estaba frente la fuente de agua cristalina del palacio.

El sultan se acercó mientras el príncipe mehmed y yo nos quedábamos atrás. Cuando su majestad estuvo lo suficientemente cerca de la sultana, ella se dio la vuelta para mirarlo, ella solo le dio un abrazo y el sultan no dudo en responderlo.

La sultana Hürrem había estado desconsolada desde que llegamos aquí, mihrimah es su única hija y la relación de las dos es muy cercana, debe extrañar a su hija y el hablar o con ella o simplemente salir a dar un paseo por el jardín. Se muy bien por mihrimah que eso hacían a menudo.

Mihrimah, su nombre no sale de mi mente y pensamientos, su voz es el sonido que deseo volver a escuchar, ver sus penetrantes ojos de color claro y su sonrisa, verla sonreír es una de las cosas más hermosas, una sonrisa de ella puede hacer que todo a mi alrededor se vuelva mejor y olvidar al menos por un segundo los problemas.

—hora de regresar a Topkapi, tenemos que saber si hay nuevas noticias sobre mihrimah—dice el sultan y hace que salga de mis pensamientos. El también tenia un rostro de tristeza el cual no podía ocultar y era notable a simple vista, sin embargo se notaba su intento de darle calma y fortaleza a la sultana hürrem.

Tomamos el camino de regreso a la entrada entrada del palacio, en el camino vemos al príncipe Mustafá el cual se despide de su favorita Bahar. Escucho como ella insiste en ir con nosotros pero el príncipe Mustafá le dice que no.

En un corto tiempo estamos finalmente fuera del palacio, al subir al carruaje solo esperamos volver al palacio, que el camino no se alarge más de los debido y llegar lo más antes posibles, la única esperanza es encontrarnos con noticias sobre ella, sobre mi amada mihrimah.

El carruaje comienza ha andar y el silencio abunda convirtiéndose tormentoso, tan torturante que hace querer sumergirse en los pensamientos y eso no es lo mejor por ahora, no cuando esos pensamientos solo son malos y desgastantes, cuando los mismos vienen repletos de tormentos sobre lo que ella esté pasando.

El sonido de los pasos de los caballos es lo único que se escucha. Lo único hasta que el carruaje se detiene y el sonido deja de escucharse.

De inmediato esto llama mi atención, no debe ser algo bueno, siempre que los carruajes se detienen, la mayoría de veces, no es nada bueno.

Tomo la decisión de bajar, pues hombres se habían puesto en posición de ataque según lo que vi por la pequeña ventanilla.

Al bajar me encuentro con el sultan y la sultana hürrem, los príncipes apenas bajando y dirigiéndose hasta el frente. Yo sigo sus pasos y decido ir en su dirección.

—su majestad—dice un hombre y hace reverencia.—este hombre dice que tiene algo muy importante que decirle, se puso en mitad del camino. Dice que trata sobre la sultana mihrimah.

El sultan no dice nada y se acerca al hombre rápidamente, la sultana hürrem haces lo mismo.

—habla, di lo que sabes—dice el sultan.

—su majestad yo—el hombre casi no puede hablar, puedo notar el nerviosismo en su voz y el temor en su rostro.

—¡Habla!—responde el sultan con un tono alto de voz y perdiendo la paciencia.

—su majestad yo se donde tienen a la sultana mihrimah, se donde esta...

NUESTRO AMOR (Bali Bey Y Mihrimah)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora