Se ha apagado la luz, se veía venir las consecuencias del desgaste, por la sin obligada renovación de que me devuelvan las señales que perdí,, no ha funcionado el intercambio, desembocando a la inmensa oscuridad. Ante semejante cataclismo, ha habido que poner en marcha el campo de vacío, sobre la consciencia.
Tuve que crear un prado de flores nuevas y encontré en el nuevo paisaje, pájaros de colores que revoloteaban y algunos pequeños animales fantásticos, como ardillas, conejitos y ratones de campo, todos muy elegantes con trajes de gala y comenzó a llover, empapándose mi alma y viendo a las flores y a los animalitos prodigiosos celebrando su fiesta, alimentándose de fresca hierba y brotes de pequeños tallos, inundando el ambiente de Felicidad.Con tanto desconcierto de improvisación, sin darme cuenta, en la maravillosa fiesta, me encuentro compartiendo aquel ambiente natural, descubriendo que ahora soy el dueño de mi tiempo y la oscuridad, que antes me cerraba mis oportunidades, ahora se convierte en una inmensa luz de alegría, solo porque me he despojado de las barreras, que los demás me habían introducido en el ritmo de realizar mis actividades, en el andar de las personas, que me impedían desarrollar mis motivaciones, consiguiendo en mi integridad, la belleza de la vida.
Por todo ello, cuando entregamos la alegría, para nada se entrega la mitad de la Felicidad al infinito, pues el amor, se comparte a las personas que queremos.
Con esta alegría, la luz de los amaneceres, el brote del agua del manantial, el encuentro del amor, los pétalos de las rosas, la inmensidad del mar, el canto de las aves, el murmullo de las soledades, incluso el ocaso del dia, es la verdadera y autentica Felicidad.
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La Línea Paralela
RandomRelatos de Reflexión - Escritos de Amor - Felicidad y Sentimientos