Quería creer que era mentira, que estaba soñando, que frente a mí no estaba aquel niño de hermosa sonrisa, ahora quejándose del dolor, el shock que causó en todos fue increíble, Jay quien vio todo estaba ahí sin hacer nada, con su mirada perdida, Sunghoon a diferencia de él reaccionó de forma inmediata con otro ataque hacia Winter que estaba molesta por haber fallado, y luego estaba yo, llorando viendo a Ni-Ki, su herida estaba sangrando demasiado, tenía que hacer algo pero no había nada que yo, un humano pudiera hacer, me arrepentía de no haberme ido, tal vez sería diferente si hubiera hecho caso a lo que Sunghoon me dijo.
- Wonnie - Lo escuché decirme con dolor - Te quiero Won
- No hables cariño, estarás bien - Mis manos estaban en su herida, intentando que no sangrara más pero era imposible, la sangre salía demasiado, lo sentí buscar mi mano con las suyas, la tomé intentando aceptar lo que seguía, sin poder evitarlo ya estaba llorando demasiado, mientras él se mantenía sonriendo con sus ojitos, no quería que lo separaran de mi vida - Te quiero. - Dije más en un sollozo, con su mano libre tocaba mi cabello ¿Cómo se detenía el tiempo? No quería verlo partir, que tan egoísta tuve que ser para traerlo conmigo sabiendo el destino que tendría. En ese momento sentí que estaba delirando, frente a mi apareció un pequeño ser brillante volando, estaba...¿Llorando? Mi mente no se sentía clara en ese momento.
- Debe tomar esto Jungwon, debería salvarlo - Me dijo con voz diminuta la pequeña hada, no tenía tiempo para preguntar cómo sabía mi nombre, mucho menos sabía si debía confíar en él, así que lo detuve con mi mano - Va a morir Jungwon, esto debería salvarlo, déjame, si él no confiara en mi ya me habría alejado.
- Sunoo - Escuché decir a Ni-Ki con la poca fuerza que le quedaba, solté al chico y Vi como le daba un líquido, apenas podía tomarlo, Ni-Ki acarició a la pequeña hada que lloraba como si pudiera entender mi dolor, pero sentí sus fuerzas irse, su presencia ya no se sentía, no quería verlo, no quería darme cuenta que realmente ya no estaría nunca más junto a mi, no quería ver qué no pude cuidar a lo único que quise conservar toda mi vida.
- ¿Por qué no funciona? - Era más un lamento de aquella hada que una pregunta, podía sentir la frustración del pequeño ser brillante, podía sentir su tristeza invadir la mía, la preocupación de Sunghoon me llegaba hasta el fondo de mi ser, el dolor de Jay era profundo, todos se habían dado cuenta, solo era yo que no podía aceptar, no quería ver qué había muerto.
Mi vista se fijó en el pequeño rubio que sostenía mi mano en su último esfuerzo de vida, por mi mente cruzó cada momento dónde lo ví sonreír, los cálidos abrazos que me brindaba, quisiera haber valorado un poco más cada segundo a su lado, podría haber visto un poco más aquellos ojitos que se llenaban de ilusión cuando me traía un gusano, cuando veía una mariposa o la linda carita que me hacía cuando me pedía que lo mimara, quisiera haber valorado más todo aquello que ya no podría tener nunca más. No quería aceptarlo, estaba más pálido de lo que jamás lo ví, todo el dolor que sentía de los demás no se comparaba al dolor que me invadia en ese momento, lo abracé deseando que despertara que me dijera que todo era un mal sueño, lo abracé sin importar llenarme de sangre, de lo que fuera, podría cambiar mi vida para que él fuera quien estuviera vivo justo ahora. La pena que aquella hada sentía por mí me hacía enojar más, todo el dolor se estaba volviendo enojo, ya no podía pensar con claridad, lo único que tenía claro que es la muerte de Ni-ki no se quedaría así, no quedaría en vida quien mató a la luz del mundo, acaricié por última vez el rostro de mi pequeño rubio antes de dejar que toda la ira robara mi cuerpo.
Podía sentir el enojo en mi, como si algo se hubiera roto y dejado salir todo aquel dolor combinado con ira, nada más importaba, dirigí mi mirada hacia la bruja que asesinó a Ni-Ki, estaba muy ocupada peleando con Sunghoon que ya se veía cansado y para mí todo se volvió total oscuridad.
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Cursed | Sungwon
RandomYang Jungwon, un chico de 18 años, con una vida normal, piensa que está Maldito, todo aquel que se acerca a él muere con el tiempo. Decidido a averiguar sobre el pasado de sus padres vuelve al pueblo donde murió su madre, descubriendo consigo que er...