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Mikey se quejó y volvió con ellos. Se echó a un ladito agarrado de Draken, pero duró poco ya que la persona tiró de él hacia el baño. Dijo que era privacidad. La otra persona se había tumbado en el otro lado del sillón antes de que ella también perdiera la consciencia. Dejaron a todos atrás para meterse en el baño disimuladamente.
???1: Ahora, sin interrupciones, te puedo contar por fin quien es.
Draken: No me parece justo que solo me entere yo. Tampoco puedo dejar a mis amigos solos. No sabes de lo que son capaces...
???1: ¡Vale ya! Si no te lo cuento ahora, no te lo contaré.
Draken miró mal a la persona que le sujetaba los hombros. Dudo un poco y asintió para que siguiese. Pero cuando la persona abrió la boca para hablar, Izana pegó una patada a la puerta.
Izana: ¡Draken!
Draken: ¿Y ahora qué?
Izana: ¡Ven, corre, corre!
???1: ¿Nunca me vais a dejar terminar o qué?
Draken corrió fuera sin muchas ganas. Allí no había nada inusual. Draken miró mal a Izana que le miraba con una gran sonrisa sonrisa la boca.
Izana: Te he engañado.
Draken: ¿Por qué...?
Izana: Quería saber de que hablabais...
¡Click!
Algo tintineante sonó de repente. Izana siguió sonriendo y Draken se dio la vuelta tras oír el pequeño click. Miró a todos lados sin ver nada. Luego, le devolvió la mirada a Izana que ya no sonreía, sino miraba con los ojos muy grandes a Draken.
Draken: ¿Qué te ocurre ahora?
Izana: Mira eso.
Señaló a Hakkai, aún en el suelo. Nadie le había levantado y allí seguía. Solo que ya no estaba tan quieto y callado como antes. Ahora gruñía con la boca cerrada y los ojos blancos. Izana se puso tras Draken. Él alertó a la otra persona de Hakkai y de si seguramente tendrían que usar la máquina de antes de nuevo. Empezó a buscarla por los alrededores. No estaba.
???1: ¡¿Dónde la habéis dejado?!
Draken: ¿A mi me vas a preguntar? ¡Estaba contigo!
Izana: Yo no he hecho nada. ¡Lo juro!
???1: Pues rápido. ¡Saca a tu amigo de esta casa antes de que se convierta en zombie!
Draken: Pero aún no hay pruebas de que lo sea, ¿no?
Todas las pruebas se confirmaron cuando se tiró contra Draken. Lo esquivó e Izana también. Hakkai gruñó por el fallo y empezó a sacar sus patas. Ahora encima las sacaba de la tripa. Una de ellas rasgó el sofá entero. Izana estaba temblando detrás de Draken cuando él corrió a por Mikey. El pobre Mikey estaba durmiendo sin enterarse de nada y con la misma fiebre de antes. Lo agarró de la camiseta y lo llevó cogido con su brazo. Izana le tiro un cojín a Hakkai, que no hizo efecto. Otra vez sonó el mismo sonido de <click>, pero no pasó nada de nuevo.
Izana: Estamos perdidos.
Draken: No te lo niego. Puede ser... ¡Tú! ¡¿Y tú maquinita anti.- zombies?!
???1: Ni idea.
Izana: Lo que decía, estamos muy perdidos.
Draken: ¡Vámonos de aquí! ¡Tú, salimos por la ventana! ¡Koko, sigue...! ¿Koko?
A la llamada de Draken, no respondió nadie. Koko no estaba allí, ni en ningún sitio. Terminó desinteresandose de Koko y siguió con Mikey acuestas y con Izana tiritando del miedo. Hakkai parecía estar esperando mientras discutían pero reunió fuerzas para lanzarse contra Draken y el resto. Izana bajó la cabeza mientras Draken se echaba a un lado para detener el impacto de las patas y todo el cuerpo de Hakkai. Mikey se despertó pero se llevó un golpe en la cabeza por el salto de Draken que hizo que se desmayase otra vez.
Draken: Detrás de mi, Izana. ¡Koko! ¡Hay que irse de una vez! ¡Baja ya!
Koko no respondió. La persona de antes ya había ido abriendo la ventana y se acercó a recoger a su compañero y a ayudar a Draken, cogiendo a Mikey e intentando huir. Sabían que Koko estaba por ahí aún y no lo podían dejar allí con Hakkai a solas. Hablando de Hakkai, usando sus alas voló hasta Draken y derribó el sofá entero. Izana y Draken rodaron por todo el salón hasta ponerse de pie con mareo y dolor de cabeza. Izana se colocó tras Draken. No tenían armas y menos podían escapar en esta situación.
Draken: ¡Ahora, corre hacia la ventana! ¡Yo salgo enseguida! ¡Huye!
Izana dudó pero asintió al final y corrió como pudo sin mirar a Draken. Pero de pronto, alguien se lanzó encima suya. Una sombra oscura con alas y colmillos le mordió en la parte superior del cuello, llegando a la cabeza. Izana se dio un golpe con el cual empezó a sangrar por la cabeza y después del ataque inesperado y la mordida, perdió el conocimiento del todo. Draken trató de ir a ayudarle pero Hakkai se lanzó con todas sus fuerzas encima y le puso los dientes en el cuello. Draken le pegó un puñetazo en la cara y le puso las manos en la boca para que no llegase a morderle. Hakkai, por más que lo intentaba, no era capaz de morder a Draken, por lo que abrió sus alas para distraer y metió una de sus patas, proveniente de su tripa, en la de Draken.
Draken sufrió y sangró, pero cogió sus únicas fuerzas para pegar una patada a Hakkai e intentar huir de allí. Por el camino, se encontró a la sombra que había mordido a Izana. No era otro que... Koko.
Draken: ¡¿Koko?! ¡Ahora eres un bicho sin cabeza! ¡Por fin solo quedamos Mikey y yo sin haber sido nunca zombies! ¡Pringao! Ah, calla, que tengo que ayudar a Izana.
Koko miró mal a Draken y no dudó en hacerlo fácil, sino que con la cola de detrás suya le dio en las piernas e hizo que se cayese al suelo. Se dio de cara contra el suelo, y oye, eso dolió. Se levantó secándose la sangre de la boca antes de recibir un segundo y un tercer ataque de la cola de Koko. Parecía una pelota botando y rebotando entre un lado de la cola y la misma cola ya que la movía más rápido que la gravedad del cuerpo de Draken hacia el suelo. Además, estaba sangrando por la boca y la sangre no llegaba a tocar el suelo. Por otra parte, Koko sonreía pareciendo un payaso. Con sus ojos entrecerrados de serpiente hacía que diese mucho miedo. Draken no se ponía de pie de tanto rebote de cola que, ni siquiera paró cuando Hakkai se lanzó de nuevo encima de Draken y de Koko. Koko se tropezó con Izana y se dio un golpe en la cabeza que dio una oportunidad a Draken de escapar. Esa oportunidad estaba obstruida por Hakkai que seguía intentando morderle en el cuello.
Draken: ¡¿Por qué siempre yo...?!
Hakkai: ¡Porque siempre eres tú! ¡Ahora, déjame morderte de una vez!
Con las manos en la mandíbula de Hakkai, Draken usó la misma técnica de antes y echó a un lado al zombie. Pero como ya se la sabía, cuando lo vio corriendo a coger a Izana, le dio con su cola y lo tiró contra una pared, la cual se rompió. Draken escupió sangre, aparte de estar sangrando por otros lados, mejor dicho, por todos lados. Hakkai voló hasta allí y se puso delante, quitándole luz.
Hakkai: Jaque mate. Te lo voy a poner fácil así que acepta a ser zombie y no te haré más daño. No, no mires atrás, no hay salida para que puedas huir. Ni ventanas, ni puertas, ni nada de nada... Tú decides.
Mientras hablaba, Draken miraba a todas partes buscando esa salida de la que hablaba Hakkai. Tenía razón y no había ni una simple huida. Se echó hacia atrás y se cayó por la pequeña pirámide de piedras que había hecho el derrumbamiento de la pared. A uno de los lados, pudo ver una apertura en la pared. Libertad. Libertad interrumpida por el zombie. Hakkai se puso delante esperando aún su respuesta.
Draken: ¡Nunca! ¡Aléjate!
Hakkai: Vaya. Y yo pensé que eras listo. Pues nada. No te resistas.
Hakkai abrió más las alas y se tiró contra Draken. Antes de que pudiese llegar a su cuerpo, la persona de antes le dio con el maletín en la cara. Al ser metal, le dolió. La persona abrazo con un brazo a Draken y con el otro enseñó el maletín.
???1: ¡Vete fuera si no quieres que te vuelva a dar con el maletín en la cara!
Hakkai: ¡Tsk! ¡No me voy a dar por vencido!
Hakkai trató de volver a morder a alguno de los dos pero solo recibió varios golpes en la cara y la cabeza por el maletín. Se terminó rindiendo y echándose para atrás. La persona le miró mal aún con el maletín en la mano agitandolo.
???1: ¡Y no vuelvas! ¡Ja!
Draken: Gracias.
???1: Menos mal que he llegado a tiempo. ¿Salimos fuera y...?
Draken: ¡Ay! ¡Izana!
Se levantó aún sangrando para correr hacia donde estaba Izana. Al pobre Izana que estaba completamente tirado en el suelo sangrando por el mordisco y por la herida en la cabeza, nadie le había socorrido. Koko estaba moviéndose por detrás suya de un lado a otro sin rumbo. Draken y la persona miraron a Izana, se miraron y miraron de nuevo hacia Koko. Se sentaron en silencio a pensar.
Draken: Yo corro y cojo a Izana.
???1: Yo corro y hago una distracción al otro chico. ¿Sí? Pues vamos.
Los dos hicieron su parte del plan. Koko miró mal a la persona y la empezó a perseguir. Draken cogió a Izana bajo el codo y salió fuera. Pero antes, Koko le pasó una pata de araña por debajo de las piernas. Se dio con ellas y se cayó por la ventana junto a Izana contra el suelo. Por suerte, era el primer piso, que sino no lo cuentan.
Draken: ¡Izana! ¡Despierta, vamos! ¡Despierta!
Mikey: ¿Qué pasa, Ken-Chin? ¿Se ha muerto?
Draken: Puede ser.
Mikey: ¡¿Enserio?! ¡Yo quiero ver eso!
Draken siguió moviendo a Izana de lado a lado. Nada, no abría ninguno de los ojos. Mikey se alegraba cada vez más al ver que nada ocurría. De pronto, la persona salió de la casa y cerró tan fuerte que el cristal se rompió más de lo que ya estaba. Fue a mirar lo que estaban haciendo.
???1: ¿No despierta? Bueno, que lástima. Siempre tienes a este chico de aquí.
Draken: ¿A Mikey? Ay, dios.
Mikey: No te preocupes, Ken-Chin. Si quieres yo le hago el agujero de la tumba.
Draken se apartó de los dos ya que tenían muy malas ideas. La otra persona estaba a otro lado, también tirado en el suelo. Agarró a Izana de la cabeza, en concreto de los mofletes, y apretando le tiró de ellos. Izana reaccionó tosiendo. Draken se giró hacia atrás y gritó a Mikey que estaba vivo. Mikey, que no se lo creía, fue a comprobar.
Mikey: Yo creo que esto es lo que pasa antes de la muerte. Si quieres asegurarlo, tapale la boca y la nariz y así no le llegará el aire.
Draken: Ni se te ocurra.
Mientras Mikey daba sus ideas, Izana abrió los ojos con dificultad porque Draken le estaba sujetando los mofletes. Una vez abiertos, lo primero que hizo fue... Tratar de morder el brazo de Draken haciendo un gran esfuerzo. Draken se dio cuenta cuando le vio los ojos blancos. Mikey le dio una patada en la tripa y cayó al suelo tocandose la frente por la fiebre. Izana se dio con la cabeza en el suelo después de dar unas cuantas volteretas.
Draken: ¡Ah! ¡Gracias, Mikey!
Mikey: ¡Fuera de aquí, maldito bicho! ¡Ni se te ocurra pegar a mi Ken-Chin! ¡Además, suerte que no he criticado tu fealdad...!
Draken: Vamos, Mikey. Ahora no es hora de criticarlo.
Mikey: Podría hacerlo aunque no le estuviese mirando. De zombie es más guapo que en persona y mira que sí los zombies son feos...
