I

2.3K 279 74
                                    

Un fuerte estruendo se escuchó en el momento en que las cortinas fueron jaladas y se abrieron de par en par.

Sana dio un brinco, solía tener un dormir profundo, por lo que en ningún momento pudo sentir que algún intruso entraba a su habitación.

- ¡Mierda!- gritó asustada sintiendo que su corazón se saltaba un par de latidos.

- Buenos días.- habló la chica que más odiaba en el mundo. Sana la miró con molestia para luego volver a voltearse y sumergir su rostro en las cómodas almohadas de su enorme cama.- Buenos días señorita Minatozaki.- volvió a hablar la chica.

- Maldita seas, Im Nayeon.- pensó para sus adentros la menor, sintiendo como sus manos se empuñaban, y es que con gusto le habría dado un golpe en la cara, si no fuera porque la chica era increíblemente hermosa, Sana ya le habría botado algún diente.- ¿Qué pasa ahora?- pateló cual niña pequeña en la cama, mientras sentía la mirada de Nayeon en su espalda.

- Señorita Minatozaki, cuando alguien dice "buenos días", ud debe responder "buenos días".

Como la odiaba. Odiaba que le diera lecciones de como comportarse. Ni su difunta madre solía decirle que hacer.

Enderezó su cuerpo, mientras cerraba los ojos debido a la intrusa entrada del sol y con molestia golpeó la cama. Intentó abrir uno de sus ojos, para ubicar a la molesta Im Nayeon.

- ¿Y bien?

- Buenos días, Im Nayeon.- pataleó nuevamente, esta vez logrando enfocar su vista en la silueta de la chica.

No lograba verle el rostro, solo pudo distinguir su cuerpo a contra luz, y maldijo en su mente que la chica fuera tan atractiva.

- El desayuno estará servido en 20 minutos, señorita Minatozaki.- fue lo último que dijo Nayeon, mientras caminaba hacia la puerta.

- Maldita niñera.- habló por lo bajo Sana, mientras comenzaba a distinguir a Nayeon. El día de hoy llevaba una falda azul marino, la cual caía Justo sobre la rodilla, permitiendo mostrarle a Sana solo sus hermosas pantorrillas que se marcaban más al usar esos empinados tacos. Los ojos de Sana siguieron recorriendo su cuerpo, deteniéndose en su trasero e involuntariamente mordió suavemente el interior de su labio inferior.- Ugh.- se quejó ante su imprudente pensamiento con la niñera y se dejó caer de espalda contra el colchón, para luego sacudir sus pies con molestia.

Vaya que es hermosa Im Nayeon.

Tomó su teléfono y revisó rápidamente sus mensajes. El último que tenía era con Momo, hablando de como Nayeon la había obligado a borrar ciertas fotos de su cuenta de instagram y como Momo se burlaba de su "niñera" y ella.

- Si no te conociera tanto y no supiera lo pasiva que eres, podría estar segura que te gusta ser mandoneada por tu niñera.

- Estúpida Momo.- dijo mientras respondía el mensaje.- Im Nayeon es insoportable.- respondió el mensaje.

- Pero es muy atractiva.- la respuesta de su mejor amiga llegó de inmediato.

- Eso da igual. Sigue siendo insoportable. No me deja hacer nada, solo me manda y me dice con su estupido tono de voz "señorita Minatozaki"...- golpeó las teclas molesta.

- Sana, bien sabes que si tu niñera fuera fea, ni caso le harías. Admite que te calienta Im Nayeon.

- No hables estupideces.

- Im Nayeon con sus faldas entalladas y sus increíbles manotas.

- Cállate. Im Nayeon es detestable, la odio.

- Yo me comportaría peor todos los días solo para que me regañara.- bromeó Momo, logrando que Sana girara los ojos en desaprobación a su ridículo comentario.- Para que me castigara.

- Im Nayeon finge ser toda perfecta pero estoy segura que algún día de estos perderá toda esa paciencia que finge tener.

- ¿Ya descubriste con que chica de la oficina tuvo su romance?- preguntó Momo.

- Ya te lo dije, esa mujer parece ser de piedra, yo creo que nunca ha tenido sexo en su vida, es una amargada.

- Tal vez es una dominatrix.- aquel comentario hizo que Sana se carcajeara.

- Tal vez usa látigos y cosas así, me va a amarrar un día de estos.- escribió entre risas Sana.

- Y eso para ti sería un graaaaan problema, ¿no?

- Cállate, solo fue una vez.- rio nuevamente Sana.- En fin, la señorita perfecta dijo que tenía que bajar a desayunar, hablamos.

- Coqueteale de una vez por todas Sana, y ve si es tan gay como dicen que es.

- Usaré mis poderes de seducción para enamorarla y que haga lo que yo quiera.- rió nuevamente Sana.

- Exacto. Usas el cerebro por primera vez en tu vida, Minatozaki.

- Ya no me llames así Hirai, que me recuerdas a ella.

De pronto Sana escuchó los imponentes tacos de Nayeon golpetear el suelo de su casa en dirección a su habitación. Lanzó el celular contra la cama y se apresuró al baño, abrió la ducha y se metió rápidamente.

Sintió como Nayeon abría la puerta de la habitación y se acercaba a la puerta del baño.

- Señorita Minatozaki.- su tono de voz reflejaba molestia.- Le dije que bajara en 20 min.

- No te oigo Nayeon, lo siento.- respondió Sana mientras lavaba su cabello con rapidez.

- Estúpida mocosa.- jadeó entre los dientes la mayor.- Apresúrese señorita Minatozaki, tenemos muchas cosas que hacer hoy, su agenda esta completamente llena.

- Ya, ya, ya.- respondió de mala gana Sana, haciendo que la ira dentro del cuerpo de Nayeon pareciera incendiarla. Como odiaba que Sana le respondiera de esa manera, odiaba que la mocosa actuara como si nada le importara, detestaba que por primera vez en su vida, alguien la desafiara y desacreditara con tanta facilidad como lo hacía ella.

- Salga ahora, señorita Minatozaki.- ordenó con molestia Nayeon.- Tendré que avisar que llegaremos tarde a la reunión semanal con su padre.

- Tanto alboroto siempre Im Nayeon.- respondió Sana abriendo la puerta, dejando que el vapor de aquel lugar impactara el cuerpo inamovible de su niñera, mientras ella aparecía envuelta en una suave toalla blanca.

Nayeon mantuvo fija su mirada en Sana, a pesar de sentir el agradable olor frutal que emanaba su cabello, el calor y humedad de la habitación impactándole en el rostro y claro, esa maldita sonrisa en los labios de la señorita Minatozaki.

La observó fijamente, notando como la toalla envolvía perfectamente cada curva del cuerpo de la chica, su cabello húmedo caía sobre sus hombros y sus mejillas se encontraban sonrojadas por el calor del agua de la ducha.

- Si te quedas parada mirándome, no podré apresurarme.- habló Sana despertándola del milisegundo de apreciación de Nayeon hacia la "insoportable mocosa", como solía decirle cuando hablaba con Jeongyeon y Jihyo.- Estás en la pasada Im Nayeon.

Como odiaba que la llamara por su nombre completo. Como odiaba que la menospreciara así.

- Vístete rápido y baja a desayunar.- dio su última instrucción para salir de la habitación a un paso veloz.

- ¿Que dijiste?- preguntó sorprendida Sana al no escuchar el típico "señorita Minatozaki" luego de su instrucción.

El cuerpo de Sana pareció retorcerse ante la orden y llenó sus pulmones con aire, ya que aquella intensidad habían logrado arrebatarle el aliento de golpe.

¿Acaso había logrado incomodar a Im Nayeon?

•••





A/N: ¡Holi! Espero que les guste este capítulo, lo escribí con mucho cariño para uds. Espero que cada vez que piensen en Nayeon la imaginen con la ropa de "Scientist" y Sana como Sarich de TTT, por fis.
Gracias por leer esta ridícula historia, les tkm 💖

The Brat Tamer [+18] [SaNayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora