Parte 13: Cambios

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Olvidar esa sensación, era algo que él no podía hacer.

No podía, esa suavidad, ese tacto, los labios de Moeha todavía podía sentirlos. Se tocó los suyos con ese extraño sentimiento, no podía sacarse de la cabeza a Moeha.

"¿Ahora lo comprendes... Ishigami-kun?"

Claro que lo comprendía, sin embargo... 

¿Por qué quería ignorar todo esto? No, el problema no era Moeha, ni tampoco Kei. El problema era él mismo.

Siempre sentía que huía de todo, primero con su pasado traumático con Kyoko Ootomo, en donde sintió que podía progresar después del Festival Deportivo, sin embargo llegó el rechazo de Tsubame-senpai y se volvió a sentir así. Cuando su amistad con Miko lo estaba ayudando a mejorar, nuevamente algo malo pasó. Ahora que tenía una bonita amistad con sus compañeras, eso que ellas sentían ¿dañaría lo que han ido construyendo de a poco?

Para colmo, ambas chicas eran hermanas de sus excompañeros y amigos Chika y Miyuki.

¿Cómo podría hacer algo así?

Su mente era un caos.

"Que ironía, me la paso criticando a los protagonistas de mangas harem por indecisos y ahora me estoy sintiendo igual"

Residencia Fujiwara...

La menor de las Fujiwara yacía recostada sobre su cama con una sonrisa en su rostro. No hace mucho había llegado a su casa y en cuanto lo hizo fue directo a su habitación, necesitaba pensar. Parte de sus pensamientos la llevaron hasta el momento donde fue a buscar a Kei, en ese momento ambas habían podido aclarar un par de cosas.

-Flashback-

Moeha caminaba hacia la habitación donde Kei dormía, mientras lo hacía parte de sus pensamientos le hacían temer por las acciones que haría su amiga, más con los sentimientos que sabía que tenía la albina por Ishigami.

Pero ella no la odiaba ni mucho menos le haría la vida imposible por algo así, no era una mala amiga ni menos una traidora, sin embargo, tampoco podía negar lo que sentía.

Entre sus pensamientos, la culpa por recordar que ella había sido quien le había presentado a Nick, carcomía su mente, a veces sentía que debía dejarle el camino libre, sin embargo, su orgullo tampoco lo permitiría, ella ya había perdido una vez, no lo haría de nuevo.

Al llegar a la puerta de su habitación supuso que aún dormía, por lo que solo ingresó, pero para su sorpresa, Kei ya estaba lista y ya parecía querer bajar con los demás.

La mirada de ambas se encontró, y una pequeña tensión se sintió en el ambiente. Moeha sintió nerviosismo, más por la extraña forma en que su amiga la miraba.

- K-kei, baja al desayuno, Ishigami-kun te llama – La mención del nombre del muchacho desató un enorme sonrojo en la muchacha, esto generó una mueca de intranquilidad en la pelirosa. La albina quiso disimular, sin embargo ignoraba totalmente que su amiga ya sabía su secreto, aunque con acciones tan evidentes como esas, hasta el más distraído comienza a sospechar.

- Y-ya b-bajo de inmediato Moeha - Kei inútilmente ocultaba su nerviosismo, cosa que hizo que su amiga dijera lo que pensaba.

- Kei, no es necesario que lo intentes ocultar, ya sé tu secreto – Dijo sin tapujos la menor de las Fujiwara mientras su mirada se tornaba entre seria y comprensiva.

- ¿Mi... mi secreto?

- Resulta ser que de casualidad iba a ingresar al Consejo Estudiantil hace unos días cuando te encontrabas en una amena conversación con Miko-senpai, y... fue inevitable escucharlo. Amas a Ishigami-kun ¿No es así?

Dos o TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora