Sana yacía en medio de la cama de la abogada con su ropa interior completamente empapada, sus rodillas se mantenían rojas debido al tiempo que duró arrodillada en el porcelanato de la habitación de Nayeon, su respiración aún se mantenía agitada, y aún podía recordar la sensación de los pechos de la mayor en su boca.
Cerró sus ojos y revivió aquella escena ocurrida hace cortos segundos atrás.
Mordió su labio inferior mientras recordaba las exquisitas expresiones, movimientos y jadeos de su niñera ante su anterior performance, y sin pensarlo acarició sus pechos con suavidad.
Tocó sus pechos con sus manos, sin dejar de imaginar que eran los de su niñera, los acarició como deseaba tocar a la mayor, deseando que sus dedos se hubiesen enterrado en la piel suave y perfecta de la mayor, sentir los pezones de Nayeon tan duros como los de ella en este momento bajo la palma de sus manos.
- Dios...- suspiró Sana, mientras intentaba que todo el aire saliera de su cuerpo para calmar su agitado diafragma que no hacía más que subir y bajar. El calor en su cuerpo se sentía permanente, el roce de sus propias en su cuerpo se sentía inservible para aliviar el desesperante deseo de más.
- ¿Qué haces?- la voz de Nayeon la tomó por sorpresa y con rapidez abrió sus ojos y enderezó un poco su cuerpo para ver a la abogada.
- Nada, solo estaba...- respondió con suavidad mientras veía las manos de la niñera con un par de "juguetes".- Estaba recordando...
- ¿Qué recordabas?- preguntó Nayeon con calma, mientras dejaba sobre la cama 3 juguetes.- ¿Algo más interesante?- volvió a interrogar mientras miraba fijamente a la malcriada y sensual chica sobre su cama.
Le encantaba mirar a Sana atentamente.
Le fascinaba admirar como su cuerpo se retorcía sin ser tocada, como se desesperaba por ella y su roce, como se excitaba ante su simple presencia. Le encantaba que Sana no pudiese aguantar los deseos de más, que le costara trabajo lidiar con las ganas que despertaba en ella.
- Tal vez.- respondió la menor elevando sus hombros, mientras observaba los artefactos sobre el edredón.- O tal vez no.- dijo mirando atentamente a la mayor, notando como ésta entrecerraba los ojos.
Con curiosidad se acomodó sobre sus rodilla y se acercó a los tres juguetes que estaban sobre la cama, pero antes de que pudiese examinarlos, Nayeon sujetó su muñeca con rapidez.
- Por cada juguete que desees probar, yo también escogeré uno.
Los tres juguetes los había probado antes, así que no fue difícil para Sana hacerse una idea de como funcionaban además de pensar en cual le daría más placer.
- ¿Y si escojo los tres?- preguntó Sana aún sentada sobre sus rodillas, mirando los tres juguetes sobre la cama, para luego ofrecerle una lujuriosa sonrisa a Nayeon.
- No te lo recomiendo.- habló con seriedad la mayor.
- Ya los he probado antes, Im Nayeon.- giró los ojos.- Tampoco son la gran cosa.- resopló por su nariz ante la recomendación de su niñera, como si este le hubiese faltado el respeto.
Ya los había probado antes con diferentes chicos, ya sabía cómo funcionaban y la reacción que ocasionaban en ella, además, los juguetes suelen usarse un par de minutos y ya, pensó, de seguro Nayeon también se aburriría luego de un tiempo y no resistiría no poder follarla con sus propios dedos.
- Solo podrás jugar con uno, Minatozaki.- habló la mayor con calma.- No seas una perra ambiciosa.
Al oír esas palabras, el cerebro de Sana volvió a recapacitar en la situación que se encontraba: estábamos hablando de Nayeon.
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The Brat Tamer [+18] [SaNayeon]
Cerita PendekSana es la hija del CEO de una gran compañía de entretenimiento, y sus escándalos han empezado a dañar la reputación de su padre. Su padre, decide contratar a una abogada que logre salvar su empresa, haciendo todo lo posible para domar a su malcriad...