Prólogo

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El sonido de sus tacos golpeando el frío suelo de la oficina, logra llamar la atención de los trabajadores de su padre. Quienes levantan la vista y vuelven a ocultarse en sus cubículos, lo que la hace sonreír.

Le encanta el poder que tiene sobre esos ridículos trabajadores, le encanta saber que por más que se esfuercen, ella siempre estará por sobre ellos.

Pero ahora está molesta.

Sana no está contenta de ser llamada por su padre a la oficina, menos un día lunes a las 10 de la mañana. Menos cuando tenía planes de reunirse con sus amigas.

¿Podría haberse negado a asistir a la reunión?

Claro que sí, pero su padre había enviado a su propio chofer por ella, así que no pudo evitar esta situación.

Así que estaba de muy, muy, muy mal humor.

En su mano derecha traía su iced-coffee, procurando revolverlo constantemente para molestar al resto y en su otra mano revisaba su teléfono con desdén.

Llegó hasta la enorme puerta de cristal, y esperó que le abrieran la puerta, porque claramente ella no haría ningún esfuerzo, porque simplemente no quería estar ahí.

Uno de los trabajadores que iba pasando abrió la puerta para ella, pero Sana ni siquiera se preocupó de agradecer y entró decidida a hablar con su padre de lo que fuera que él quisiera. El mal humor ya no se lo quitaría nadie.

— Sana.— habló su padre con calma, notando como la chica se sentaba en el asiento frente a él sin elevar su vista del teléfono.— Sana.— habló nuevamente, esta vez con un dejo de molestia en su voz. La chica elevó su mirada y bebió un pequeño sorbo de su café, para luego hablarle a su padre.

— ¿Qué era lo tan urgente que debías decirme, papi?— su voz falsamente acaramelada, hizo que su padre rodara los ojos y arreglara su corbata con molestia.

— Esto es lo urgente.— dijo su padre mientras se levantaba de su asiento y dejaba una revista en la mesa, frente al cuerpo de Sana.— ¿Qué tienes en la cabeza Sana?

Sana admiró con desdén la portada de la revista y liberó una pequeña risita.

Era una foto en primera plana de ella saliendo del apartamento de un famoso actor.

— Solo fui a una fiesta en casa de...

— ¿Acaso te parece gracioso?— interrumpió su padre.— Es la tercera vez en la semana que te ven saliendo de casa de hombres diferentes, Sana.

— ¡Ay papá!— río fuertemente la chica.— No es lo que parece, solo son mis amigos.

— Me importa un carajo.— golpeó con molestia la mesa, haciendo que Sana apretara sus labios con susto ante la reacción de su padre.— Tercera vez en la semana en que estás en una maldita portada.

— No es mi culpa que los paparazzi me sigan todo el tiempo.— se justificó con molestia.— Deberías demandarlos por acosarme, yo soy solo la víctima de esta situación, padre.

— ¿Víctima?

— Claro que sí, no puedo tener una vida normal porque ellos me siguen a todos lados e inventan rumores respecto a mí, que la gente estúpida creen.

— ¿Esto te parece normal?— el hombre abre la revista y muestra nuevamente una foto de su hija completamente borracha, en los brazos de un hombre.— ¿Acaso eras víctima de él también?

Otra risita.

— ¿Crees que es gracioso?

— Solo me pongo nerviosa, lo siento.— se disculpa falsamente Sana, bajando la cabeza para que su padre se calme un segundo.— Lo lamento padre.

The Brat Tamer [+18] [SaNayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora