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Hina le dio la mano y Takemichi la ayudó a bajar. El viento fue tan fuerte que casi la tiraba de la ventana. Koko bajó siguiente.
Draken: ¡Más rápido, chicos! Yuzuha, Hakkai. Vamos.
Hakkai bajó sin dificultades y Yuzuha fue ayudada por él. Mitsuya sacó una de sus piernas fuera de la ventana.
Mitsuya: Estoy casi seguro que esto no es seguro.
Draken: Pues no te lo niego, no es seguro.
Smiley: ¡Baja ya, hombre! Pesado con la seguridad...
Mitsuya le miró mal. Dio la mano a Draken y bajó, casi cayéndose por el aire que hacía. Inui bajó de un salto. Angry temblando de la mano de Draken hasta abajo que le ayudaron.
Draken: Chifuyu, ¿listo?
Chifuyu: La verdad, no.
Draken: Me alegro, vamos abajo. ¡Vosotros de abajo, cuidado con Chifuyu, eh!
Mitsuya: ¡No te preocupes!
Draken cogió a Chifuyu de la mano y bajó por la pared sin poner su pie malo. Pero en ese momento, una pata de araña salió por la ventana y pegó a Chifuyu hacia un lado. Como no tuvo tiempo de agarrarse y la pata fue tan rápido, cayó al suelo fuertemente.
Mitsuya: ¡Ay, madre! ¡Chifuyu! ¡¿Estás bien?!
Chifuyu: Si te digo la verdad... No...
Chifuyu se desmayó por el golpe en la cabeza. Encima, de la pierna mala le salió sangre, sangre azul. Mitsuya se sentó en el suelo con Hina para comprobar si estaba bien. Draken miró para atrás muy asustado.
Baji: ¡Huye Draken!
Smiley: ¡Ah, maldito Kazutora...! ¡Cuando te mate, te voy a rematar!
Baji: Eso no tiene sentido, Smiley.
Smiley: ¡Pero sí gracia! Draken, sal de aquí, nos quedamos nosotros.
Draken se quedó un momento callado y decidió bajar también. Baji le sonrió una última vez antes de cerrar la ventana. Prometieron estar bien... Draken iba sangrando por los brazos. Mitsuya y Koko habían cogido a Chifuyu y todos juntos corrían.
Takemichi: ¿A dónde nos vamos?
Inui: ¡Yo qué sé! ¡Da alguna idea!
Emma: ¡Inui! ¡Takemichi!
Todos se giraron a los gritos de Emma. Ella estaba... ¿En la casa del vecino? Draken se desesperó y anduvo hasta allí para coger aire antes de decirle...
Draken: Emma. Cuando te dije que buscaras a un médico, no me refería a un vecino. ¡Médico!
Emma: ¡Ah! ¿No habías dicho vecino?
Takemichi: Yo pensé que habías dicho vecino.
Koko: Ah, pues yo también.
Inui: Espera, ¿no habías dicho vecino?
Draken: ¡Bueno vale ya, pues dije vecino!
Emma: Por suerte, ¡el vecino es un médico retirado! Ha acogido a Mikey y le está mirando las heridas del pecho. Se pondrá bien... ¡Menos mal!
Izana: Demonios... Bueno, la verdad quería yo destruirle así que, menos mal que ha sobrevivido.
Mitsuya: ¿Puede acoger también a Chifuyu? Se ha dado un golpe y no despierta...
Emma: Supongo. Entrad.
El vecino médico les saludó con alegría. Cogió a Chifuyu para dejarlo en una camilla y revisarle. A Draken le vendó los brazos y les dejó en el salón a solas. Todos se quedaron muy callados pensando.
Emma: Y... Bueno... ¿Qué tal ha ido...?
Koko: Baji y Smiley se han quedado luchando contra Kazutora.
Takemichi: ¡Sabía que algun día se terminaría por volver loco y atacarnos! Pero nunca pensé que tan pronto...
Draken: No te puedes esperar nunca nada de Kazutora... Me pregunto como estarán Baji y Smiley sin nosotros. ¿Tendrán problemas?
Koko: ¡No pienses eso, Draken! ¡Sabes qué los dos son zombies! Se convirtieron ayer ¿Qué más malo les puede pasar?
Draken: Que Kazutora les meta las patas por la cabeza, que se desangren por algún corte, que se caigan desde la altura que tiene la casa.
Mitsuya: Chifuyu ha sobrevivido a eso.
Hina: Perdona, ¿ayer? ¿Has dicho ayer?
Draken y Koko se miraron sin saber que decir. Izana también les miró, pero como se estaba peinando el pelo con sus dedos, no hacía caso a la conversación. Tenían la atención de todos ya que les estaban mirando muy intrigados.
Koko: ¿Queréis saberlo? Dadme dinero y lo hablamos.
Takemichi: Toma.
Koko: Esto es falso lo sabes, ¿no?
Takemichi: ¡¿Falso?! Y yo que pensé que me lo habían dado porque les caía bien...
Yuzuha: Comienza a hablar ahora mismo Koko, sino quieres que te dé una patada en ese careto que tienes.
Koko: Bueno, vale. Para empezar...
Justo en el momento que Koko decidió contárselo, entró en la sala el vecino junto a su esposa. La vecina les trajo galletas y se las dejó en la mesa. El hombre se aclaró la garganta para hablar.
Señor: Perdonad chicos. Vuestro amigo quiere veros.
Señora: Yo os he hecho unas galletas.
Hina: Muchas gracias, vecina. Aunque la verdad, no tengo mucha hambre.
Draken: Ni yo. La boca me sabe a sangre, la verdad.
Izana: ¿Nadie quiere? Me las quedo yo.
Draken se levantó y fue hasta donde estaba Chifuyu. Se había despertado después de la caída y el golpe que se había dado. Se sentó en la cama.
Draken: ¿Cómo andas, Chifuyu?
Chifuyu: Andar, andar lo que se dice... Mal. No puedo andar. ¡Me he torcido completamente la pierna!
Draken: ¡No me refería a eso! Me refería que a como estabas, pero ya da igual. ¿La pierna la tienes mal?
Chifuyu: Parece un churro de piscina.
Draken: Me alegro. ¿Que tienes en el brazo?
Chifuyu: Ah, ¿esto? ¡Anestesia! Lo sé por mis mangas.
Draken: Eh.. Sí... Y según tus mangas, ¿qué va a ocurrir ahora?
Chifuyu: Hm... Tiene pinta de que algo va a ocurrir. En unos segundos...
Draken se levantó alterado por lo que acababa de decir Chifuyu. Pero no ocurrió nada. De pronto, alguien llamó a la puerta. Draken se echó para atrás y desconectó lo que tenía Chifuyu en el brazo. Instantáneamente, Chifuyu cerró los ojos.
Hina: ¡Draken! Uy, perdón. No sabía que Chifuyu estaba dormido.
Draken: Ya... Yo tampoco. A propósito, ¿sabes meter este tubo en su brazo...?
Tras contarle lo que le había ocurrido, Hina se quedó allí con él. Abrió las ventanas y dejó pasar un poquito de iluminación.
Hina: Hm, está nublado.
Draken: ¿Nublado dices? Eso significa...
Hina: ¡Ah!
Draken volvió a tener razón una vez más. Hina se tiró al suelo antes que dos cuernos le crecieran de la nada en su frente y el pelo le creciese tanto hasta casi la cadera. No dejó ni tiempo antes de que unas cuantas patas saliesen disparadas hacia Draken y Chifuyu. Draken las esquivó y tapó a Chifuyu con su manta todo los posible para que Hina no viese que estaba ahí.
Hina: Draken... ¿Dónde estás...? Tengo que hablar contigo... ¡Sobre algo!
Hina miró justo debajo de la cama donde estaba Draken con los ojos rosas. Haciendo uso de lo que le había dicho Inui, cerró los ojos y se dio la vuelta al otro lado. Había un cuarto en el que entró y echó el pestillo. Hina golpeó un par de veces la puerta.
Hina: Sé que estás ahí... Sal ahora. Contaré diez para que salgas... Uno... Dos...
Mientras contaba, Draken se dio cuenta que la habitación era en la que estaba Mikey. Le había puesto muchas vendas recorriendo su pecho y con una pequeña maquinita, contaba el pulso. Draken desenganchó todos los tubos y cogió a Mikey a caballito.
Hina: Seis... Siete... Ocho...
Draken agarró una cinta adhesiva y se ató lo mejor que pudo a Mikey a caballito. Mikey ni respondía a nada.
Hina: Nueve... ¡Diez!
Hina pegó una patada a la puerta y la rompió. Entró moviendo su cadera para encontrarse con... Nada. Nada ni nadie estaba allí en el cuarto donde estaba la cama desecha con muchos tubos tirados en el suelo. Hina se quedó pensando. Draken salió de detrás de la puerta y corrió mientras pudo. Al final, el escondite más sencillo fue el que les salvó. Volvió al cuarto donde estaban antes y ahí se escondió tras otra puerta.
Takemichi: ¿Se puede saber qué haces, Draken?
Draken: Sh... No digáis nada.
Yuzuha: Espero que sepas que se te ve ahí detrás.
Draken: Es que... Hina es una zombie.
Todos contenieron su respiración. Pero fue justo después de que ellos también se transformaran.
Koko: Oh, ya empezamos. ¡Qué pereza!
Izana: ¡Ay, ay! ¡Qué me ha cogido de la camiseta!
Koko: Que inútil... Vamos.
Koko le desenganchó la camiseta y abrieron la puerta para correr fuera. Inui y Yuzuha también eran zombies... En cambio, Hakkai...
Hakkai: ¿Yo no? ¿Yo por qué no?
Draken: ¡Ah! ¿No te había salido sangre de la cabeza antes?
Hakkai: Sí, azul.
Izana: ¡Ya sé qué dice! La sangre te ha quitado el veneno y ahora eres humano de nuevo. ¡Toma ya!
Koko: Entonces Chifuyu... ¡Antes le salió sangre azul de su pierna!
Hakkai entendió al momento y le dio una patada a la puerta de antes. Hina justamente estaba detrás y le dio a ella. La dejó medio segundo aturdida en el que Hakkai entró y cogió a Chifuyu.
Draken: ¿No hay un lo siento a Hina?
Hakkai: No...
Abrieron la puerta y salieron fuera.
Koko: ¿A dónde vamos?
Draken: A casa no podemos ir, hay zombies por todo el pueblo...
Izana: No sé si es porque yo veo mal por el pelo en los ojos pero yo veo que los zombies del pueblo son... ¿Normales?
Sí, eran zombies "normales". Los típicos pálidos con colmillos y ojos blancos que caminaban lento y cojeando. Izana y Koko les echaron a todos a un lado pegando puñetazos y dejaron libre un pasadizo para que pasasen Hakkai y Draken. Koko rompió la puerta de una casa y, tras comorobar que no había nadie, dejó entrar a todos y cerró, aún con la puerta rota. Después de la carrera, se sentaron en el sillón de la casa que acababan de romper la puerta y no era la suya.
Draken: Pues nada. ¿Estáis bien?
Izana: ¡Estos bichos sin cabeza no son nada contra mi! ¡Soy súper fuerte...!
Koko: ¡Oh, cuidado! La ventana está abierta.
Izana: ¡Ah! ¡¿Dónde?
Koko: ¿No decías que no eran nada contra ti y le tienes miedo a una ventana abierta?
Izana: ¡No te burles...!
Draken le pegó con la mano abierta en la espalda. A Izana no le hizo gracia y se quedó de brazos cruzados pero cambió radicalmente al momento y se levantó. Draken miró hacia donde había mirado.
Mikey: ¿Dónde estoy? ¡Au! ¡Izana! ¡Me ha dado con la sartén en la cabeza!
Izana: Son cosas que pasan... ¡Prepárate para el segundo round!
Draken: Basta de sartenazos en la cabeza, Izana.
Izana: Cierto, ¡mejor en la cara!
Draken le quitó la satén de la mano y la lanzó a una esquina. Izana se quedó sin entender. Mikey echó la cabeza en los hombros de Draken. Pensó que tal vez, descansar un poco no vendría mal después de la lucha contra Kazutora.
Draken: Bien, podemos quedarnos aquí hasta que los zombies dejen de ser zombies.
Hakkai: Pero esta casa... No es la nuestra, precisamente.
Koko: Precisamente por eso... Voy a investigar mientras pensáis en un plan.
Draken: Vale, pero no robes nada, eh. ¡Izana!
Izana: ¿Hm? Dime.
Draken: Si antes lo digo, antes pasa... Suelta esa manzana ahora mismo, no es tuya.
Izana: ¡Pues la iba a soltar! Las manzanas dan asco. Voy a mirar si hay dulces...
Draken dejó que Izana robase todo lo que quisiese, siempre y cuando no fuera nada de valor. Hakkai bajó a Chifuyu y lo dejó tirado en el suelo. A Draken no le importó quedarse con Mikey encima.
Mikey: ¡Izana, alcanzame algo de comer!
Izana: Toma.
Mikey: ¡La manzana no!
Mientras intentaban relajarse, oyeron un grito. Si las cosas no fueran mal, tenían que ir peor. El que había gritado no era otro que Koko, que bajó corriendo y saltando de los nervios. Draken se levantó y le cogió de los hombros.
Draken: ¿Qué pasa? Calmate...
Koko: ¡Pero es que...! ¡Es qué...!
Mikey: ¡Calla y cuenta ya! Pesado.
Koko: ¡No entiendo como ha podido llegar aquí ella!
Señaló arriba y todos miraron. De una puerta oscura y sucia, salió una pata de araña igual. La pata se clavó con muchísima fuerza en la pared y por suerte, no dio a nadie. De ella, salió Emma, sonriente como siempre.
Koko: ¡Draken!
Draken: Espera, Koko. Id todos detrás mía. Yo me ocupo.
Koko: Es que... ¡Ha aparecido detrás de mí y me ha mordido!
Draken: ¡¿Por qué siempre tiene que pasar algo en el peor momento?! Hakkai, coge lo que sea y haz que el veneno salga fuera.
Hakkai tragó saliva y se puso como loco a buscar algo para quitarle el veneno. Draken corrió en dirección hacia Emma para agarrarla de las piernas y tirarla hacia atrás. Pero de pronto, notó un fuerte dolor en sus gemelos.
Draken: ¡¿Cuándo me ha cortado?!
Emma: ¿Tan lento que ni cuenta te das? Ja, ja.
Mikey: ¡Ay, ay! ¡La cinta ya no está! ¡Qué me caigo!
Draken agarró mejor a Mikey y lo lanzó hacia un lado. Koko empezó con el dolor de cabeza mientras Hakkai se desesperaba más. Mikey también ayudó corriendo por todos lados buscando algo. Tanta prisa llevaban que pisaron a Chifuyu en el pecho varias veces.
Mikey: ¡Perdón!
Hakkai: ¡Lo siento!
Koko: ¡Hakkai, vamos más rápido! Me voy a convertir en zombie... ¡Pero no olvidaré todo lo que me debéis!
Hakkai: ¡Mikey, arrancate una manga!
Mikey: ¡¿Yo?! ¡Hazlo tú!
Hakkai: A ninguno entonces... A Chifuyu mismo.
Koko: Bueno, pues toca convertirse en zombie...
Hakkai hizo fuerza en su hombro y tiró para arrancarle una manga a Chifuyu. Por lo menos, no se estaba enterado de nada. Koko les miró desesperado intentado aguantar el dolor. Le pusieron la manga de Chifuyu por su hombro y entre los dos tiraron. Mientras, Draken no había esquivado ni uno de los ataques de Emma y sangraba por todos los cortes. Ella sólo sonreía en su sitio. No había mucho más que hacer... ¿O sí?
Draken: ¡Oye! ¡¿A dónde ha ido Izana?!
Hakkai: Pues, no lo sé.
Mikey: ¡Nos ha abandonado! Maldito Izana, solo se quiere salvar él.
Chifuyu: ¡Ah! ¡Koko! ¡Oye! ¡¿Esa es mi manga?!
Koko: Mira quién se ha despertado. ¡Ahora ayúdame!
Chifuyu agarró del lado de Hakkai para hacer equilibrio entre la fuerza. Draken siguió su camino de ir contra Emma, pero ahora más enfadado aún porque Izana se había ido sin ellos. Emma sacó sus ojos rosas para mirar a Draken. Intentó no mirar directamente pero era demasiado difícil. Cuando volvió a levantar la vista, Izana estaba detrás con la misma sartén de antes dispuesto a pegar en la cabeza a Emma. Pero, la muestra de alegría por parte de todos al verlo hizo que Emma se diese cuenta de que pasaba algo y echase una de sus patas atrás, dando a Izana en las manos e hiciera que la sartén volase fuera del campo de batalla.
Chifuyu: ¡Todavía no entiendo porque habéis cogido mi manga si vosotros tenéis dos cada uno!
Hakkai: Eh... Sí.
Chifuyu: ¿Sí qué?
Mikey: Nos daba pereza quitarnos las nuestras.
Chifuyu: ¡Qué egoístas!
¡Pam!
La sartén le cayó encima a Chifuyu y lo volvió a dejar inconsciente. Hakkai y Mikey se quedaron en silencio antes de empezar a reírse como locos. Koko en cambio no estaba para bromas.
Koko: ¡Hakkai, Mikey! ¡Me voy a convertir en zombie por vuestra culpa!
Mikey: Relájate, estás muy dramático.
Koko: ¡Yo no soy dramático!
Hakkai: Pues lo pareces.
Koko: ¡Os he dicho que...!
En ese momento, cerró los ojos. Mikey, que estaba de broma, se puso a gritarle a Hakkai que por su culpa estaban perdiendo el tiempo y que se iba a convertir en zombie.
Hakkai: ¿Mi culpa? ¡Será la tuya!
Mikey: ¡La mía no puede ser y solo quedas tú en mis opciones!
Hakkai: Vale, lo dejamos en Chifuyu. Él tiene la culpa.
Mikey: Es cierto. Todo culpa de Chifuyu.
Draken: Siento intervenir en vuestras conversaciones pero... ¡Emma nos ha atrapado!
Emma tenía cogidos con sus alas en un lado a Draken, que se había despistado cuando Izana había decidió ayudar por fin, y en el otro a Izana que estaba decepcionado porque su plan no había salido como quería.
Izana: ¡Qué injusto!
Emma: ¡Silencio o serás el primero al que muerda!
Hakkai: ¡Ay, ay! ¡Si ni siquiera hemos salvado a Koko y ahora hay que salvarlos a ellos!
Draken: ¡¿Qué no habéis salvado a Koko?! Estamos muertos.
Emma lanzó dos de sus patas hacia ellos. Mikey la saltó y Hakkai la esquivó por poco. Emma les miró riéndose y volvió a sacar el doble de patas. Mikey, como si nada, las rompió y Hakkai se tiró al suelo para volver a esquivar. Emma se cansó de esperar y sacó las mismas patas con flechas que había hecho Mitsuya una vez. Esas eran las que llevaban el veneno dentro y encima daban vueltas.
Mikey: No te cansas de esto, ¿verdad?
Emma: ¿Tú que crees?
Mikey: Vaya, tú no pareces Emma...
Emma: Bueno, sí. A ver cómo esquivas eso.
Mikey lo esquivó saltando por las paredes, el sillón, también saltó unas cuantas a Chifuyu hasta que las flechas se clavaron en una de las paredes y no pudieron salir. Hakkai hizo varias veces la croqueta y saltó otras cuantas para librarse. Una de sus flechas le dio directamente a Koko en el brazo y empezó a sangrar... ¡Sangre azul! Mikey se acercó corriendo y apretó la herida para que saliesen todo. Koko se despertó y miró la situación.
Koko: ¡¿Por qué tengo yo sangre azul?! ¡Puaj!
Mikey: Lo sé, puaj. Mira que soy yo quien está haciendo fuerza en tú herida.
Hakkai: ¡Mikey, cuidado!
Mikey se puso tras el sillón al cuarto ataque de Emma. Ni Izana ni Draken podían hacer nada en esa situación, solo mirar, aunque más que mirar, Izana le decía a Emma como dar a Mikey.
Draken: ¡¿Quieres callarte?!
Izana: Es que, nunca he visto a Mikey convertido y creo que sería gracioso verlo...
Mikey: ¡Qué gracia me hace! ¡Emma! ¡¿Por qué no le aplastas ya con esa ala tuya?!
Emma: ¿Y por qué sí?
Mikey: Eh... ¿Qué?
Emma suspiró y lanzó el quinto ataque. Mikey soltó a Koko pero no vio las patas venir. Hakkai le lanzó un cojín como escudo. Dejaron a Koko descansar en su sitio mientras ellos iban a salvar a Izana y a Draken... O solo a Draken porque Izana parecía estar del otro lado.
Hakkai: ¡Haz el favor de callarte, Izana!
Izana: ¡Oh, sí! ¡Me voy a callar! ¡Así!
Justo en ese momento, mordió a Emma en el ala. Emma gritó del dolor y con una patada le mandó hasta la pared. De hecho, la pared se rompió de la fuerza que llevaba.
Draken: ¡Izana! ¡¿Estás bien?!
Mikey: Más fácil, Ken-Chin. ¡Izana! ¡¿Sigues vivo?!
De entre los escombros, Izana salió tosiendo y cojeando un poco. Mikey se decepcionó y le echó la culpa a Emma por no haberlo matado.
Mikey: ¡Sólo tenías un trabajo, Emma!
Emma: Bueno, no me des sermones.

Mikey: ¡Sólo tenías un trabajo, Emma!Emma: Bueno, no me des sermones

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