???1: ¡Ahora no, chicos! ¡Mirad!
Señaló a todos sus amigos. Zombies con sonrisas siniestras y grandes, ojos rosas, alas, colmillos y cuernos fuera para asustar. Izana se unió a ellos tras levantarse y tocarse el cuello por las volteretas. Hakkai y Koko escaparon de la casa para reunirse con ellos también. Mikey se puso detrás de Draken antes de que él lo cogiese de la mano y le obligase a correr. Ya tendrían oportunidad de esconderse y llorar por el miedo, pero ahora no.
???1: ¡Oh, demonios! ¡Él también es un zombie!
Señaló a su compañero, el mismo al que le habían sacado el veneno. Se había transformado y era como el resto de zombies, no como sus amigos. Extrañamente era un zombie normal y corriente de ojos blancos, palidez y uñas. La persona cogió de la mano a Draken, que ya llevaba cogido a Mikey, y los tres huyeron corriendo hacia el pueblo, perseguidos por millones de patas de arañas de sus amigos. Corrieron por muchas calles y por muchos callejones para perderlos de vista a ellos y al resto de zombies. A veces, subían más la presión y debían correr más rápido. Se dieron un muy buen rodeo para escapar. Cuando los perdieron de vista, la persona se metió en un callejón. El cielo tenía pinta de lluvia y el frío les congelaba enteros a los tres. Draken se giró preocupado hacia Mikey.
Draken: ¿Estás bien, Mikey? ¿Quieres descansar?
Mikey no respondió. Se tocaba la cabeza y la tripa con una cara de sufrimiento absoluta. Se había puesto pálido, con un poco de verde, como si se hubiese mareado de todo lo que habían corrido. Se sentó en el suelo detrás de unas cajas. Draken le miró unos segundos preocuopado, se giró hacia la persona y la miró extrañado.
Draken: ¿Por qué no te quitas la máscara?
???1: No quiero quitármela. ¿Os he ayudado a escapar y ahora me vas a pedir que me quite mi máscara?
Draken: Sí.
???1: ¡Pues no! ¡Te aguantas y no ves mi preciosa cara!
Draken: Pues vale.
La persona se giró como si se hubiese enfadado. Miró de un lado a otro con cuidado y comprobó que por allí no andaba ningún zombie. Hizo una señal a Draken para acercarse.
???1: Nos vamos.
Draken: ¿Nos vamos? Mikey no puede levantarse. No nos vamos a ir aún.
???1: Pues yo me voy. ¡Me dais igual! ¡Adiós!
Draken: Pues adiós.
La persona se quejó de las maneras de Draken, se giró y se fue. Mientras la veía alejarse, Draken se dio la vuelta a ver a Mikey. Le tendió la mano para que se levantase. Tal vez, necesitasen la ayuda de la persona. Mikey puso mala cara pero puso su mano en la de Draken. Intentó no correr para no forzar al pobre Mikey.
Mikey: ¿A dónde vamos...?
Draken: Volvemos a casa. Me parece que nos hemos dejado algo.

Unos metros adelante, vio a la persona de antes. Estaba cabizbaja con los hombros bajos también. Draken aceleró un poquito el paso para llegar hasta donde estaba ella. Le tocó el hombro sin respuesta. Y cuando se puso delante suya, vio el horror de su cara. Tenía un mordisco en la mejilla derecha. No había logrado quitarse el veneno. Era un zombie, pero uno normal. No hizo fuerza por morderle, incluso Draken la empujó y se cayó con casi nada de fuerza. Volvió con Mikey.
Draken: Creo que no podemos contar con ella. Vamos directamente a casa y allí ya vemos que hacemos, ¿vale?
Mikey asintió sin fuerzas. Lo levantó de la mano tambaleándose y se volvió a poner la mano en la cabeza. Le dio la mano y siguieron andando.
Mikey: ¿Falta mucho...?
Draken: Tú te sabes el pueblo mejor que yo, así que...
Mikey: Para, Ken-Chin. Quiero tumbarme.
Draken: ¿En el suelo...?
Mikey: Sí... En el suelo.
Draken soltó a Mikey que, como había dicho, se tumbó en el suelo como si hubiese estado corriendo durante horas. Draken se sentó en el suelo a esperar. Mikey no tenía ninguna intención de moverse y encima la cabeza le ardía tanto que sudaba.
Draken: Bueno, vámonos a casa.
Mikey: No me muevo de aquí.
Draken: ¡Jo, Mikey! ¿Qué quieres? ¿Qué te lleve hasta allí?
Mikey miró con los ojos entrecerrados a Draken y levantó sus brazos con la intención de que lo cogiese a cuestas. Aceptó, iba a ser la única manera de todos modos. Lo subió encima suya con dificultad y siguió su camino. Mikey, como un niño pequeño, bajó su cabeza y se durmió por la fiebre. Draken le acarició la cabeza y continuó hacia su casa.
Draken: Vaya, no ha cambiado nada. Eso es raro. Pensé que estaría algo más recogido.
Draken había vuelto a por las fórmulas de Chifuyu, pero todo estaba tirado, como lo habían dejado y decidió recoger un poco. La chica ni se había acercado a recoger el sofá que estaba a un lado completamente tirado en el suelo con las marcas de las patas de Hakkai, la pared que había destrozado Draken y aún estaba la parte de la mesa que Koko no había llegado a recoger. Dejó a Mikey a un lado de la pared, ya que el sillón estaba todo tirado y roto, y él mismo se tuvo que poner a recoger un poco.
Draken: ¿Puedo tener algo de ayuda? ¿Chica? ¿Casa? ¡¿Me puedes ayudar?! ¡Oye! ¿Te has muerto?
No obtuvo ni una simple respuesta. Ni un "sí", ni un "no", ni siquiera un "te fastidias y lo haces tú". Draken miró a distintas partes de la casa y siguió con su recogida de casa al completo.
Draken: Que suerte tienes, Mikey. Tú ahí tan dormidito y yo teniendo que recoger todo el salón...
Mikey respondió primero con un ronquido y luego con una pequeña tos. Draken quitó la mesa por fin. Tras barrer por encima, intentó mover el sofá como pudo. Nada. Pesaba demasiado para solo él. Se terminó sentando, cansado de hacer cosas él solo y encima estando herido aún en varias partes del cuerpo por el ataque de Hakkai. Se había olvidado de la herida de su tripa y ahora sangraba. Aprovechó y subió para curarse. Mientras se ponía tiritas, una voz le sorprendió.
???: ¿Ya estás de vuelta, Draken?
Draken: ¿Ya estás de vuelta tú, chica?
???: Llamame casa.
Draken negó y siguió con sus heridas. Luego, bajó abajo con la chica protestando en voz baja. Y más protestó el doble cuando Draken le volvió a hablar.
Draken: Coloca bien el sofá, anda.
???: ¡Colócalo tú! ¡Yo no soy la responsable de la casa!
Draken: ¿Pero tú no eres la casa? Bueno, da igual. Yo no puedo moverlo, muévelo tú.
La casa miró mal a Draken y movió el sofá hasta su sitio de antes. La mirada de Draken era de triunfo total cuando se tumbó en él.
Draken: Menos mal que lo has movido. No era capaz de moverlo y bueno, la pared ni te cuento.
???: Bueno, sí.
Draken: Como no respondías, pensé que te habías muerto. ¿Las casas mágicas mueren? Te convertirías en una casa normal y corriente.
???: Normal y corriente... Sí... Oye, Draken. ¿Has escuchado algo raro? Como si se rompiese un cristal...
Draken: ¡¿Qué has hecho?!
???: ¿Yo?
Draken la miró desafiante antes de oír un cristal roto como si se partiese una ventana en el piso de arriba. Sin pensarlo dos veces, subió corriendo. Fue mirando habitación por habitación hasta encontrar en la que compartían Koko e Inui a una sombra oscura entrando por la ventana. Unos ojos naranjas tirando a amarillos brillaron en la oscuridad. El pelo largo le llegaba a las caderas y su sonrisa deslumbraba los ojos de Draken. Tardó un poco en saber quien era pero cuando lo logró, fue al segundo en el que se tiró encima suya.
Draken: ¡Yuzuha!

 Draken: ¡Yuzuha!

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Pueblo encantado (Tr)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora