Destino forzado

Capítulo 6

Nick

Sopeso la idea de ir y lanzarme del Golden Gate pues con solo 24 horas desde que esta locura es real ya creo que perdí la cordura

Meredith se recuesta en la que es su cama, yo solo me quedo frente a la ventana de su alcoba con un vaso de licor en la mano. La noche cae y aunque no he comido, hambre no tengo en absoluto, con muchas cosas que debo resolver me inquieta el que no pueda estando de esta manera

De niño siempre me gustaba que mi abuelo me leyera libros y no es que me gustara la literatura. Es más nunca he tomado un libro por mi mismo pero lo que en realidad me fascinaba eran las voces, la emoción y las expresiones que le ponía a cada párrafo. Me mantenía expectante ante cada palabra que salía de su boca, como el más deslumbrante narrador que conocí en toda mi vida

Dos días eran mis favoritos a la semana y no eran días exacto y específicos sino aquellos donde mi abuelo me esperaba con un libro en su regazo y un chocolate en una bandeja sobre su escritorio. Esa emoción no la he vuelto a sentir. Rogaba a mi padre para que fuéramos a casa de los abuelos puesto que, nuestra casa y la suya quedaba a 10 kilómetros de distancia la cual tenía prohibido recorrer así fuera con el chófer.

Nunca entendí esa renuencia de mi progenitor por ir donde su padre si el viejo era agradable y muy divertido

Mi madre intercedió en muchas ocasiones para que este aceptara a ir hasta que acordó el ir dos veces por semana, donde, mientras mi padre y sus hermanos se dedicaban a hacer planes con el dinero que aún no recibían, mi abuelo y yo nos quedábamos con nuestras aventuras imaginarias. Pocas veces salimos a las afueras y era porque él insistía porque por mí me quedaba cada minuto solo escuchando sus historias

Un niño nunca se da cuenta de la maldad así este frente a sus ojos. Lo supe tarde

Mi abuelo murió y las garras de todos saltaron. Buscaron y hostigaron al abogado hasta que llegó la fecha de lectura de testamento.

Con 20 años aún no quitaba mi adoración por ese viejo y cuando murió no tuve cabeza para nada. Mis estudios seguían pero no rendía lo suficiente como para salir sobresaliente, como era habitual. Y la lectura del testamento no ayudó en nada en absoluto.

Ver mi nombre plasmado ahí me asustó de sobremanera, más al ver números, propiedades y empresas que ni por un segundo imaginé sería totalmente míos. No dejó un solo peso para ellos y el heredero universal era yo.

No pude siquiera digerirlo cuando las demandas de envenenamiento, denuncias sobre robo y las impugnaciones llegaron en mi contra. Buscar a mi padre fue un error pues era uno de los principales en afirmar que todo era real. Pero como dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo, mi abuelo dejó una cláusula, en la que se especificaba que no podían impugnar ni delegar, que a los 26 años podía tomar posesión de todo.

Me echaron de la casa. Me pusieron órdenes de alejamiento tachandome de asesino, ladrón y todo se vino abajo. Por fin me di cuenta de mucho más que el abogado me fue contando.

Entendí el porqué a los 26 y no antes o de inmediato al morir él. Conocí la verdadera cara de la "familia" que tenía que solo era un nido de víboras que solo esperaron el momento preciso para echarme sin contemplaciones.

Terminé mis estudios, pero no me gustaba tanto además de que algo llamó mi atención en el aeropuerto cuando volví de un viaje. Quería pilotar uno de ellos. Después meses que se convirtieron en años pude tomar uno cuando fui contratado en la aerolínea comercial donde ahora trabajo.

Un poco más de 2 meses que se está reduciendo es lo que falta para hacerles ver en lo que convirtieron a quien era el menor de los King. No voy a pedir perdón por ser como soy, cuando nadie me pidió perdón por ser los culpables de hacerlo.