Capítulo 17

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Nick.

__ No puedo tomarte en serio. - se ríe Alexander con incredulidad. Repara mi aspecto, mueve su cabeza buscando no sé qué, en lo que solo me quedo esperando que caiga en cuenta de la realidad. - Muestra la cámara. No estoy para tus juegos, Nickolas.

Habla a gritos pensando que alguien saldrá de atrás diciendo que es solo una broma.

__ Ya pueden salir. Dile a Nickolas que salga ya que a mí no me hace caso.

__ Deja la pendejada, estoy hablando en serio. - le digo con molestia. No estoy de humor y si decidí decir todo fue porque puedo obtener un poco de ventaja en ambos casos de llegar a traicionar como si su inocencia es cierta.

Su risa se borra, se sienta en la cama descansando sus piernas mientras la mujer que lo acompaña arregla su salida.

__ Ya puedes terminar con la broma. No estoy para soportar jugarretas de niños en cuerpos de una chica

Mueve su cabeza buscando no sé qué en mi espalda. En su estupidez me hace a un lado como si ocultara a otros.

__ ¿Crees que me voy a poner a inventar algo tan tonto? - cuestiono.

__ No sería raro. En la niñez todos los son y así te estás comportando, por lo que no me sorprende que también lo seas.

__ Con cosas que veía posibles, no una bruja con cara de santa - escupo al recordar a la causante de esta situación.

__ Pues no. Sigo sin creer tal cosa, los juegos son para infantes, no para adultos que se esforzaron por tener una reputación tan poco clara como la tuya. - eleva el tono.

__ La última vez que nos vimos, Daniel te pidió inyectarle una buena cantidad a su compañía. - le digo recordando la discusión de ese día

__ Tu hermano hizo eso con medio mundo. No sería raro que lo comentara con otros, así que, no me convence. No quieras confundirme.

__ No sé cómo te soporté tanto tiempo, tío. - alego con los dientes apretados. Ese tipo es un insoportable.

Se acomoda soltando un exabrupto resoplido.

__ Tengo dos sobrinos hombres y aunque quise una niña para hacerla rebelde para joder a la familia, no siento nada agradable que la niña que nuestro abogado presumió desde que era bebé me diga tío. - no deja de verme con ese gesto incrédulo.

__ ¿Conociste a Meredith?

__ Si te conocí, niña. Tu padre te presumía todo el tiempo - señala - No lo aguantaba cuando mostraba a esa niña con su peculiar gusto por batir tierra del jardín y decir que era alfarera.

Sonrío por inercia recordando las figuras que hay en repisas de la casa de Meredith.

__ Por eso aún no puedo creer que se haya prestado para hacer este tipo de dramas

__ Meredith ha de estar lanzando maldiciones en mi contra después de lo que dije. - asumo. No sería raro, es comprensible después de ser tan maldito con ella. Pero está bien lejos de mí, estoy con impotencia y ver que no he podido cumplir la promesa que hice solo la aumenta.

__ Deja de hablar de tí misma en tercera persona. Es extraño.

__ Que no soy ella. - me harto de su estupidez.

__ Me envenenaron. No estoy demente como para creer tal tontería. - se molesta. - Aunque no tardaré en ser diagnosticado con ello con la familia que nos cargamos.

__ Cuando era un niño, el abuelo pidió verme pero mis padres se opusieron a que fuera, por lo cual tú me ayudaste a bajar por la rama del árbol junto a mi habitación. - capto su atención. Esto solo lo sabemos él y yo ahora que murió Michael - Golpeé mis rodillas, el abuelo la curó mientras decía que éramos muy buenos estrategas, pero...

Destino forzadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora