Me pongo de pie, cada vez que me paro me siento mas fuerte. Abro el cajón de la mesa de noche, con un poco de dificultad, saco lo que busco y uso la pierna para cerrarlo.
Me siento en la cama, apoyándome de mi brazo me arrastro mas hacia el medio y me recuesto. El esfuerzo del día vuelve a cansarme. Tal vez sea mejor dejarlo para mañana. Miro hacia el baño. La necesidad de darle una cucharada de su propia medicina es más grande que mi cansancio. Nop, necesito vengarme ahora.
El aparato que tengo en la mano, se ha hecho famoso en nosotras las mujeres. Fui con Vicky un día a la zona colonial, que esta llena de tiendas eróticas, ella claro esta no habia aguantado y me arrastro con ella. Hay lo vi. El satysfaicer. Un succionador femenino, con Nathaniel eh pasado de ser inactiva a muy activa sexualmente, es imposible no serlo con, asi que adelantándome al día en que lo que tenemos termine, lo compre.
Ya estoy lubricada, luego de lo de la ducha casi goteo. Llevo la cabeza entre mis labios inferiores, cubriendo mi clítoris y lo enciendo. Jadeo. Mierda, la succión es suave.
Mi clítoris ya estimulado palpita más, el calor se me dispara en el cuerpo. Cierro los ojos. Gimo. Sin inhibiciones.
- Oh- gimo más alto.
No me importa hacerlo alto. No tengo vecinos que me escuchen. Le subo un nivel más,
- Haa- jadeo.
Tengo que agradecerle a Vicky. Esta cosa es grandiosa. Tengo el cuerpo tan caliente que siento que voy a implosionar.
- Mal....dita...sea- escucho su gruñido.
Volteo la cara hacia él, gimiendo con descaro. Controlarme es algo difícil, pero lo hago para no lastimarme.
La toalla que tiene anudada en la cintura esta levantada en el frente por su erección, parece una tienda de campaña. Deliciosas gotitas de agua adornan su pecho.
Camina hacia la cama, arrancándose la toalla en el camino. Sube al colchón y se queda entre mis piernas.
- Siempre tienes que encontrar la manera de enloquecerme- separa mis piernas con sus hombros- no podías esperar a que me controle, no- gruñe arrancando el satysfaicer de mi mano- la señorita tiene que despojarme de todo vestigio de cordura hasta dejarme en la piel de un animal- entierra en rostro en mi vagina.
- Oh Dios- gimo.
Su lengua empieza un ataque sensual a mi clítoris, mi hipersensible clítoris. Con abstinencia de días, que, aunque estuve inconsciente la mayoría al parecer mi cuerpo no. Me come el coño en la manera mas literal que existe, su lengua se presiona una y otra vez contra mi botón.
- Ah- jadeo.
Olvídate del satysfaicer, nunca podría reemplazar ni un poco a Nathaniel. Cada centímetro del cuerpo está ardiendo. El ardor en el pecho se ha incrementado, pero en este momento no me importa.
Siento la cabeza como si me creciera segundo a segundo, llevando el mismo ritmo que el latido de mi corazón, hasta que implosiono.
- Nathaniel- grito con el cuerpo estremeciéndose.
No detiene su ataque, alargando mi orgasmo.
- Por favor- le suplico sin aire.
Parece apiadarse de mí, el ardor en el pecho es intenso, por lo que cuando la oscuridad es mas poderosa que yo, ruego no haber pasado la línea.
Tengo calor, mucho calor, me remuevo un poco para buscar un poco de aire, pero algo alrededor de mi cintura me lo impide. Mi cama nunca se ha sentido tan caliente ¿Me abre olvidado de encender el aire acondicionado?
ESTÁS LEYENDO
Fisiopatologia del Placer
RomansaLos une la pasión y el deseo por su vocación y por ellos. Kira nunca pensó que llegaría a follarse al papá de su mejor amiga, pero sucedió y nunca pudo parar. Nathaniel jamás imagino engañar a su esposa con una niña, pero ella se ha convertido en su...