Parte 11: Protección

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Tras haber escuchado aquellas palabras de su amiga Moeha, Ishigami se quedó algo pensativo, reflexionando sobre su relación de amistad con cada una de sus compañeras. Nuevamente los recuerdos de sus excompañeros Chika y Miyuki vinieron a su mente, dado la enorme presión que sentía sobre sí después de percatarse de lo que su amiga sentía por él.

"Debo estar loco, no puede ser, es imposible, una chica como ella no debería fijarse en un perdedor como yo, lo mismo va para Kei, me he estado sintiendo raro con ellas a mi alrededor, no quiero equivocarme..."

Había pasado casi una hora desde que las chicas se fueron a sus respectivas habitaciones.

Tras lavar los platos y ordenar la cocina donde previamente había sido su reunión de estudio, el recuerdo del rostro algo apenado de Kei al irse a dormir vino a su mente, se preocupó un poco por ella, después de todo sentía que era su obligación velar por su seguridad. Aún así evitó presionarse más por esto y se dirigió a dormir, sin éxito alguno. No hacía más que dar vueltas en la cama una y otra vez.

"¡Rayos, no puedo dormir!" - Eran sus pensamientos, sin embargo estos fueron interrumpidos por un leve toque en la puerta de su habitación, algo que lo extrañó, aún así encendió su lámpara y se dirigió a la puerta y la abrió, encontrándose allí a Shiranui quien vestía una pijama que él le había prestado, con una expresión algo madrugadora y somnolienta, se notaba que no había podido dormir nada.

- ¿Qué sucede Shiranui?

- E-esto, Yuchin, no puedo dormir...

- Oh, ya veo, pero ¿qué haces aquí?

- Pues, yo... - sus mejillas estaban rojas, algo que comenzó a extrañar al muchacho.

- D-Dime...

- Q-quería sabes si... tu y yo... p-podemos...

- ¿Eh? - No pudo evitar pensar algo raro. Esto se parecía a una de esas series que había visto hace poco.

- ¿P-podemos jugar al menos una partida? - Dijo mientras señalaba un videojuego que tenia el muchacho en su cama.

- Oh, oh, oh - Se quiso golpear la cabeza por haber malentendido todo.

"¡Atrás pensamientos impuros! ¡Rayos! Todo esto de Moeha me dejó estúpido parece" "¿En qué rayos estoy pensando? ¡Debo dejar de ver tantas series raras!"

- O-oye, pero ya es tarde. Mejor jugamos mañana.

- Oh, vamos Yuchin, estoy segura que tampoco puedes dormir ¿no es así? Anda, di que sí, por favor ¿si? - Dijo mientras le hacía una cara tierna.

"No puedo negarme si haces esa expresión, ¡rayos!"

El muchacho soltó un suspiro y aceptó, dejándola pasar.

- Tsk, está bien, pero solo un poco y después te vas a tu habitación ¿si?

- ¡Yeeei!

Pasó cerca de una hora, algo que a él mismo sorprendió, dado las pocas ganas que tenía de jugar, sin embargo gracias a su amiga pudo olvidar esos pensamientos que lo atormentaban respecto a Moeha. Esto era algo que siempre hacían cuando tenían alguna que otra salida, o en ocasiones cuando Shiranui se quedaba en su casa. Estaban ambos muy concentrados, reían, soltaban bromas y jugaban tranquilamente mientras recordaban alguna que otra anécdota.

En otra habitación, cierta albina no había podido dormir nada, con pensamientos algo tristes e incómodos para ella. Encendió la lámpara de su habitación y se dispuso a leer un manga que traía consigo buscando relajarse. Afortunadamente, esto funcionó y fue un rato después que finalmente pudo conciliar el sueño, cuando el manga que tenía en sus manos cayó al suelo mientras su cuerpo se relajaba. De la nada, recuerdos vagos de aquellos tristes días vinieron a su mente.

Dos o TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora