9 | ACTÚA PARA MI

158 20 38
                                    

Las probabilidades de memorizar un guion en menos de un mes por las pocas prácticas son… Casi cero

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Las probabilidades de memorizar un guion en menos de un mes por las pocas prácticas son… Casi cero.

Y ahí está Aiden, convenciéndome de que lo logró tras leerlo cinco veces.

Pero también estoy yo, ayudándole por su motivación.

—Si lo imaginas como una película, será fácil.

—Si lo imagino como película, imagino a otro protagonista.

—No estás sintiendo la pasión de tu personaje.

—Este chico está tan perdido como tú, ¿por qué no le das vida?

Espero no ser yo, pero me sonó a ofensa.

Comienza a reír cuando le lanzo la almohada, luego carraspea y se concentra en la lectura. Es noche, el frío traspasa las ventanas, nos hemos despertado hace poco gracias a una alarma suya. Se tomó en serio lo que “descansar un poco”, porque para mí era dormir hasta que él se vaya a casa y para Aiden fue descansar un par de horas.

Estamos practicando, o eso creo. No somos más que comentarios incoherentes que no tienen absolutamente nada que ver con el guion.

—En esta parte —señalo un párrafo—, desde ahí levantas tu violín.

Hace lo que indico. Ya que jamás se separa de su instrumento, nos da una ventaja que lo tenga ahora mismo. Plasma todo sentimiento que corresponde e inicia una improvisada melodía, cerrando los ojos y arrugando la nariz cuando tiene fallas. La siguiente parte es un poco más intensa, por ello espero a que se detenga y pedirle que lo guardemos para otro momento. Sin embargo, no consigo retroceder cuando este susurra:

—Hazlo, Aris. Actúa para mí.

Y mis cables hacen cortocircuito.

—Espera, un momento —interfiero de prisa. Su violín baja hasta la cama, hundiendo el colchón al dejarlo reposar—. Me falta… Uh, olvidé lo que debo decir.

Por supuesto que es una mentira, ¿cómo olvidar algo que yo hice? No obstante, con las tantas fallas que Aiden ha tenido, se convence de que pudo ocurrirme por lo que se encoge de hombros y vuelve a leer.
¿Por qué estamos haciendo esto? O, mejor dicho, ¿qué pensé al iniciar esto, en un lugar así de privado y solo nosotros, sin nadie quién nos critique? No estoy siendo profesional.

—¿De nuevo? —pregunta, dispuesto a sostener el violín cuando le dé la orden.

Con cierta cantidad de nervios acumulándose dentro de mi cuerpo, asiento.

Melodía de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora