8 | ¿COQUETEO O ENFADO?

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Gabby dice que leyó un nuevo manga, que pronto será una sensación y que debemos estar al tanto de ella

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Gabby dice que leyó un nuevo manga, que pronto será una sensación y que debemos estar al tanto de ella.

Nos tiene sentados en el centro, con muchas pelucas y maquillaje alrededor. Me he quitado la parte de arriba, quedando en una simple camisa blanca y un moño que Elías ató por diversión. Mis brazos duelen, los tengo extendidos desde hace cinco minutos porque Gabriela no termina de aplicarme el rubor y tampoco deja de regañarme porque no estoy leyendo. Un completo caos.

—¿Rosa o rojo?

—Rosa.

—¿Rojo? Perfecto.

Ruedo los ojos.

Hizo lo mismo con el delineador, preguntando si quería uno casual o de gato y, como no entiendo a eso, escogí el casual. No miento cuando digo que mis ojos se ven más rasgados, ese líquido hace magia.

Elías ha terminado de peinar la peluca, la coloca cuando puedo optar mi posición correcta y siento tanta paz al bajar la cabeza. Comenzaba a doler. Sus manos ajustan el elástico, enreda mi cabello entre sus dedos y tironea sin importarle que me arranque un mechón. Gabby está muy concentrada a mis labios, marcando el contorno con un lápiz rosa y acaba por rellenarlos con el labial rojo. Me pesa la cara.

—Estás listo —dice, retrocediendo para ver su creación.

—¿Cómo te llamas? —pregunta Eli, luego lee la hoja—. Ah, te transformas cuando eres K.

—¿No es linda?

—Un poco.

—¿Quieres decir que andarías con ella?

—Tal vez.

Gabriela abre la boca, conteniendo sus gritos de fangirl pero aferrándose al uniforme con emoción. Elías me mira, susurrando una disculpa cuando ha visto la gravedad de sus palabras y yo le doy una mueca de asco.

—¿Sabes que sigo siendo yo?

—Hablé de tu personaje, tú puedes irte al diablo.

Me tira la peluca sintética a la cara, no pasa desapercibido ya que Gabby le reclama porque puede arruinar el maquillaje y se convierte una batalla de tirarse cosas entre ellos. Doy mi atención al espejo rectangular, puedo ver cierto cambio en mi persona y lo único que puedo pensar es en aprovecharlo mientras pueda. Aplicó de todo, fue como mezclar mil especies y tirarlas a mi rostro para darme uno nuevo.

Estoy sorprendido.

Los murmullos pronto se vuelven gritos, sin saludar porque ya los esperábamos, Claudia hace su triunfal entrada con los alumnos detrás y una pequeña niña en sus brazos. Viene demasiado enérgica y sonríe al estirar sus brazos, nos conoce porque ha estado varias veces en nuestros ensayos y en las clases que da su madre. La dejan en el escenario ya que estamos ahí cerca y hace una seña de que buscará algo rápido, mientras, Elías le dice que su vestido está muy bonito al igual que su peinado y ella dice que se los hizo papá.

Melodía de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora