Nathaniel entra a la habitación, frunzo el ceño cuando deja la puerta abierta, una señora vestida completo de blanco entra cargando una bandeja con una tapa blanca encima.
Entre abro los labios— comida— murmuro embobada.
La señora que supongo debe tener como 50 años, coloca la bandeja encima de la mesita de noche.
— La amo— le digo— tiene mi devoción y entrega total— escucho la risita de Adeli.
El rostro mayor se arruga cuando sonríe— es un placer cariño— dice en tono maternal.
— Ella no miente en cuanto a la devoción— dice Adeli sonriendo— asi que no se sorprenda cuando entre la próxima vez—.
— Totalmente cierto— asiento, cambia los termos con agua, dejando uno nuevo.
Miro a Nathaniel, creo que el, la ha traído. Trato de ver algo por su mascara, pero como siempre, es imposible.
— Yo estaré en el turno hasta las 8:00 de la noche—la señora se detiene frente a el— solo tiene que marcar la extensión de la cocina para lo que sea que necesite doctor— el asiente hacia ella y cierra la puerta cuando sale.
El corazón da un vuelco en mi pecho. Asi que si ha sido el. No sé qué hacer con ese conocimiento, aunque tampoco es que pueda hacer algo.
— Gracias papa dice mi mejor amiga, camina hacia el y lo abraza.
Fascinada, veo como le cambia el rostro, las facciones se le relajan un poco. El pecho se me llena de ternura, me alegra ver la interacción entre ambos, Adeli siempre se ha sentido insegura en torno a él.
El sonido de mi estomago rompe el momento. Pongo la mano sobre mi abdomen sorprendida y divertida al mismo tiempo, rio al mismo tiempo que escucho la risa de Adeli; me detengo y cierro los ojos por el dolor quemante en el pecho.
—Kiara— el rostro ceñudo de Nathaniel aparece sobre mí.
— Ki! — dice Adeli preocupada, toma mi mano— ¿Estas bien? — pregunta.
— Tienes que tener cuidado en todo, tus puntos de suturas pueden volver a abrirse— habla despacio, con voz tensa.
— Por tener cuidado es que me olvide que reír me haría querer morir, además, los analgésicos son muy buenos— tomo aire con lentitud— aunque ahora mismo no tanto, necesito sentarme—.
— ¿Sentarte? Claro que no, voy a revisar la herida de la cirugía— dice, todavía con un ceño en el rostro.
Envuelvo la mano en su muñeca cuando empieza a deshacer el nudo de la bata— En esta posición me siento muy desvalida, quiero...no, necesito sentarme— trato de imprimir toda la desesperación en mi voz— por favor— agrego al final mirándolo a los ojos.
Aunque mantiene la máscara de indiferencia alcanzó a ver una pequeña chispa en sus iris.
— Eres demasiado terca— la voz de Adeli se filtra, recordándome su presencia, mantengo mi agarre en su muñeca, si lo suelto podría verse mas sospechoso, de esta manera pensara que solo es para conseguir lo que quiero— vamos papa, ella no dejara que nadie la toque hasta que pueda sentarse— mira a Nathaniel.
Negando con la cabeza y pareciendo exasperado lleva la mano al lateral de la cama y, de inmediato esta comienza a moverse, la parte superior se dobla y endereza hasta dejarme en una posición sentada.
Ahora sí, tomo aire con cuidado y suelto su mano.
— ¿Mejor? — pregunta Adeli sonriendo.
— Mucho mejor— respondo—ahora solo necesito que me retiren la sonda y comer algo— observo mi brazo en el cabestrillo azul oscuro—
ESTÁS LEYENDO
Fisiopatologia del Placer
RomanceLos une la pasión y el deseo por su vocación y por ellos. Kira nunca pensó que llegaría a follarse al papá de su mejor amiga, pero sucedió y nunca pudo parar. Nathaniel jamás imagino engañar a su esposa con una niña, pero ella se ha convertido en su...