Capitulo 2

4K 103 18
                                    


Nathaniel Navikov

Reorganizo el escritorio mientras mi cuerpo todavía siente los efectos del orgasmo. Mierda, mierda. Me paso la mano por el cabello. Se hacia mas intenso conforme mas le hacia el amor. Se suponia que solo seria una vez, pero llevamos 5 años ya. Mi pene comienza a endurecerse al recordar la sensación que senti al entrar en ella por primera vez, asi que me obligo a tranquilizarme.

Coloco la laptop en el escritorio, la abro y inicio. Voy al baño y cierro el pestillo. Sentado y cómodo tomo el teléfono.

- Dígale a mi esposa que ya puede pasar- le comunico a gloria

Había olvidado por completo que ella pasaría por aquí. No había visto a kiara en toda la mañana, siempre trataba de verla antes de iniciar mis rondas temprano, pero una emergencia me mantuvo en quirófano toda la mañana.

Habían sido las horas mas agónicas, casi ni podía concentrarme en lo que hacia. Ella se había vuelto mi droga personal.

La puerta se abre, entrando Clarisa. Mi esposa. Era una mujer hermosa, no podía negarlo. Rubia, alta y con una figura estilizada, la misma que había heredado nuestra hija.

- ¿Que era tan importante que me dejaste esperando? - pregunta sentándose en la butaca frente a mi escritorio.

- Estaba impartiendo una conferencia- le digo sin pensar mucho.

Me mira con sus ojos castaños, cruza las piernas provocando que su vestido se eleve, mostrando que no lleva ropa interior y sé que trata de seducirme. Mi pene no responde. Debería sentirme un idiota. Pero la culpa solo la siento por mi niña Adeli.

- ¿Qué era lo que querías decirme? - le pregunto

- Necesito dinero- dice

Frunzo el ceño, ¿a qué mierda se refiere?

- Te tengo una tarjeta de crédito sin límites- le recuerdo.

Descruza y abre las piernas dejando a la vista su coño. No despego los ojos de su rostro, mi cuerpo hace tiempo no reacciona a ella.

- Quiero organizar las vacaciones de este año- dice- y no me vas a salir con que no puedes, que estas muy ocupado o blah blah blah- me corta cuando abro la boca.

Me pongo de pie y me inclino en el escritorio, ha no, a mi no me saldría con esta mierda.

- Puedes organizar vacaciones, fiestas y disfrutar de comprar lo que te da la maldita gana porque siempre estoy ocupado trabajando- le digo enfundado- o ¿crees que me pagan por algo mas que no ser el mejor? ¿o crees que malditamente hare si me niego a mis pacientes?

La ira oscurece sus rasgos pero rápidamente coloca una sonrisa en su rostro.

- Pero cielo- comienza con un puchero y cambia su voz a dulce- por una vez que te tomes un mes o 15 dias no es nada, antes lo hacias- abre mas los ojos- hace 5 años fue nuestras ultimas vacaciones -

Recordaba perfectamente esas últimas vacaciones, habían sido un infierno. Abril 22, el día que entendí que el cielo en la tierra si existía, cuando la probe por primera vez.

- ¿Nathaniel? - me interrumpe. Aprieto los dientes. Sabe que odio que me diga asi.

La miro devolviéndome al presente, se levanta y comienza a bordear el escritorio. Enderezándome me volteo.

Deteniendose frente a mi comienza a tocarme con su dedo. Me tenso. No quería que su perfume se quedara en mi ropa.

- Piensa en Adeli- me dice- seria algo bueno para ella, tampoco ha tomado vacaciones hace años-

La culpa golpea mi estomago. En esa parte tiene razón, mi niña se merece eso y mas. Pero esta insistencia tenia algo mas de transfondo.

- ¿Que es lo que en verdad quieres?- le digo tomanndo su mano y alejándola de mi- tenemos 5 años como dijiste sin ir de vacaciones, pero tu siempre vas sola y eso nunca te ha molestado.

- Hay una casa de playa que quiero comprar- dice finalmente levantando el menton

- Si es eso lo que quieres, comprala- le digo astiado- le avisare al banco para confirmar, pero esta vez te llevaras a Adeli- le digo antes de comience a celebrar- no se para que quieres otra casa en la playa, pero comenzaras a llevarte a Adeli cada vez que vayas de vacaciones.

La veo rodar los ojos, increíble. Cualquiera pensaría que Adeli no es nada suyo, pero son idénticas, físicamente solamente Gracias a Dios.

- Porque no vamos...

- Tengo una paciente esperándome en el quirófano- la corto.

- No se porque siempre eres frio conmigo- pone las manos en la cadera.

Elevo ambas cejas. Abro la puerta y vuelve a tomar la cartera. Salimos de mi oficina.

- Hablamos luego- me despido dirigiéndome al quirófano.



Fisiopatologia del PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora