Edo Tensei

117 8 4
                                    

— ¿Lo entiendes ahora Sasuke-kun? Te lo dije, no deberías subestimarme. – con aquella lengua de reptil, relamió un poco sus labios, con una sonrisa algo macabra de por medio. — ¡Ni siquiera Orochimaru-sama pudo llegar a convertirse en lo que yo soy ahora! – Exclamó juntando sus manos para realizar uno de sus jutsus. — ¡Senpou: Hakugeki no Jutsu! – De su boca, especie de serpiente rojiza salió disparada directo a sus oponentes, de sus córneas, una luz provino con intensidad, bloqueándole por completo la vista a Sasuke e Itachi.

Kabuto aprovechó la oportunidad, fue directo a Sasuke, pero la mano del susanoo de Itachi lo protegió, la luz de la serpiente desapareció.

— Me sorprendes Itachi-kun, ¿Por qué dedujiste que iría por tu hermano? Él oponte principal eres tú, ¿No es cierto? ¿Entonces qué te hizo pensar lo contrario?

— Si alguien tan prudente como tú quisiera a Sasuke, lo que haría primero sería atraparlo. Además, tenía muy claro cúal era tu objetivo, así que lo único que tenía que hacer era protegerlo.

Sasuke desvió la mirada indignado.

— Claro, era de suponerse que sería tu reacción al saber que iría de primero a por él. ¿Qué se siente saber que tienes un hermano que no sabe hacer nada sin ti, Itachi-kun?

Sasuke volvió su mirada a Kabuto, frunció el ceño y de su mano salió un chidori, el cuál desgraciadamente esquivó su oponente.

— Sasuke. – exclamó Itachi tomándolo del brazo. — Entiendo tu molestia, pero debes analizar bien las cosas antes de ejecutarlas, encuentra algún punto débil en tu oponente, siempre habrá alguno, recuérdalo.

Sasuke volvió a mirarlo, se encontraba sobre el techo ésta vez. Con su vista, recorrió todo el largo de Kabuto, fijó su mirada en la cola de la "serpiente", decidió activar su susanoo nuevamente, disparó por segunda vez otra de sus espadas, aunque en ésta ocasión logró darle a dónde había fijado su vista, la cola.

Kabuto colocó ambas manos sobre la espada la cuál se encontraba clavada sobre su cola, intentándola retirar.

— ¡Intenta tomar mi espada para liberarse cortando la cola de la serpiente! – gritó el Uchiha menor, e inmediatamente Itachi salió disparado hasta él, esquivando la espada que había tomado Kabuto.

— Aún éstas a tiempo de deshacer el edo tensei, Kabuto. Al mismo tiempo que me enfrento a ti, también puedo simpatizar contigo.

— Así es como actúan los fracasados. – exclamó intentando no reír. — ¿"Saber lo que puedo hacer" no es lo mismo que darse por vencido"?

— Al contrario. – respondió de inmediato. — Significa "perdonarse por no poder hacerlo todo". Sólo éstas haciendo esto para sentir que eres poderoso, ¿A cambio de qué? ¿Aceptación? ¿Alabanza? Quieres sentir que eres mejor que tu superior, porque toda tu vida te hicieron creer lo contrario, pero créeme una cosa, ser llamado poderoso no sirve de nada si la gente lo hace refiriéndote a ti con temor, con repudiación, sin aceptación alguna.

— Oh vamos, el famoso Itachi Uchiha hablándome de esto. Son shinobis de Konoha, descendientes del célebre clan Uchiha, despertaron el mangenkyo y poseen el sharingan, ¿Qué entenderás tú de cómo me he sentido durante todos estos años? Antes fingía despreciar al clan Uchiha, pero a decir verdad, es que admiro su fama. ¿Dices que lo mío no tiene sentido? No. ¡Sí lo tiene! Pero alguien como tú jamás lo comprendería.

Kabuto juntó sus palmas al suelo. — Jiroubou, ¡Doton: Dorokugaeshi! – Delante de él, el suelo comenzó a partirse y salir disparado por todas partes. — ¡Shikotsumyaku: Sawarabi no Mai! – unas especie de espinas bastante gruesas comenzaron a salir del suelo extendiéndose hasta aproximarse cada vez más a los hermanos Uchiha.

Sasuke rodeó el suelo con llamas negras provenientes de su susanoo, Itachi partía a la mitad las especies de espinas del suelo con su espada.

— Te lo diré una vez más. – dijo Itachi. — No te engañes mintiéndote, pues quienes no son capaces de aceptarse a sí mismos fracasarán.

— ¡Tonterías!

Kabuto nuevamente hizo uno de sus ataques, Itachi supo que no había vuelta atrás, debía hacerlo.

— Intenté hacerte cambiar de opinión Kabuto, pero no lo logré, me veré obligado a usar Izanami, has fracasado.

— ¿Izanami...? – pensó Sasuke, recordando una antigua conversación con su hermano. — ¡No lo hagas nii-san!

— Sasuke, recuerda que esto es una guerra, hay ciertos sacrificios que debemos hacer.

Itachi acorraló a Kabuto y lo vió directo a los ojos, activó su Izanami, su ojo se volvió de color blanco.

— Tu destino ya está en mi poder, esto se solventara con la técnica prohibida del clan Uchiha.

— ¡Pongámoslo a prueba!

Así se dio comienzo una batalla sin fin, en donde Kabuto quedó atrapado en un momento que se repetía en bucle.

— Parece como un deja vu. – pensó, de pronto, la voz de Itachi se hizo presente.

— En este momento, soy dueño de tu destino, pero eres tú mismo quién decide tu destino. El auténtico fuerte es el que perdona y acepta la realidad como es.

Una y otra vez Kabuto veía la misma situación pasar por sus ojos. Era imposible, no podía liberarse con ninguno de sus jutsus, simplemente no había escapatoria, no podía salir de aquel ciclo infinito, de ese bucle, no a menos de que aceptara su destino en lugar de recurrir a jutsus sin sentido.

Sasuke volteó a ver a Itachi, Kabuto se encontraba frente a ellos, con los ojos cerrados cabizbajo, bajo el efecto del izanami.

— ¿No hay escapatoria? – preguntó curioso.

— Si Kabuto deja de buscar ser alguien más que sí mismo, podrá salir del bucle. En el caso de Kabuto, se engaña a sí mismo pensando que el poder de los demás tiene que ser suyo. Es verdad que lo que ha hecho está muy mal, pero... echarle sólo la culpa a él es otro error. – suspiró. — Sasuke, siempre trate de hacerte parecer que era el hermano mayor perfecto del que nuestro clan quería que fuera, pero a decir verdad, siempre me exigí demasiado, no soy como ellos creen, llegué a pensar como Kabuto, en querer poder, sólo para satisfacerlos a ellos, no a mí.

— ¡No te compares con Kabuto! Tú eres perfecto.

— No lo soy, nadie lo es. – susurró acercándose a Kabuto, colocando una de sus manos sobre su frente, ordenándole detener el edo tensei.

Kabuto lo hizo, aún bajo el izanami controlado por Itachi, unió sus manos para detener el edo tensei.

— ¡Edo tensei no Jutsu, liberación!

...

________________________________________

La luz de mi vida (ObiRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora