7 | VEN, CONÓCEME

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—Aris, ¿puedes abrir la puerta?

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—Aris, ¿puedes abrir la puerta?

Su pedido llega hasta la sala, me quedo analizando lo que sea que esté moviendo en la cocina y cuando está cerca de la puerta, me levanto.

—¿Para qué es? —inquiero señalando la charola de sus manos.

—Hice demasiadas galletas, no será malo si regalamos un poco, ¿no?

—¿Y por qué no las vendes?

—Véndelas tú.

Antes de que haga la charla de dos horas sobre la importancia del trabajo, me apresuro a su orden.

—Es mejor regalarlas —aludo sonriente—. Estarán felices de comerlas.

Mamá se burla de mi y sale, camina lentamente hacia la casa que tenemos al frente. Mi nula concentración no me hizo ver la silueta de cierta persona, por lo que entrecierro los ojos y observo detalladamente, justo como al tomar el transporte y verificar que vaya a la dirección correcta. Poco a poco el sol me permite reconocerlo, es cuando se ha detenido frente a mi y su cuerpo se inclina, apoyando su peso sobre las rodillas. Jadea muy fuerte, palpa su pecho al tomar aire, lo expulsa en silencio y limpia el sudor de su rostro. Luego, simplemente sonríe.

—Estás aquí.

—¿Tendría que estar en otro lado?

Con cierta diversión, niega.

A sus espaldas ya no está mi madre, apuesto que ha entrado para una “pequeña” charla que se convierte en plática de diez horas. Mi lado cuerdo me dice lo que considera correcto, sobre todo al tener a este chico presente por lo que señalo el interior aunque él no entiende.

—Debes estar cansado, entra.

—Oh, no, no es nada. Solo vine por algo rápido y…

Ya que mueve sus manos al hablar, tomo ventaja y lo arrastro tirando de su brazo. Cuando me da la espalda, le doy un par de empujones más hasta que ambos estamos dentro. Se queda quieto, esperando indicaciones que doy al pedirle que me siga a la cocina. Busco dos vasos, el jugo sobrante de esta mañana y nos sirvo a la par que tomamos asiento.

—¿Estás solo?

—Por ahora.

Bebe despacio, da un sorbo y luego otro. Intenta disimular a toda costa lo que no es posible, está sediento al máximo y por ello su garganta hace ruidos cuando traga el líquido.

Melodía de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora