La Línea Paralela

132.- LAS DOS INFLEXIONES DEL CAMINO.

En los dos caminos, al hacer el recorrido hay diferentes tipos de identificación, según se avanza hacia el núcleo, al que vemos pero nunca se llega, está en una dirección el camino positivo de la buena energía, que es tanto extrovertido como introvertido y en sentido opuesto, el solitario camino de la negatividad, con su naturaleza de comportamiento extrovertido.

El buen camino ofrece nuestra entrega, el compartir para enriquecernos, fortalecer para ver a nuestros seres queridos seguros, enseñar a Ser constructivo para que seamos grandes en el proyecto de nuestras vidas, establecer lazos de unión para protegernos de las adversidades, disponer de las adquisiciones entregadas para beneficiar al conjunto común de todos los componentes, Ser emisor abierto, para el bien de la comunidad, todas éstas acciones son extrovertidas y en consecuencia está la respuesta voluntaria de la correspondencia, que hace que todo el bien que se entrega haga efecto Boomerang y venga a uno mismo, encontrando la dedicación ajena que es introvertida, pues la respuesta viene de nuestro interior, después de haber pasado por la conexión recíproca que hemos capitulado, teniendo en cuenta que si por cualquier motivo no existe la compensación, la experiencia también nos hace fuertes en el camino, por la sabiduría adquirida.

Sin embargo el recorrido que se dirige a la negatividad, quien se dirige a ese núcleo, envía señales dañinas a gritos y como consecuencia el perjuicio por sus características son maliciosas en propósito, al manifestar las intenciones a perjuicio de quien las crea para la destrucción, siendo de índole extrovertida por quien envía las intenciones y al tener tal naturaleza, no existe la ley de la correspondencia, pues quien recibe instrucciones actúa en su propio interés sin compartir los acontecimientos para su beneficio.

Por estas razones existe mucho más positivo que negativo, porque lo bueno es reciproco y se hacen montañas de esplendidos y excelentes resultados y la maldad es una ráfaga solitaria, que muere hasta donde llega, en soledad.

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