La Línea Paralela

22.- LA PUNTA DEL ICEBERG.

Cuando tenemos todo fluido y está todo a nuestro alcance se realizan los acontecimientos con medida desmedida y los limites no existen, en continuadas situaciones, produciéndose una exploración de encuentros en el mismo instante fundidos con experiencias desorbitadas y en ocasiones exageradas, donde los sujetos explican los hechos en una frecuencia separada del momento, como si estuviéramos viendo el gran estreno de la ultima gran película del último festival de cine, con todos los premios, que ademas uno mismo es el protagonista y se comenta a si mismo, ademas nos elevamos y planeamos en la alfombra de aladino, disfrutando desde la panorámica aérea,  pasando por la cueva de Alibaba, exponiendo todas nuestras lujurias, atravesando el bosque de Caperucita roja, en donde el lobo termina malamente, salvándose nuestro pellejo de sus fauces, junto con quién nos salvan, terminamos en Alicia en el país de las maravillas, con sabrosos cócteles, muy lejos de las normas establecidas, ¡Vamos!,  todo basado en el ambiente desencantado del estado consciente de lo habitual, elevados en una explosión de colores, creándose unos instantes mágicos.

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