Capítulo 1

5.2K 113 20
                                    

El calor me quema el cuerpo, me retuerzo mientras la lengua contra mi clitoris me vuelve loca. Gimo su nombre, alzando las caderas para buscar alivio.

- Quieta- me gruñe uniendo otro dedo al primero.

- Por favor- suplico.

Introduzco una de mis manos entre su pelo suave y grueso, paseo mi otra mano desesperada por la superficie hasta alcanzar la esquina del escritorio. Muerdo mi labio para no hacer mucho ruido.

El teléfono a mi lado comienza a sonar, pero el sigue implacable. Sus labios se envuelven alrededor de mi clítoris y chupa, arqueo la espalda mientras mi cuerpo tiembla, gimiendo niego con la cabeza.

- Doctor Navikov - llaman a la puerta.

Me tenso, pero el solo acelera sus dedos y los curva encontrando ese lugar. Que acaricia con celeridad, me tapo la boca ahogando el grito que suelto mientras el orgasmo me atraviesa.

- Su esposa ya está aquí Doctor- repite
Soy arrastrada hasta el borde del escritorio. Estoy jadeando tratando de recuperar la respiración.

- ¿Doctor? - pregunta una vez más la señora acebedo.

- Que se aguante, estoy terminando con algo importante- Le grita.

Se introduce en mi lentamente y gimo otra vez. Muerte por orgasmo, sip, eso será. Su grosor me estira hasta el punto del dolor. El gruñe cubriéndome con su enorme cuerpo. Encuentro sus ojos azules como el cielo lleno de lujuria y placer. Me fija ambas piernas hasta tocan la madera abriéndome hasta el limite y comienza a entrar y salir rápido, me embiste tan fuerte que siento como casi me saca el útero.

La electricidad que siempre nos atraviesa, que cruza de su cuerpo al mío baila entre ambos. Reclama mis labios gruñendo, gimo acariciando sus poderosos brazos, recorro su espalda y hundo ambas manos en su pelo. Su pene golpea duro dentro de mi.

Todo mi cuerpo se arquea debajo suyo cuando el orgasmo me golpea, pero el pesa demasiado y nuestros cuerpos solo se pegan aun mas. Ruge en mi boca mientras siento su orgasmo, sus caderas se vuelven locas y su cuerpo me aplasta contra el escritorio, quitándome el aliento. Su pene palpita dentro de mi, engrosándose imposiblemente mas. Gimo.

Acaricio su espalda mientras nos estremecemos, todavía no puedo respirar bien. Pero su peso siempre me embriaga, el era enorme y yo a su lado era un enana. Nos miramos una vez mas, sus labios rosados curvándose ligeramente. Todo su cuerpo estaba relajado sobre el mio ahora. Paso el dorso de su mano delicadamente por mi mejilla, dándome la mirada inclasificada de mi parte. Me da un suave beso en los labios y se levanta.

Tomándome por la cintura me sienta. Si la señora Clarisa no estuviera fuera esperando podría hablar, pero ruego que no se escuchara si quiera nuestros gemidos ahogados. Tenia miedo de que su rugido se haya filtrado. Sabia que no era mio. Lo miro. Era increíble.

Un metro 90, lleno de musculos estilizados, los cuales había lamido y acariciado. Su pelo castaño claro, mandíbula cuadrada. Parecía mas un modelo que un doctor. Se recoloca y ya esta. No parece que me haya follado hasta los sesos hace menos de 5 minutos. Me sonríe dulce y me baja del escritorio. Se arrodilla, ayudándome a colocar las bragas blancas, las sube despacio por mis piernas. No dejamos de mirarnos en ningún momento.

me introduzco en mis pantalones de pijama. Los anuda en la cintura y me besa. Estrecha mi cuerpo contra el suyo en el proceso. Jadeo rompiendo el beso. El me suelta a regañadientes. Me dirijo a la puerta del baño y entro. No podía salir como si nada por la puerta donde su secretaria y esposa esperan. Gracias a Dios el tenia su propio baño privado en el hospital, lo raro es que este tenia una puerta que daba acceso a un pasillo.

El baño con un inodoro blanco, un lavamanos blanco pristino y una pequeá ducha de cristales nublosos. Los mosaicos del piso eran blancos impolutos iguales a los que cubrían las paredes. Quite el pestillo que lo cerraba y Sali. Por suerte casi nadie usaba este pasillo. Pero siempre tenia cuidado.

Camino despacio mientras veo mi celular. Tenia varios mensajes de Adeli. La habitual culpa, esa que se hacia mas grande con el tiempo me invadio.

Hola

¿Qué harás hoy?

¿Quieres salir a beber?

También podemos tomar en mi casa, ya que mañana tengo clases en la universidad y todavía no supero lo del club.

Tu trabajo te va a matar

Es el ultimo mensaje enviado hace media hora. Comienzo a responder sus mensajes.

Hola

Salgo como a las 4

Claro, pero sin emborracharnos, mañana tengo guardia y no quiero pasar 24 horas con resaca.

Creía que habías olvidado lo del club.

Me rio otra vez, se había emborrachado de tal manera que vomito sobre el chico con quien bailaba y en toda la pista de baile. El club tuvo que cerrar ese día y nos vetaron la entrada.

Adeli es mi mejor amiga de literalmente casi toda la vida. Por eso me dolia lo que le estaba haciendo, pero era algo que no podía evitar, algo que no podría parar aunque quisiera.
Entro al área de consulta y me dirijo a mi consultorio. Estaba rotando este mes en el área. Las rotaciones en la residencia medica se dividían por área y duraban un mes. Como residente de 4 años de cirugía preferia estar en el quirófano. Pero en la consulta puedes empezar a investigar el problema y aprender muchas cosas que no aprendes cortando.

Fisiopatologia del PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora