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Yuzuha, al ser más bajita y débil que Draken, fue fácil echarla de encima suya. Como pudo, salió corriendo de la habitación y cerró la puerta con todas sus fuerzas. Buscó algo para atrancarla pero no dio tiempo y no había nada. Yuzuha rompió la puerta y usó su nueva cola para tirar a Draken contra una pared. Se agrietó.
Draken: ¡¿Otra vez la cola...?!
Yuzuha respondió con un grito antes de lanzarse con sus largas uñas hacia Draken. Lo esquivó rodando por el suelo pero ella atacó con las patas. Se clavaron dos en las mangas de las manos y no tuvo más opción que arrancarlas. Miró a Yuzuha, sonriente y con unos ojos que brillaban más que cualquier luz. Esos ojos marrones se volvieron rápidamente rosas mirando a Draken, que cayó en su hechizo. No podía dejar que se metiera en su cabeza, no ahora. Movió su cabeza de lado a lado y, sin pensar dos veces en las consecuencias, pegó a Yuzuha una patada en la cabeza. Yuzuha cayó al suelo al segundo inconsciente y malherida.
Draken: Lo siento mucho, Yuzuha.
Un grito llamó a Draken a la realidad desde abajo. Se acordó de Mikey, el cual había dejado solo durmiendo en una esquina. No había nadie más en la casa aparte de él... A menos que alguien se hubiese colado mientras peleaba. Draken bajó corriendo las escaleras antes de que una pata proveniente desde arriba le hizo tropezar y caer por ellas, haciendo la croqueta. Miró arriba para ver a Mitsuya.
Mikey: ¡Ken-Chin! ¿Te has hecho daño?
Draken: ¿Mikey...?
Mikey: ¡Pues claro que soy yo! ¡Sube arriba, yo te protegeré!
Draken se dio cuenta de todos los zombies que había en el salón. Todos eran sus amigos. Desde Takemichi hasta Inui. Todos allí habían atacado a Mikey, pero por suerte no le habían mordido. De los pequeños empujones de Mikey, decidió subir y enfrentarse al zombie que ya le esperaba, tan sonriente...
Mitsuya: ¡Prepárate, Draken! ¡Acabaré con tu suerte!
Draken: Vamos allá.
Dejando a Mikey con sus manos puestas en la cabeza, Draken subió corriendo antes de meter un puñetazo a Mitsuya. Él le devolvió el golpe dando su cabeza contra la suya. Le sangró la nariz a los dos. Draken dio una vuelta para meterle una patada en las piernas a Mitsuya. Se cayó al suelo, tiempo suficiente para ponerse en el otro lado del cuarto. Lo que no vio venir, fue la cola de nuevo que lo lanzó hasta el fondo del pasillo. A punto de perder la consciencia, Draken vio como unas patas oscuras se abalanzaban sobre él. Y de pronto... Escuchó una pelea.
Yuzuha: ¡Déjamelo a mi! ¡Yo lo vi antes!
Mitsuya: ¡Tú ya te habías desmayado, me toca a mi un poco!
Yuzuha: ¡Ya has tenido tu momento de gloria! ¡Me vuelve a tocar a mí...! ¡Eh!
Mitsuya: ¡Muy lenta...! ¿A dónde ha ido?
Draken no estaba en su sitio. Había aprovechado la pelea entre los dos zombies para huir al piso de arriba. La paz no duró demasiado.
???: ¿Otra vez por aquí?
Draken: Déjame... Por favor... Estoy sangrando por todas partes...
???: Ah, pobrecito. Ahora, adiós.
Draken: ¡¿Qué?!
Abrió de nuevo el suelo y Draken cayó al suelo de abajo con todas sus fuerzas. Intentó no quedarse inconsciente, si lo hacía Mikey no podría salvarse. Hablando de Mikey, necesitaba bajar a ayudarlo. Tras coger unas bocanadas de aire y recuperar algunas fuerzas, se levantó con muchas dificultades. Apenas se quedaba de pie. Por suerte, ni Yuzuha ni Mitsuya andaban cerca. Habrían subido arriba o abajo, probablemente. Agarrándose de la barandilla todo lo que pudo, bajó sin ninguna fuerza. El cansancio duró poco ya que la escena que había visto era para asustarse, y mucho. Mikey había caído rendido en el suelo en ese momento. Respiraba rápido intentando llegar al fondo de sus pulmones. Se había puesto rojo y tosía, dando a entender lo malo que estaba. Draken aún tenía una oportunidad de salvarlo, y tendría que correr...
Draken: Espero que esto salga bien... Aunque no lo va a hacer...
Cogió aire en sus pulmones y corrió hacia allí lo más rápido que sus piernas le dejaban. Takemichi y Angry le cortaron el paso, pero nada que no se solucionase con una apertura de piernas para dar a cada uno con una en la cara. El siguiente ataque, fue un puñetazo para Izana que, al estar cansado por lo de antes, un simple puñetazo en la nariz fue de sobra para tirarle. Baji atacó por detrás y Hina por delante suya. Dos de sus patas se clavaron fuerte en su pecho, pero nada que otros puñetazos no arreglasen. Haciendo la croqueta, echó de su campo de visión a Inui, a Emma y a Kazutora, y cogió por fin a Mikey en sus brazos. Sudando y rojo entero llegó a susurrarle algo a Draken, lo cual no pudo escuchar por los ruidos que hacían las patas de Hakkai.
Draken: Ahora no, Mikey.
Mikey asintió y se desmayó. De nuevo debía correr con él encima. Vio por la ventana como atardecía, pronto sería de noche. Con esa noche ya acabaría la semana, por fin. A un lado de la casa vio los mejunjes de Chifuyu todos tirados y derramados por el suelo. Era demasiada casualidad que estuviese a su lado, pero lo lanzó contra ellos. Un destello hizo que todos cerrasen los ojos y Draken lo usó para escapar. Subió corriendo y se encerró en el cuarto de Mikey. Lo miró rápidamente por encima.
Draken: Mikey, no es hora de dormir ahora... ¡Venga, por favor! ¡Necesito tu ayuda! Mikey...
No tuvo respuesta. Mikey seguía tan dormido como antes. Posó su cabeza en su pecho y esperó. ¿Qué podía hacer? La chica estaba en contra suya, todos sus amigos eran zombies y estaban abajo, no podía escapar y Mikey no respondía... ¡¿Qué se podía hacer?! Mientras pensaba en todo eso, una pata atravesó la puerta. Saltó del susto y corrió lo más rápido que pudo, dejando a Mikey en la cama de abajo. Buscó algo para hacer presión contra la puerta, pero no había nada y no dio tiempo. La puerta cesó rompiéndose en millones de pedazos que atacaron a Draken. Detrás de ella, estaban todos los zombies, esperando a Draken para morderle.
???: Este será tu final, ¿no crees?
Draken: Pues te equivocas. Yo conozco a todos mis amigos y todas sus formas de zombie. ¡Sé como actuar contra ellos!
Draken no pensó en lo que acababa de decir la chica, sino que mediante iban atacandole lo paraba de formas distintas. A Angry le frenaba cuando le gritaba que parase. A Hina la pudo pasar fácil por su altura. Hakkai... Lo mismo solo que a él por debajo. Con Emma tuvo dificultades pero conociéndola, pudo librarse después de todo. A Inui le revolvió el pelo y le dejó sin campo de visión porque se lo tapaba. Draken sonrió hacia algún lado.
Draken: ¿Mi final? Yo lo veo como mi inicio. Cogí estos tubos con mejunjes dentro de Chifuyu en cuanto escapé del salón. Lo puedo dividir y así, terminar con esto de una vez...
Mientras hablaba, fue metiendo la primera aguja al propio Chifuyu. Sin mirar si había funcionado o no, fue metiendo todas las agujas dentro de los que podía. Cuando llevaba tres o cuatro, se giró a ver como funcionaba, triunfante. Pero algo cambió su sonrisa. Los zombies... Seguían siendo zombies y esta vez tenían un aspecto aún más aterrados. Los ojos blancos y la sangre que les caía por toda la boca daba un toque de mucho miedo al que le mirase la cara, incluso a Draken.
Draken: ¡¿No funciona?! ¡¿Por qué no funciona?!
Koko: ¿Quién sabe...?
Koko detrás suya le dio un gran susto a Draken antes de tratar de incarle los colmillos en el cuello. Por suerte, se agachó. Es cierto, Koko era la primera vez que era zombie y no se sabía sus ataques sorpresas. Si el primero casi lo mataba del susto... Bien vamos. Al agacharse, Koko le puso sus patas por debajo de las piernas e hizo que se cayese de golpe al suelo. Cansado y herido de tanta pelea, decidió rendirse. Puede que ser un zombie no estuviese mal... ¿No? ¡No! Mikey aún lo necesitaba. Allí seguía, dormido como si nada estuviese pasando. Una fuerza salida de la nada hizo que Draken se levantase. Con todas y sus pocas sus fuerzas, tiró a Koko al suelo de un empujón. Se abrió camino dando patadas por el aire y el suelo hasta llegar a Mikey. Jadeando, sonrió a Mikey.
Draken: Yo te protegeré... Si nadie ha podido, lo tendré que hacer yo, que remedio.
Duró poco la calma. Mitsuya y Hakkai atacaron por un lado, los gemelos Kawata por el otro, de frente Hina y Emma y si no fuese poco, Inui y Koko por arriba. Izana y Takemichi uno por cada lado. Rodeado era poco de lo que estaba. Pero debía aguantar hasta que Mikey estuviese bien para contar con su ayuda. De pronto, notó una mano fría en su hombro. Sonrió ya que Mikey se había despertado y por fin no estaría solo. Cuando se fue a girar, algo afilado le mordió en el hombro. Miró aterrado detrás. Mikey sonreía con los mofletes grandes.
Mikey: Lo siento... Ken-Chin... ¡Pero yo también soy un zombie!
Draken: No... Mikey... ¿Por qué tú...?
Mikey: No sé. Me mordieron hace mil años ahí abajo y solo tuve que hacerme la doncella en peligro para poder pensar en el mejor plan para morderte. Cogedlo, chicos.
Todos los zombies le cogieron de brazos y piernas al pobre Draken mientras intentaba detener el veneno del hombro. Sin manos para hacerlo, empezó a perder todas sus fuerzas. No se resistió. Le pusieron frente al espejo roto de arriba, el de su cuarto. Estaba reflejando a todos los zombies hasta que vio una sombra aparecer. Draken la miró sin sorpresas.
???: ¿No era tú inicio?
Draken: ¡Tú...! ¡¿Qué quieres de mi?! ¡¿Por qué no me ayudas?!
???: Verás, Draken. Puede que no me creas ni un poquito. Pero desde el principio, bien principio... Yo era la que hizo que os convirtierais en zombies... ¡Ji, ji!
Draken: No lo entiendo...
???: Ah... La capacidad de los humanos de entender las cosas... ¿Te acuerdas que dijiste que si me moría sería una casa normal y corriente? Es la verdad, yo sería una casa normal y corriente a menos que no chupase la energía de los humanos. Lo que ocurre es que antes, los humanos que visitaban la casa no se transformaban en zombies del todo, sino que demasiado. Ellos no volvian a ser humano normales. Por eso, inventé otro sistema en el cual se les chupaba esa energía, solo serían humanos por el día o cuando hiciese sol. Sin esa energía, sería siempre una casa normal... Por eso mandé a esos dos chavales crear un sistema de vigilancia con cámaras en las afueras del bosque.
Draken: ¡¿Qué?! ¿No serás...?
???: ¡Sí! ¡Siempre lo fui! ¡Yo soy la que os vigila! Sabía que no podríais estar en esta casa las veinticuatro horas de la semana, por eso cada uno lleváis un chip. Sé que fuisteis al hospital y a la montaña. Y menudo lío hicisteis en las dos. Siempre os estoy siguiendo...
Draken: ¿Por qué...? ¿Cómo nos conviertes...?
???: Esa es mi parte favorita. Ese botón rojo tan brillante del bosque, ese botón el cual casi pulsan tus amigos inútiles, esa es la manera por la cual os convertís. Es un pinchazo que deja pasar por medio milisegundo todo el veneno que lleva el cuerpo de un zombie, el cual también lo creo yo. El pueblo entero lo controlo yo. Por eso nadie lo conoce. Llamo a personas a que vengan aquí e intenten sobrevivir por una semana entera. Así consigo mi poder, mi vida...Tenía pensado contarte todo esto ya que confiaba en tí, pero decidí quedarme también con tu poder. Por eso la chica pelirosa quiso atraparte antes de convertirte para hablar contigo. Además, esos idiotas científicos que vienen siempre a investigarme siempre terminan perdiendo en mi juego. ¡Mi juego de convertir a todos en zombie y quedarme con su poder! Lo único que me ha sorprendido es que sois los primeros en haber encontrado una fórmula... Tendré que analizarla y volver inmune a mis zombies... Bueno... ¿Alguna pregunta más...?
Draken: No puedo creerlo... Una casa loca ha convertido a todos mis amigos en zombie y yo también estoy cerca de ser uno... O puede que no...
Miró triunfante al sol. El sol, el tan ansiado sol salía ahora de su escondite entre las nubes y la lluvia. Sería suficiente para desconectarse y que le ayudasen a quitarse el veneno. La chica pareció darse cuenta mientras dejaba de sonreír. Estaba apunto de cantar victoria cuando empezó a salir el sol... Era la victoria de Draken, por fin se acabaría todo de una vez por todas. Pero... ¿De quién sería la victoria realmente?

 ¿De quién sería la victoria realmente?

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Pueblo encantado (Tr)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora